Algunos antihipertensivos podrían ayudar a ralentizar el Alzheimer, según un estudio
Hallan menos de las placas cerebrales características en los pacientes que toman bloqueadores del receptor de la angiotensina.
Los bloqueadores del receptor de la angiotensina, unos fármacos que se toman comúnmente para controlar la hipertensión, parecen reducir la cantidad de placa en los cerebros de los pacientes de Alzheimer y otros, muestra un estudio reciente.
Estos resultados se hallaron cuando pacientes con hipertensión que tomaban fármacos como losartan (Cozaar) murieron y se sometieron a una autopsia. Estas placas cerebrales son una característica de la enfermedad de Alzheimer. Pero todavía no se sabe si estos fármacos también mejoran la función mental, añadieron los investigadores.
“Tendría que probarse en un ensayo clínico si estos efectos observados en un estudio con autopsias se manifiestan en un ámbito clínico”, apuntó el investigador líder, el Dr. Ihab Hajjar, profesor asistente de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California. “Pero dado que no tenemos ningún tratamiento para el Alzheimer, vale la pena explorarlo”.
Candesartan (Atacand), irbesartan (Avapro), olmesartan (Benicar), valsartan (Diovan), telmisartan (Micardis) y eprosartan (Teveten) son otros bloqueadores del receptor de la angiotensina aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU.
Aunque este estudio no puede determinar si los bloqueadores del receptor de la angiotensina mejoran la función mental en los pacientes de Alzheimer, Hajjar apuntó que hay una conexión entre la presión arterial y la salud cerebral, y que la elección de los antihipertensivos plantea una diferencia en el mantenimiento de la función cerebral.
El informe aparece en la edición en línea del 10 de septiembre de la revista Archives of Neurology.
Para el estudio, el equipo de Hajjar realizó las autopsias de los cerebros de 890 pacientes de hipertensión que tomaban varios fármacos para controlar su presión arterial alta. Algunos de los pacientes tenían Alzheimer, y otros no. Algunos habían sido diagnosticados con demencia, pero no Alzheimer. La mayoría tenían entre 70 y 89 años cuando murieron.
Los pacientes que tomaban bloqueadores del receptor de la angiotensina tenían menos placas cerebrales independientemente de si habían sido diagnosticados con Alzheimer, hallaron los investigadores.
Además, estos resultados solo se observaron entre los que habían tomado bloqueadores del receptor de la angiotensina, pero no entre los pacientes que tomaban otros antihipertensivos.
El estudio también halló que los pacientes tratados con bloqueadores del receptor de la angiotensina tenían menos placas cerebrales que las personas no tratadas con antihipertensivos.
“La hipertensión sin controlar es un factor de riesgo reconocido de la enfermedad de Alzheimer y de la demencia vascular, así que esta noticia no es sorprendente, pero sí muy buena”, aseguró el Dr. Sam Gandy, catedrático Mount Sinai de Investigación en la Enfermedad de Alzheimer y director asociado del Centro de Investigación sobre la Enfermedad de Alzheimer Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.
El equipo de Hajjar está observando los efectos de este grupo de fármacos en personas con Alzheimer u otras formas de demencia. Un estudio piloto halló que sí ralentizaban o prevenían el declive en áreas del cerebro susceptibles al daño por la hipertensión.
Aunque el estudio encontró una relación entre estos antihipertensivos y los niveles de placa en el cerebro, no probó una relación causal.
(Fuente: Medlineplus)
Investigaciones expone trabajos que pueden aún no tener evidencias suficientes por su actualidad.
Por: Wen Shang, Ping Han, Cheng-bing Yang, Xiao-wen Gu, Wei Zhang, Li-ping Xu, Shou-ting Fu, Ding-feng Su y He-hui Xie.
To investigate the synergism of low-doses of amlodipine and irbesartan on reduction of blood pressure variability (BPV), amelioration of baroreflex sensitivity (BRS) and organ protection in spontaneously hypertensive rats (SHR).
Long-term treatment with a combination of low-doses of amlodipine and irbesartan showed significant synergism on reduction of BP and BPV, restoration of BRS and organ protection in SHR. Besides BP reduction, the enhancement of BRS and reduction of BPV might contribute to the organ protectio
Más mujeres embarazadas toman antihipertensivos, según un estudio
Los expertos consideran a algunos medicamentos más seguros que otros para el feto en desarrollo
Un número creciente de mujeres embarazadas toman medicamentos para tratar la hipertensión, indica una investigación reciente.
“Los motivos del aumento no están del todo claros”, señaló el autor del estudio, el Dr. Brian Bateman, profesor asistente de anestesia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
Aunque la gestión de la hipertensión durante el embarazo es importante, ciertos fármacos se prefieren, debido a su perfil de seguridad. En el estudio, Bateman, halló que muchas mujeres no tomaban esos fármacos.
“Necesitamos más investigación para averiguar qué medicamentos son mejores para asegurar un buen resultado del embarazo tanto para la madre como para el bebé”, planteó.
Los hallazgos aparecen en la edición de octubre de la revista Hypertension.
Bateman y colegas examinaron reclamaciones de Medicaid de 2000 a 2007, en búsqueda de los expedientes de mujeres que habían completado embarazos. De más de un millón de mujeres, casi 48,500 (4.4 por ciento) tomaban antihipertensivos en el embarazo. Desde el inicio hasta el final del estudio, la proporción de mujeres que tomaban los fármacos aumentó de 3.5 a 4.9 por ciento.
Algunas tomaban los medicamentos antes del embarazo, dijo Bateman. Otras desarrollaron hipertensión durante el embarazo, y se les administraron los medicamentos.
La gama de antihipertensivos varió ampliamente, halló Bateman. Con frecuencia, las mujeres tomaban medicamentos distintos de la metildopa (Aldomet) o el labetalol (Normadyne, Trandate), los dos fármacos que por lo general se recomiendan durante el embarazo.
Otros medicamentos, entre ellos los inhibidores de la ECA, no deben usarse en el embarazo, según el Congreso Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (American Congress of Obstetricians and Gynecologist), debido a posibles perjuicios para el feto en desarrollo.
Para todos los antihipertensivos, 1.9 por ciento de las mujeres los tomaron en el primer trimestre, 1.7 por ciento en el segundo trimestre, y 3.2 por ciento en el tercer trimestre. Para los inhibidores de la ECA, el 4.9 por ciento de las mujeres los tomaron durante el segundo trimestre, y 1.1 por ciento en el tercer trimestre.
Bateman halló que las mujeres que tomaban antihipertensivos tendían a ser mayores que las que no los tomaban. Eran más propensas a ser blancas o negras, en comparación con otras etnias. Eran más propensas que las que no los usaban a sufrir de diabetes y enfermedad renal.
Aunque el estudio de Bateman no observó el motivo del aumento en el número de mujeres que toman antihipertensivos, especuló que la epidemia de obesidad y que las mujeres retrasen el embarazo hasta tener más edad (y un mayor riesgo de desarrollar hipertensión) podrían explicar el aumento.
Una mayor edad materna podría de hecho explicar gran parte del aumento, según la Dra. Suzanne Steinbaum, directora de mujeres y enfermedad cardiaca del Instituto Cardiaco y Vascular del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.
“Cuando observo a mis pacientes [embarazadas], no son obesas, solo un poco mayores”, apuntó. “Observamos un grupo distinto de mujeres respecto a antes, mujeres que tienen más edad y que quizás estén más enfermas, y que tienen bebés”.
Steinbaum enfatizó que definitivamente hay que tratar la hipertensión en el embarazo. Sin embargo, algunos de los fármacos son peligrosos para el bebé. La metildopa y el labetalol se consideran como los más seguros, concurrió Steinbaum. “Cuentan con un historial de seguridad”, aseguró.
¿Cuál es su consejo? “Si piensa en quedar embarazada y sufre de hipertensión y toma fármacos, hable con el médico. Quizás esté tomando un medicamento que no sea seguro [durante el embarazo]”.
“Creo que esto se ha estudiado poco”, señaló, respecto a la seguridad de los antihipertensivos durante el embarazo.
Los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. y la Agencia para la Investigación y la Calidad de la Atención de Salud financiaron la investigación.
(Fuente: Medlineplus/spanish/news)
La vitamina C tienen un efecto reductor modesto en la presión arterial
Aumento de la presión arterial, incluso antes de diagnosticadas clínicamente como hipertensión, es un factor de riesgo importante para la enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular. Las elevaciones de sólo 3 a 5 milímetros de mercurio pueden dramáticamente aumentar el riesgo de un ataque al corazón o accidente cerebrovascular.
Casi el 30 por ciento de los adultos estadounidenses tiene presión arterial alta o hipertensión, y los coloca en un riesgo mucho mayor para la progresión de la enfermedad.
Investigadores de la Jon Hopkins University School of Medicine han publicado los resultados de un estudio que muestra la importancia de suplementos de vitamina C para reducir la presión arterial en la revista American Journal of Clinical Nutrition. El autor principal del estudio, el Dr. Peter R. Miller comentó: “Nuestra investigación sugiere que suplementos con vitamina C tienen un efecto reductor modesto en la presión arterial “, señalando que la vitamina C tomada en dosis superiores a las sugeridas por el requerimiento diario recomendado efectivamente reduce la presión arterial lo suficiente para reducir el riesgo de un ataque al corazón o un derrame cerebral.
(Fuente: www.metronoticiaslasvegas.com)
Hay cada vez más jóvenes con la presión arterial alta en Argentina
Afecta a 5 por ciento de las personas de 25 a 44 años y esto influyen los hábitos de vida.
Se estima que entre cinco y siete de cada cien jóvenes de entre 25 y 34 años tiene la presión arterial elevada, proporción que viene en aumento en los últimos años, según observan los médicos. De esta manera, de acuerdo a los datos del Censo 2010 en Argentina, serían al menos 13.257 mendocinos los afectados, de los cuales al menos la mitad no lo sabe.
“Entre 5 y 7 por ciento de los jóvenes de 25 a 34 años son hipertensos. El porcentaje es levemente menor en personas de 15 a 24, pero también representativo y afecta a 2 por ciento de este sector poblacional”, aseguró el doctor Marcelo Orias, co-director del Laboratorio de Genética de Hipertensión Arterial del Instituto de Investigación MyM Ferreyra Inimec- Conicet.
El profesional disertó en las IV Jornadas de Cardiología que se realizaron recientemente en Córdoba, donde explicó que “la gente se está haciendo hipertensa cada vez más joven (…) en otras palabras, de a poco se va adelantando. Si un joven propenso a ser hipertenso a los 50 años, engorda mucho a los 30 ó 35 años, puede hacerse hipertenso antes”.
El factor genético es uno de los más predisponentes; sin embargo, los hábitos de vida repercuten directamente en la incidencia de esta patología. Estrés, abuso del consumo de sal, sedentarismo y directamente relacionado al sobrepeso son sus aliados, de los cuales el último es no sólo el más determinante, sino que será el responsable de otras patologías crónicas y del deterioro de la calidad de vida.
“La obesidad está claramente en aumento y se sabe que sube la presión; tanto es así que cuando un obeso baja de peso, inicialmente la presión se normaliza un tiempo pero, aún manteniéndose delgado, tiene mucho riesgo de ser hipertenso más tardíamente”, destacó Orias.
Lo más perjudicial de la hipertensión arterial es el desconocimiento y la falta de tratamiento adecuado.
La cardióloga Raquel Saá Zarandón, encargada de la Unidad Coronaria del hospital Central, aseguró que “la mitad no sabe que tiene HTA porque no se manifiesta y lo descubren diez años después cuando acuden a un control, para ingresar a un trabajo o sacar el carnet de conducir”.
La falta de controles médicos al respecto durante esta etapa de la vida dificulta su diagnóstico, mientras que a esa edad se presenta esporádicamente y por ese motivo suele asociarse a estados emocionales. Esta situación hace necesario un seguimiento diario en aquellos casos en que pueda sospecharse porque algún familiar la presenta.
En lo inmediato es asintomática, pero provoca daños a mediano plazo ya que va afectando lentamente las arterias, aún cuando es leve.
Así “si el paciente tiene las arterias dañadas en el cerebro, puede darle un infarto de cerebro; si son del corazón, se puede producir un ataque allí; y si el daño se da en los riñones, se puede ir a diálisis. Si se dañan todas, puede tener todos estos problemas”, explicitó Orias.
Por otra parte, la profesional mendocina explicó que “cuando se detecta en menores de 30 años se realizan varios estudios porque generalmente ésta es una manifestación de alguna otra patología, lo que se llama hipertensión secundaria”. La mayoría de las veces se relaciona a enfermedades del riñón, pero también pueden ser cardiovasculares u hormonales.
En cambio, en pacientes de más de 30 años se trata en general de hipertensión esencial, aquella que no tiene una causa definida y en la cual tiene mucho peso lo genético; aparece tarde porque pasa desapercibida.
Para Saá Zarandón “en nuestra cultura se come con mucha sal”. Aseguró que es importante cuidar el peso del cuerpo y realizar actividad física para evitar el sobrepeso. Se recomienda atenuar las situaciones de estrés y evitar el cigarrillo.
Si es detectada tempranamente y se recibe un buen tratamiento acompañado de buenos hábitos, se retrasará la aparición de los efectos negativos y hasta puede suceder que nunca se manifiesten.
(Fuente: http://www.losandes.com.ar)
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