Resumen
La enfermedad de los vasos pequeños cerebrales asociada a la hipertensión es un hallazgo común en las personas mayores. Fuertemente asociada con la edad y la hipertensión, la enfermedad de los vasos pequeños se encuentra en la autopsia en más del 50% de las personas de ≥65 años, con un espectro de manifestaciones clínicas. Ver más….
Aunque la indicaciones del Colegio Estadounidense de Cardiología / Asociación Estadounidense del Corazón han presentado una definición nueva de la hipertensión en su Guia de hipertensión del 2017, la influencia de la hipertensión estadio 1 sobre las enfermedades cerebrovasculares queda poco clara. Ver más….
La sección Investigaciones expone trabajos actuales, de carácter investigativo sobre la hipertensión arterial.
Level of Systolic Blood Pressure Within the Normal Range and Risk of Recurrent Stroke
Por: Bruce Ovbiagele, MD, MSc; Hans-Christophe Diener, MD, PhD; Salim Yusuf, MBBS, DrPh; Reneé H. Martin, PhD; Daniel Cotton, MS; Richard Vinisko, MS; Geoffrey A. Donnan, MD y Philip M. Bath, MD, FRCPath, FRCP. JAMA. 2011;306(19):2137-2144.
Recurrent stroke prevention guidelines suggest that larger reductions in systolic blood pressure (SBP) are positively associated with a greater reduction in the risk of recurrent stroke and define an SBP level of less than 120 mm Hg as normal. However, the association of SBP maintained at such levels with risk of vascular events after a recent ischemic stroke is unclear. Among patients with recent non–cardioembolic ischemic stroke, SBP levels during follow-up in the very low–normal (<120 mm Hg), high (140-<150 mm Hg), or very high (≥150 mm Hg) range were associated with increased risk of recurrent stroke. [publicada: 12 de diciembre 2012].
Hipertensión arterial puede ocasionar un accidente cerebrovascular
Según el informe de estadísticas sanitarias Mundiales 2012 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo 1 de cada 3 adultos tiene presión alta lo que causa alrededor de la mitad de todas las muertes por accidente cerebrovascular (ACV) y enfermedad cardiaca, las personas mayores de 65 años son las más propensas a sufrir esta enfermedad que produce discapacidad permanente o la muerte.
Entre los factores que producen esta enfermedad son la diabetes, arritmia cardiaca, obesidad, consumo excesivo de alcohol, tabaco y no practicar algún deporte, manifestó la Dra. Jackeline Cortez, especialista en neurología del Hospital de la Solidaridad.
“Es importante prestar atención a los dolores de cabeza intensos, pérdidas bruscas y temporales de la visión, fallas en los movimientos y al hablar; son signos de alarma para acudir rápidamente al hospital más cercano y confirmar si hay algún riesgo de ACV y tratarlo a tiempo”, indicó la especialista.
Según la neuróloga , las secuelas físicas que produce esta enfermedad dan lugar a un considerable número de discapacidades y por ende a un grave problema social, se produce deterioro de la conciencia que puede llevar a la demencia, dificultad para deglutir, dificultad para movilizar la mitad del cuerpo y los ojos, labilidad emocional (llantos, risas inapropiadas o, en general, respuestas emocionales desproporcionadas como reacción a la afectación física) y que en ningún caso significa que exista un auténtico problema psiquiátrico.
“La mayoría de pacientes que se acercan a los Hospitales de la Solidaridad presentan problemas de presión alta, arritmia cardiaca, stress, obesidad, por ello lo más recomendable para evitar esta enfermedad es realizar ejercicios, comer saludable, evitar el exceso de alcohol, tabaco, y controlar de forma adecuada presión arterial y otras enfermedades cardíacas”, agregó.
(Fuente: http://www.rpp.com.pe)
El uso de beta bloqueantes no influye en la reducción de accidentes cardiovasculares
Un estudio publicado en Journal of the American Medical Association (doi:10.1001/jama.2012.12559) concluye que la utilización de beta bloqueantes no está directamente asociada con una disminución del riesgo de infarto, ictus u otros accidentes cardiovasculares.
“El tratamiento con beta bloqueadores se aplica de forma efectiva para pacientes con enfermedades coronarias, especialmente cuando éstos han sufrido infartos de miocardio”. Estas conclusiones fueron obtenidas en estudios procedentes de pruebas con fallos cardiacos en su mayoría, anteriores a la actual praxis y ensayos clínicos actuales. Los investigadores extrapolaron los resultados a la totalidad de pacientes con enfermedades coronarias o con alto riesgo de sufrirlas.
La Facultad de Medicina de Nueva York realizó en 2009 un estudio para evaluar la relación entre el uso de beta bloqueantes y los resultados en enfermedades cardiovasculares a largo plazo. Seleccionaron para ello, una muestra de más de 44 000 pacientes de entre los cuales, el 31 % habían sufrido infarto de miocardio (MI), el 27 % tenían enfermedades arteriales coronarias y el 42 % mostraban riesgo de padecerlas.
Después de un seguimiento de 44 meses, los investigadores encontraron que, tanto en el grupo con infarto de miocardio, cómo en los dos restantes, la oscilación de la tasa de accidentes cardiovasculares y hospitalizaciones, entre los pacientes con los que se había usado beta bloqueantes y los que no, era muy baja aunque con ciertas variaciones. Sólo en los casos con infarto de miocardio muy reciente (un año o menos), la tasa de hospitalizaciónes era sustancialmente menor en los pacientes que recibieron beta bloqueantes.
Los investigadores concluyeron, por tanto, que entre los pacientes de la muestra, la utilización de los beta bloqueantes no va asociada a una disminución de la tasa de accidentes cardiovasculares en ninguno de los casos, ni tampoco en los casos con historial de infartos de miocardio. Posteriores estudios deberán de evaluar en qué pacientes y con qué duración de tratamiento, la efectividad de estos agentes es óptima.
octubre 3/2012 (Diario Médico)
Nota: Los lectores del dominio *sld.cu acceden al texto completo a través de Hinari.
(Fuente: JAMA. 2012;308(13):1340-1349. Tomado del Boletín al día)
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