ene 11th, 2011 Archivos

Londres, 11 ene (PL) Un grupo de 73 agricultores colombianos demandó hoy ante un tribunal británico a la compañía trasnacional British Petroleum (BP) por negligencias y violaciones en la seguridad ambiental, causantes de daños irreparables a cultivos y al ganado.

Abogados que representan a los campesinos en el Tribunal Supremo de Londres presentaron una querella en la que se acusa a la BP de no haber respetado los procedimientos y normas durante la construcción de un oleoducto en Colombia.

Las aguas contaminadas han causado la muerte de animales y perjudicados las tierras y los cultivos, afirman los denunciantes. Agregan que ello provocó la erosión y el daño de los suelos, además de las afectaciones a los sitios de almacenamiento de agua potable y embalses de peces.

Los abogados encargaron una investigación científica y a fondo sobre la construcción del oleoducto Ocensa por la filial de BP Exploration Company Ltd y cuatro empresas extranjeras multinacionales en un tramo de 720 kilómetros, en la nación andina.

De acuerdo con las pesquisas, la compañía no adoptó las medidas adecuadas para controlar la erosión de los suelos. Sostienen que la BP se involucró en “actividades riesgosas o peligrosas”.

Un estudio de impacto ambiental presentado por BP en 1994 al Ministerio de Medio Ambiente de Colombia es calificado hoy de insuficiente y defectuoso, según la demanda.

El fiscal del caso, Paul Dowling, dijo que las evidencias han puesto de manifiesto el papel central de la BP en la construcción del oleoducto Ocensa y su incapacidad para evaluar el riesgo y aplicar medidas de protección del medio ambiente y el sustento de las comunidades locales pobres.

Indicó que en lugar de aceptar responsabilidad por sus acciones, la trasnacional trató de distanciarse lo más posible de la destrucción ocasionada al ecosistema.

Si el tribunal acepta las pruebas de daños ambientales, el proceso podría abrir el camino para indemnizaciones similares a otras comunidades en países en vías de desarrollo que han sido afectados por oleoductos, sostiene el periódico británico The Guardian.

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Ginebra, 11 ene (EFE) Todas las agencias humanitarias de Naciones Unidas y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja asumieron hoy que la reconstrucción y el desarrollo de Haití durará años.

Mañana se cumple un año del terremoto, de una intensidad de 7 grados en la escala de Richter, que causó 222 570 muertos, otros tantos heridos y 1,5 millones de damnificados en Haití.

En una rueda de prensa de balance de la situación un año después del seísmo, las agencias de Naciones Unidas pidieron hoy “realismo” y reiteraron una y otra vez que “aún queda un largo camino por recorrer” por lo que el trabajo de reconstrucción y apoyo a las instituciones del país “sigue siendo a muy largo plazo”, según definición de la Cruz Roja.

“No debemos subestimar todo lo que se ha hecho a nivel humanitario durante este año. Pero es verdad que aún hay más de 800 000 desplazados viviendo en condiciones miserables. Tenemos un largo camino por delante, debemos ser realistas”, señaló en rueda de prensa la portavoz de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Elisabeth Byrs.

La portavoz asumió que el trabajo “va a durar meses y seguramente años”.

Byrs señaló que actualmente 810 000 personas viven en 1 150 campos de refugiados esparcidos por todo el país, tanto los organizados por distintas organizaciones humanitarias como los asentamientos espontáneos.

Esta cifra es casi la mitad de los desplazados de julio pasado, lo que indica que los realojos se producen a una media de 100 000 por mes.

“Mientras estas cifras parecen un desarrollo positivo, aún queda un largo camino por recorrer”, afirmó el director general de la Organización Mundial de las Migraciones, William Lacy Swing.

Uno de los principales problemas para el realojo de las personas que subsisten en los campos de desplazados es la falta de tierra disponible en las zonas urbanas y los conflictos en torno a la propiedad.

“Esa situación compleja. Existen tierras disponibles pero fuera de las ciudades. Se pueden construir casas, pero entonces faltarán los servicios básicos, saneamiento, escuelas, centros hospitalarios, es un esfuerzo que puede durar de 10 a 15 años, no es que no lo apoyemos, pero debe entenderse su complejidad”, aseveró Matthias Schmale, subdirector de Programas de la Cruz Roja.

Según esta entidad, una respuesta a corto plazo para el dilema del realojo es la construcción de “refugios de transición”, la construcción de unas viviendas precarias -hechas de madera o metales poco pesados- pero más sólidas que las actuales tiendas de campaña.

“La Cruz Roja española tiene una gran experiencia en este tipo de refugios de transición gracias a su experiencia en Centroamérica, y eso podría ser una solución viable”, agregó Schmale.

Otro de los retos es reconstruir las “casas amarillas”, aquellas que quedaron damnificadas por el sismo pero no destruidas totalmente, de las cuales existen unas 80 000.

Un año después del terremoto, el Programa Mundial de Alimentos (PAM) aún suministra comida a 2 millones de personas, dos millones menos que durante los primeros meses tras la catástrofe.

Respecto a la epidemia de cólera que apareció el pasado octubre, Fadela Chaib, portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que se ha cobrado 3 651 vidas y ha infectado a 171 304 personas.

“Aún no hemos visto el pico de la epidemia, algo que se espera que ocurra en las próximas semanas”, puntualizó Chaib, quien señaló, sin embargo, un aspecto positivo, el hecho de que la tasa de mortalidad haya descendido desde el 9 por ciento al inicio de la epidemia a un 2,2 por ciento actualmente.

“Se siguen infectando muchas personas, en especial en las zonas rurales, donde se llegan a tasas de 100 infecciones por día, pero la buena noticia es que menos personas mueren”, afirmó Chaib.

“No obstante, para poder decir que la epidemia está controlada la tasa de mortalidad debe ser menos de un uno por ciento. Aún queda mucho camino por recorrer”, especificó.

Con respecto al esencial aspecto del agua potable y el saneamiento, Unicef alertó de que la situación sigue siendo catastrófica, dado que sólo 1 de cada dos personas tiene acceso al agua potable y el 89 por ciento de los habitantes de las zonas rurales no tienen acceso a letrinas.

Con respecto a los 1 500 millones de dólares prometidos para hacer frente a la catástrofe, hasta la fecha se ha recibido el 72 por ciento.

“La prioridad para el 2011 será la recuperación del país y toda la comunidad humanitaria está comprometida con ello”, concluyó Byrs.

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Ginebra, 11 ene (dpa) Al menos 3 651 personas murieron por el brote de cólera en Haití desde octubre, según las últimas cifras publicadas hoy por la ONU.

En cualquier caso hay poca información disponible procedente de las áreas rurales de la pobre nación caribeña, según la ONU.

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