Esta sección expone trabajos actuales, de carácter investigativo sobre la hipertensión arterial.
Por: Kimberly Blom, Maxine How, Monica Dai, Brian Baker, Jane Irvine, Susan Abbey, Beth L Abramson, Martin Myers, Nancy Perkins y Sheldon W Tob. BMJ Open 2012;2:e000848 doi:10.1136/bmjopen-2012-000848
Hypertension (HTN) is a leading risk factor for preventable cardiovascular disease, with over one in five adults affected worldwide. Lifestyle modification is a key strategy for the prevention and treatment of HTN. Stress has been associated with greater cardiovascular risk, and stress management is a recommended intervention for hypertensives. Stress reduction through relaxation therapies has been shown to have an effect on human physiology, including lowering blood pressure (BP). However, individualised behavioural interventions are resource intensive, and group stress management approaches have not been validated for reducingHTN.
The HARMONY Study is a pilot randomised controlled trial designed to determine if mindfulness-based stress reduction (MBSR), a standardised group therapy, is an effective intervention for lowering BP in stage 1 unmedicated hypertensives. [Actualizado: 18 de febrero 2013]
Los primogénitos podrían estar en mayor riesgo de diabetes e hipertensión
Los investigadores creen que un mejor flujo de nutrientes al útero en los embarazos subsiguientes podría explicar el motivo. Los primogénitos podrían estar en mayor riesgo de diabetes o hipertensión, plantea un nuevo estudio de tamaño reducido.
Investigadores de Nueva Zelanda reportan que esos hijos tienen una menor sensibilidad a la insulina y una mayor presión arterial diurna que los niños que tienen hermanos mayores.
Los autores del estudio anotaron que sus hallazgos podrían tener serias implicaciones de salud pública para países como China, donde la política de un solo hijo significa que los hijos primogénitos conforman una gran parte de la población general.
El estudio será publicado en la edición de marzo de la revista Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.
“Aunque el orden de nacimiento en sí mismo no es un predictor de enfermedad metabólica o cardiovascular, ser el primogénito en una familia puede contribuir al riesgo general de la persona”, señaló en un comunicado de prensa de la Sociedad Endocrina (Endocrine Society) el autor del estudio Wayne Cutfield, de la Universidad de Auckland.
En el estudio participaron 85 niños sanos de 4 a 11 años de edad. Los investigadores señalaron que se enfocaron en niños más pequeños porque la pubertad y los estilos de vida de la adultez pueden afectar independientemente la sensibilidad a la insulina.
De los niños que participaron en el estudio, 32 eran primogénitos. Tras medir los perfiles de lípidos y hormonas en ayunas de los niños, la estatura, el peso y la composición corporal, los investigadores hallaron que los 32 niños primogénitos tenían un descenso del 21 por ciento en la sensibilidad a la insulina y un amento de 4 mm Hg en los niveles de presión arterial, en comparación con los demás niños.
El estudio también mostró que los primogénitos típicamente eran más altos y delgados que sus hermanos menores. Esto fue así incluso tras tomar en cuenta la estatura y el índice de masa corporal de los padres de los niños. El índice de masa corporal es una medida que tiene en cuenta la estatura y el peso.
Los investigadores explicaron que ocurren cambios en el útero después del primer embarazo, y un mejor flujo de nutrientes al feto en los embarazos subsiguientes podría explicar las diferencias metabólicas en los hermanos menores.
“Nuestros resultados indican que los primogénitos tienen esos factores de riesgo, pero se necesita más investigación para determinar cómo se traduce esto en casos de diabetes, hipertensión y otras afecciones en la adultez”, apuntó Cutfield.
(Fuente: The Endocrine Society, news release, Feb. 12, 2013) [Actualizado: 21 febrero 2013]
A manera de editorial. Los trabajos y opiniones que aquí se exponen son orientadores de lo que se publica en Cuba y en el mundo sobre aspectos relevantes de la hipertensión arterial.
Por: Cécilia Cacciolati, Christophe Tzourio, y Olivier Hanon. American Journal of Hypertension, volume 26, issue 3, pp. 367-372.
The relationship between blood pressure (BP) measured, its variability, and risk of cardiovascular events is well established; however, it is not well known whether there is a difference of variability between the four categories of BP status obtained by the comparison of office and home BP measurements: normotension and masked, white-coat, and sustained hypertension. Here, we assessed BP variability (BPV) according to BP status in the elderly. In elderly individuals, the short-term variability of BP is similar in masked and sustained hypertension and higher than in normotension and white-coat hypertension. This result suggests the hypothesis that BPV among persons with masked hypertension may contribute to the elevated cardiovascular risk observed in this BP pattern. [Actualizado: 21 febrero 2013]
Esta sección mostrará algunos trabajos que puedan ser útiles a nuestros facultativos por su interés práctico o teórico.
Hypertension and the J-curve phenomenon: implications for tight blood pressure control
Por: Fabio Angeli, Gianpaolo Reboldi y Paolo Verdecchia. Hypertension Research (2013) 36, 109–111.
The term J-curve is used in several fields of science to refer to a variety of J-shaped diagrams where a curve initially falls, but then rises to higher levels. In cardiovascular (CV) medicine, the J-curve phenomenon arises when a risk factor becomes inversely related to risk below a certain point, whereas the more widely accepted positive risk association exists across most of the observed risk factor distribution. In simpler terms, when elevated blood pressure (BP) is lowered, the risk of CV events decreases, but lowering BP below a critical ‘nadir’ is no longer beneficial and possibly deleterious, thus shaping a J-curve. This phenomenon was originally described for diastolic BP by Stewart in 169 well-matched hypertensive patients treated and followed for 6.25 years. [Actualizado: 26 de febrero de 2013]
The effect of antihypertensive drugs on chronic kidney disease: a comprehensive review
Por: Anastasia G Ptinopoulou, Maria I Pikilidou y Anastasios N Lasaridis. Hypertension Research (2013) 36, 91–101.
Data from randomized clinical trials and epidemiological evidence identify systemic hypertension as the second most common modifiable risk factor for chronic kidney disease (CKD) progression after diabetes mellitus. CKD may progress silently over the years and early diagnosis and control of hypertension is of major importance in delaying renal function decline. Recent guidelines for the treatment of hypertension suggest the use of a variety of antihypertensive drugs in order to achieve the desired blood pressure levels. Renin–angiotensin system inhibitors have been undoubtedly studied the most and are suggested by guidelines and experts as first choice in patients with hypertension and renal injury, particularly in those with diabetes, as they have repeatedly shown to significantly reduce proteinuria. Other classes of antihypertensive drugs have been studied to a lesser extent and they have their own unique properties and effects. [Actualizado: 26 de febrero de 2013]
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