Bajo control incendio forestal israelí considerado “ira de Dios”

Tel Aviv, 6 dic (PL) Israel declaró hoy controlado el incendio que arrasó unas cinco mil hectáreas de bosque, en medio de críticas a su desmedido gasto militar y su incapacidad para sofocar el siniestro, que un rabino atribuyó a castigo divino.

La ayuda de al menos 16 países, que enviaron bomberos, medios aéreos y otros recursos, permitió apagar las devastadoras llamas que durante cuatro días calcinaron el bosque Carmel o Carmelo, citado en textos bíblicos y de gran significado para devotos del judaísmo y el cristianismo.

Según voceros de los bomberos israelíes, el domingo en la noche se declaró “más o menos controlado” el siniestro, pues algunas partes de esa zona continuaban ardiendo, pero sin peligro de que se reavivara el fuego que causó la muerte de 42 personas y unos 17 mil evacuados.

Una mujer oficial de los bomberos murió este lunes como consecuencia de las quemaduras sufridas por el incendio, avivado debido a los intensos vientos en la región norte de Israel que pusieron en peligro la ciudad portuaria de Haifa, donde hubo que lanzar miles de litros de agua y retardantes.

Fuentes policiales indicaron que dos hermanos adolescentes, de 14 y 16 años, fueron detenidos el sábado y comparecieron ayer ante una corte por presunta responsabilidad en el incendio que también provocó varias decenas de heridos y ya se considera el peor desastre de su tipo ocurrido aquí.

Los muchachos son oriundos de una aldea drusa en el monte Carmel y están acusados de causar el incendio por negligencia, según el vocero de la policía israelí, Michael Rosenfeld.

La mayoría de las víctimas mortales era gendarmes de la prisión de Damon, cercana al lugar del siniestro, que quedaron atrapados en un autobús cuando iban hacia la penitenciaría a evacuar y rescatar a unos 500 reclusos.

Las autoridades israelíes comenzaron a facilitar el retorno a sus hogares de los desplazados, excepto los del kibbutz (granja agropecuaria) de Beit Oren, donde se produjeron daños de consideración dado que está en el centro del lugar de la catástrofe que acabó con cuatro millones de árboles.

Entretanto, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, instruyó a su gabinete evaluar daños -estimados en 450 millones de dólares- y los planes de compensación, así como disponer de inmediato de 17 millones de dólares para rehabilitar el paisaje boscoso de Carmel y atender la fauna.

Por otro lado, a las críticas de la ciudadanía y de sectores políticos contra Netanyahu por el deficiente manejo del incidente, se añadieron reprimendas del líder espiritual del partido ultraortodoxo Shass, rabino Ovadia Yosef, quien atribuyó lo ocurrido a la “ira de Dios”.

De acuerdo con Yosef, el fuego fue un castigo divino por ofensas religiosas de los residentes del área, que “profanaron el Shabbat” (día de recogimiento y rezo judío), y urgió a los israelíes a estudiar la Torah (libro sagrado) y respetar otros ritos de esa religión.