Volviendo sobre la ola roja que amenazó al Danubio y causó un desastre ecológico en Hungría
Kolontár (Hungría), 15 dic (EFE) El mayor desastre medioambiental de la historia de Hungría tiñó de rojo 40 kilómetros cuadrados de tierras, acabó con toda forma de vida en varios ríos menores e incluso llegó a amenazar con verter en el Danubio su mezcla de arsénico y metales pesados.
Apenas había pasado media hora del mediodía del 4 de octubre cuando un aluvión de barro tóxico sorprendió a los vecinos de Kolontár con una imparable fuerza que derribó casas, arrastró animales domésticos y se cobró la vida de 10 personas, causó heridas a otras 125 y daños económicos calculados en 200 millones de euros.
Kolontár y Devecser fueron las dos localidades más afectadas por la rotura de una balsa de acumulación de lodos propiedad de la fábrica de aluminio MAL.
Por la grieta abierta entre los muros norte y oeste se vertieron un millón de metros cúbicos de lodos corrosivos que impactaron como un tsunami en Kolontár, a apenas un kilómetro, y luego siguieron su curso destructivo.
Mientras las organizaciones ecologistas criticaban que el desastre se veía venir, el Gobierno húngaro actúo de forma contradictoria.
Pese al rápido despliegue del dispositivo de limpieza, los iniciales mensajes de tranquilidad fueron sustituidos por la alarma de que un segundo vertido era posible, lo que obligó a evacuar Kolontár.
A la amenaza de una nueva catástrofe se unió el riesgo de intoxicación debido al polvo en que se fue transformando el barro al secarse y que obligó a las autoridades a ordenar el uso de mascarillas.
Casi dos meses después de la catástrofe, la concentración de polvos tóxicos en el aire ha mejorado. Pese a ello, Zsolt Szegfalvi, presidente de Greenpeace en Hungría, dijo a Efe que lo preocupante es que “los habitantes conocen los resultados (de los análisis) dos días después, con lo que se hace difícil la prevención”.
“Por el momento no hay una situación de peligro, aunque no pensamos que sea algo muy saludable vivir allí”, recalcó. De hecho, opinó que no se podrá retomar la actividad agrícola en dos años.
Como alternativa, un comité de científicos ha propuesto que se planten en la zona contaminada especies de árboles, como algunos tipos de álamos o sauces, capaces de neutralizar los residuos tóxicos.
Esos árboles serían luego empleados para producir biocarburantes y biomasa, tal como lo afirmó en Kolontár el secretario de estado para el Medio Ambiente, Zoltán Illés, en Kolontár.
En cualquier caso, los expertos ya advierten de que los habitantes de la región tendrán que cambiar su estilo de vida y olvidarse, de momento, del trabajo en el campo.
Aunque el Gobierno prometió una solución para todos los afectados, los vecinos de Devecser denunciaron a mediados de noviembre que las autoridades no habían cumplido su palabra.
Pocos días después, el Gobierno prometió que la indemnización cubrirá todos los daños, incluirá la construcción de viviendas y terminará de pagarse en 2011.
El alcalde de Kolontár, Károly Tili explicó a Efe, justo sobre el dique construido a un par de metros de la grieta por donde se derramó el lodo que “la construcción de los inmuebles se iniciará en febrero, para entregarlos hasta julio de 2011″.
La mayoría de los habitantes de Kolontár ya había decidido volver a sus hogares o a los nuevos construidos allí, pero en Devecser la mitad sigue vacilando y han pedido “tiempo para pensarlo”.
Respecto a la empresa responsable del vertido, tendrá que mejorar sus sistema de almacenamiento de residuos tóxicos para evitar nuevos accidentes, proceso que se aplicará a otras balsas en todo el país.
Respecto a la estabilidad de la balsa, las autoridades aseguran que no se han detectado nuevos desplazamiento en los muros.
“La tarea ahora es reforzar el muro y cerrar la rotura por donde se derramó el lodo tóxico”, explicó a Efe Tímea Petróczi, portavoz de la Protección Civil.
Sin embargo, aún no se ha decidido qué técnica se empleará para taponar la grieta de la balsa, en la que siguen almacenados tonelada de lodos contaminantes.
En previsión de nuevas riadas, se construyó un sistema de presas y diques a cuyo amparo viven ahora 6 000 personas.
dic 17th, 2010. En: Noticias.