Mancha petrolera en el Golfo de México es casi del tamaño de Puerto Rico

GOLFO DE MÉXICO, 10 de mayo.— Un submarino por control remoto arrojó una sustancia dispersante para tratar de controlar la masiva fuga de crudo que sale del fondo del Golfo de México, tras fracasar el intento de detenerla con una campana de acero lo cual ha dejado entrever que pasarán varias semanas antes de que British Petroleum (BP), responsable del desastre, logre controlarla.

Si la fuga continúa sin control, en aproximadamente un mes superaría el desastre del buque tanque Exxon Valdez de 1989 como el peor derrame en la historia de Estados Unidos.

Un pez muerto en las afueras de un camino en Venice, Louisina.

Se cree que al menos 13,3 millones de litros se han derramado al mar desde la detonación de la plataforma petrolera el 20 de abril, que mató a 11 personas, señala la AP.

De tal manera que un lago de petróleo crece en el Golfo de México, pero tal vez habría que llamarlo de otro modo: su extensión es casi ya la del territorio de Puerto Rico y aumenta cada día el volumen del crudo que espesa las aguas próximas a Louisiana, Alabama y Florida. Se estima que más de 25 000 barriles diezman cada 24 horas la fauna y la flora de la zona, una cifra que quintuplica la que difundieron al principio las autoridades estadounidenses y el megapolio de BP.

Apunta el argentino Juan Gelma en el sitio Cubadebate que según varios analistas podría llevar hasta tres meses tapar la fuga con total seguridad (www.thedailymaverick.co.za, 4/5/10).

El articulista refiere que ya la gigantesca mancha se encontraba a menos de 30 kilómetros del punto en que los buques se internan en el río Mississippi, al sur de Nueva Orleans. Esto abre la posibilidad de consecuencias que afectarían a millones de personas que viven a miles de kilómetros del Golfo de México.

El 60% del grano exportado por EE.UU. —maíz, trigo, soja, etc.—, así como productos manufacturados y otras mercancías salen por la zona y si la marea llegara al delta del Mississippi, es de imaginar el hacinamiento del tránsito naval. Hace un par de años, un buque tanque y un remolcador chocaron en un canal cercano a Nueva Orleans: el hidrocarburo comenzó a manar y 200 buques de carga estuvieron detenidos hasta que las aguas fueron liberadas de contaminación (www.nola.com, 23/7/08). Y solo eran dos naves. No es difícil suponer lo que ocurriría si se tuviera que cerrar el delta del río y cesara el tráfico comercial de millones de toneladas de materia prima alimentaria: aumento de precios en el mercado mundial y más penurias para los habitantes de este castigado planeta, enfatiza Gelman.

Fuente: http://www.granma.cubaweb.cu/2010/05/11/interna/artic03.html