A manera de editorial. Los trabajos y opiniones que aquí se exponen son orientadores de lo que se publica en Cuba y en el mundo sobre aspectos relevantes de la hipertensión arterial.
Por: Cécilia Cacciolati, Christophe Tzourio, y Olivier Hanon. American Journal of Hypertension, volume 26, issue 3, pp. 367-372.
The relationship between blood pressure (BP) measured, its variability, and risk of cardiovascular events is well established; however, it is not well known whether there is a difference of variability between the four categories of BP status obtained by the comparison of office and home BP measurements: normotension and masked, white-coat, and sustained hypertension. Here, we assessed BP variability (BPV) according to BP status in the elderly. In elderly individuals, the short-term variability of BP is similar in masked and sustained hypertension and higher than in normotension and white-coat hypertension. This result suggests the hypothesis that BPV among persons with masked hypertension may contribute to the elevated cardiovascular risk observed in this BP pattern. [Actualizado: 21 febrero 2013]
Esta sección mostrará algunos trabajos que puedan ser útiles a nuestros facultativos por su interés práctico o teórico.
Hypertension and the J-curve phenomenon: implications for tight blood pressure control
Por: Fabio Angeli, Gianpaolo Reboldi y Paolo Verdecchia. Hypertension Research (2013) 36, 109–111.
The term J-curve is used in several fields of science to refer to a variety of J-shaped diagrams where a curve initially falls, but then rises to higher levels. In cardiovascular (CV) medicine, the J-curve phenomenon arises when a risk factor becomes inversely related to risk below a certain point, whereas the more widely accepted positive risk association exists across most of the observed risk factor distribution. In simpler terms, when elevated blood pressure (BP) is lowered, the risk of CV events decreases, but lowering BP below a critical ‘nadir’ is no longer beneficial and possibly deleterious, thus shaping a J-curve. This phenomenon was originally described for diastolic BP by Stewart in 169 well-matched hypertensive patients treated and followed for 6.25 years. [Actualizado: 26 de febrero de 2013]
The effect of antihypertensive drugs on chronic kidney disease: a comprehensive review
Por: Anastasia G Ptinopoulou, Maria I Pikilidou y Anastasios N Lasaridis. Hypertension Research (2013) 36, 91–101.
Data from randomized clinical trials and epidemiological evidence identify systemic hypertension as the second most common modifiable risk factor for chronic kidney disease (CKD) progression after diabetes mellitus. CKD may progress silently over the years and early diagnosis and control of hypertension is of major importance in delaying renal function decline. Recent guidelines for the treatment of hypertension suggest the use of a variety of antihypertensive drugs in order to achieve the desired blood pressure levels. Renin–angiotensin system inhibitors have been undoubtedly studied the most and are suggested by guidelines and experts as first choice in patients with hypertension and renal injury, particularly in those with diabetes, as they have repeatedly shown to significantly reduce proteinuria. Other classes of antihypertensive drugs have been studied to a lesser extent and they have their own unique properties and effects. [Actualizado: 26 de febrero de 2013]
Plasma Total Testosterone and Incident Cardiovascular Events in Hypertensive Patients
Por: Charalambos Vlachopoulos, Nikolaos Ioakeimidis, Dimitrios Terentes-Printzios, Konstantinos Aznaouridis, Konstantinos Rokkas, Athanassios Aggelis, Alexandros Synodinos, George Lazaros y Christodoulos Stefanadis. American Journal of Hypertension, volume 26, Issue 3, pp. 373-381.
Androgen deficiency confers an independent risk for cardiovascular events and total mortality. Hypertension, a major contributory factor to the development of cardiovascular disease, has also been associated with increased prevalence of low testosterone. We investigated whether low androgen concentration predicts incident major adverse cardiovascular events (MACE) in middle-aged nondiabetic hypertensive patients without clinical atherosclerosis. Our results show that low plasma testosterone is associated with increased risk for a MACE in hypertensive patients. Low endogenous androgen concentration improves risk prediction when added to standard risk factors and may represent a valuable biomarker of prediction of cardiovascular disease risk in these patients. [Actualizado: 26 de febrero de 2013].
Hipertensión arterial refractaria puede tratarse con denervación renal exitosamente (Para ver la noticia de su fuente original debe tener internet)
La hipertensión arterial, es un enemigo silencioso, ya que generalmente es asintomática. En Venezuela la prevalencia de esta enfermedad es de 34%, y apenas 8,5% de quienes la padecen está controlado; uno de los peores índices en América Latina junto a Ecuador y Chile.
Se calcula que uno de cada tres venezolanos adultos es hipertenso y que del total de afectados cerca de 3% sufre de hipertensión refractaria, aquella que no se controla ni siquiera con medicamento, informó el médico cardiólogo Juan Simón Muñoz.
La hipertensión refractaria se define como la ausencia de control de la presión arterial a pesar de un tratamiento adecuado, con al menos tres fármacos antihipertensivos en dosis plenas (uno de ellos diurético), en pacientes con un buen cumplimiento de la medicación antihipertensiva, explicó el cardiólogo. El pronóstico de estos hipertensos (lesión de órganos diana y aparición de eventos cardiovasculares y renales) estará en función de las cifras de presión arterial que se consigan con el tratamiento antihipertensivo a lo largo del seguimiento, y del grado de control de otros factores de riesgo que con frecuencia se asocian a la afección, agregó.
Hay factores de riesgo que predisponen a una persona a sufrir de HTA. Están los modificables como el tabaquismo, la diabetes mellitus, dislipidemia (aumento de lípidos en la sangre), sedentarismo, estrés y obesidad, así como los no modificables como la edad, (por ejemplo, hombres mayores de 45 años y mujeres de 55), historia familiar de hipertensión y enfermedad cardiovascular, recapituló.
El urólogo René Sotelo especificó que cuando no se controla adecuadamente la hipertensión arterial, se aumenta significativamente los riesgos de accidente cerebrovascular, infarto agudo de miocardio, insuficiencia cardiaca y enfermedad renal crónica, condiciones que pueden llevar a tener severas secuelas de incapacidad y la muerte. Y si la hipertensión arterial es refractaria, el riesgo se multiplica.
Denervación renal contra la HTA
Para tratar la hipertensión arterial refractaria, anteriormente se hacía por medio de cirugía abierta, surgida en los años 50, al determinarse que los riñones juegan un papel importante en la regulación de la presión, por encargarse de controlar la cantidad de agua y sal en la sangre, afectando directamente a la cantidad de líquido dentro del sistema circulatorio. Pero este sistema de regulación en las personas hipertensas no funciona con normalidad, por lo que en la cirugía se hacía una gran herida y se retiraban todo los nervios del área del tórax y del abdomen que inervaban la zona renal y suprarrenal, recapituló Sotelo, pero indicó que aunque dio resultados positivos, en ocasiones se registraba importante morbilidad asociada, ya que por el exceso del bloqueo se reducía de manera excesiva la presión arterial y el paciente presentaba mareos e hipotensión.
-En vista de estas complicaciones, surgió la “denervación endovascular”, que consiste en viajar por dentro de la arteria renal y con radiofrecuencia quemar las pequeñas ramas que están exclusivamente dentro de la arteria renal. Este procedimiento se hace generalmente en los servicios de cardiología intervencionista, pasando un catéter por la arteria ilíaca que llega hasta la arteria renal, adicionó.
Ahora, lo novedoso es realizar la denervación asistida con robot, entrando por laparoscopia, se diseca la arteria y la vena renal de cada lado y se fulguran todas las ramas nerviosas de la arteria, de la vena y alrededor de la vena, con lo cual se asegura una denervación real del riñón, además de su precisión, según detalló el especialista.
Tiene indicación formal en los casos donde no se puede hacer la denervación endovascular sobre todo en pacientes que tienen arterias muy delgadas, con múltiples arterias, pacientes con insuficiencia renal, siendo en estos casos ideal para el abordaje robótico.
Esta técnica fue descrita en la Universidad del Sur de California de los Estados Unidos por el Dr. Inderbir Gill, quien vino recientemente como profesor invitado para el Congreso de la Fundación Cauro y participó en la programación de estas cirugías en el país, con el objetivo de difundir esta novedosa técnica en Venezuela, informaron los voceros.
Mediante el bloqueo de los nervios que emanan de los riñones, la denervación renal disminuye el nivel de activación de todo el sistema nervioso simpático y de sus efectos sobre el corazón y los vasos sanguíneos. Con esto se logra, en el mejor de los casos que los pacientes no tengan que volver a tomar medicación o que cuando mucho se les limite a una sola droga.
(Fuente: El Carabobeño Venezuela) [Actualizado: 26 de febrero de 2013]
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