Lluvias siguen afectando a Guatemala

Guatemala, 2 oct (PL) Las lluvias sobre Guatemala son hoy normales para la época, pero aún así siguen provocando afectaciones de bastante cuantía entre la población y la infraestructura.

El más reciente boletín de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) reporta 38 mil 930 personas con diverso grado de perjuicios desde el comienzo de la llamada temporada invernal, en mayo pasado.

También contabiliza 37 mil 68 en riesgo, mil 229 damnificadas, ocho mil 92 evacuadas y siete mil 313 albergadas.

Los mayores efectos de las precipitaciones pluviales en las últimas horas se dieron en los departamentos de Alta Verapaz, Escuintla, Jutiapa, Quiché y Sololá, donde las instituciones de la CONRED atendieron 63 incidentes, 54 de ellos por inundaciones.

Ese organismo afirma haber movilizado los recursos necesarios para los afectados, de los cuales cita 440 toneladas de asistencia humanitaria solo durante septiembre.

Como consecuencia directa de un periodo lluvioso considerado el más abundante en 60 años, principalmente asociado a varios fenómenos climatológicos, la cifra de fallecidos fue fijada en 274, sin una actualización reciente.

La causa más común de esos decesos son los aludes de tierra sobre medios de transporte en circulación por las carreteras y por aplastamiento de viviendas cercanas o al pie de elevaciones.

Igualmente son cuantiosas las pérdidas materiales, en grado superior en la agricultura y la infraestructura como puentes, algunos de ellos de importante utilización, valoradas todas en más de mil 300 millones de dólares.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH), habrá un descenso importante de lluvias en el país el fin de semana en curso y los venideros días.

La alerta anaranjada institucional y poblacional la mantiene la CONRED, la cual junto con el INSIVUMEH monitorea las condiciones hidrometeorológicas del territorio nacional.

Sobre todo la primera de esas instituciones recomienda a la población mucha precaución al movilizarse por las vías rurales, pues los suelos están saturados de agua y pueden presentarse derrumbes o deslizamientos.