La vitamina C tienen un efecto reductor modesto en la presión arterial
Aumento de la presión arterial, incluso antes de diagnosticadas clínicamente como hipertensión, es un factor de riesgo importante para la enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular. Las elevaciones de sólo 3 a 5 milímetros de mercurio pueden dramáticamente aumentar el riesgo de un ataque al corazón o accidente cerebrovascular.
Casi el 30 por ciento de los adultos estadounidenses tiene presión arterial alta o hipertensión, y los coloca en un riesgo mucho mayor para la progresión de la enfermedad.
Investigadores de la Jon Hopkins University School of Medicine han publicado los resultados de un estudio que muestra la importancia de suplementos de vitamina C para reducir la presión arterial en la revista American Journal of Clinical Nutrition. El autor principal del estudio, el Dr. Peter R. Miller comentó: “Nuestra investigación sugiere que suplementos con vitamina C tienen un efecto reductor modesto en la presión arterial “, señalando que la vitamina C tomada en dosis superiores a las sugeridas por el requerimiento diario recomendado efectivamente reduce la presión arterial lo suficiente para reducir el riesgo de un ataque al corazón o un derrame cerebral.
(Fuente: www.metronoticiaslasvegas.com)
Hay cada vez más jóvenes con la presión arterial alta en Argentina
Afecta a 5 por ciento de las personas de 25 a 44 años y esto influyen los hábitos de vida.
Se estima que entre cinco y siete de cada cien jóvenes de entre 25 y 34 años tiene la presión arterial elevada, proporción que viene en aumento en los últimos años, según observan los médicos. De esta manera, de acuerdo a los datos del Censo 2010 en Argentina, serían al menos 13.257 mendocinos los afectados, de los cuales al menos la mitad no lo sabe.
“Entre 5 y 7 por ciento de los jóvenes de 25 a 34 años son hipertensos. El porcentaje es levemente menor en personas de 15 a 24, pero también representativo y afecta a 2 por ciento de este sector poblacional”, aseguró el doctor Marcelo Orias, co-director del Laboratorio de Genética de Hipertensión Arterial del Instituto de Investigación MyM Ferreyra Inimec- Conicet.
El profesional disertó en las IV Jornadas de Cardiología que se realizaron recientemente en Córdoba, donde explicó que “la gente se está haciendo hipertensa cada vez más joven (…) en otras palabras, de a poco se va adelantando. Si un joven propenso a ser hipertenso a los 50 años, engorda mucho a los 30 ó 35 años, puede hacerse hipertenso antes”.
El factor genético es uno de los más predisponentes; sin embargo, los hábitos de vida repercuten directamente en la incidencia de esta patología. Estrés, abuso del consumo de sal, sedentarismo y directamente relacionado al sobrepeso son sus aliados, de los cuales el último es no sólo el más determinante, sino que será el responsable de otras patologías crónicas y del deterioro de la calidad de vida.
“La obesidad está claramente en aumento y se sabe que sube la presión; tanto es así que cuando un obeso baja de peso, inicialmente la presión se normaliza un tiempo pero, aún manteniéndose delgado, tiene mucho riesgo de ser hipertenso más tardíamente”, destacó Orias.
Lo más perjudicial de la hipertensión arterial es el desconocimiento y la falta de tratamiento adecuado.
La cardióloga Raquel Saá Zarandón, encargada de la Unidad Coronaria del hospital Central, aseguró que “la mitad no sabe que tiene HTA porque no se manifiesta y lo descubren diez años después cuando acuden a un control, para ingresar a un trabajo o sacar el carnet de conducir”.
La falta de controles médicos al respecto durante esta etapa de la vida dificulta su diagnóstico, mientras que a esa edad se presenta esporádicamente y por ese motivo suele asociarse a estados emocionales. Esta situación hace necesario un seguimiento diario en aquellos casos en que pueda sospecharse porque algún familiar la presenta.
En lo inmediato es asintomática, pero provoca daños a mediano plazo ya que va afectando lentamente las arterias, aún cuando es leve.
Así “si el paciente tiene las arterias dañadas en el cerebro, puede darle un infarto de cerebro; si son del corazón, se puede producir un ataque allí; y si el daño se da en los riñones, se puede ir a diálisis. Si se dañan todas, puede tener todos estos problemas”, explicitó Orias.
Por otra parte, la profesional mendocina explicó que “cuando se detecta en menores de 30 años se realizan varios estudios porque generalmente ésta es una manifestación de alguna otra patología, lo que se llama hipertensión secundaria”. La mayoría de las veces se relaciona a enfermedades del riñón, pero también pueden ser cardiovasculares u hormonales.
En cambio, en pacientes de más de 30 años se trata en general de hipertensión esencial, aquella que no tiene una causa definida y en la cual tiene mucho peso lo genético; aparece tarde porque pasa desapercibida.
Para Saá Zarandón “en nuestra cultura se come con mucha sal”. Aseguró que es importante cuidar el peso del cuerpo y realizar actividad física para evitar el sobrepeso. Se recomienda atenuar las situaciones de estrés y evitar el cigarrillo.
Si es detectada tempranamente y se recibe un buen tratamiento acompañado de buenos hábitos, se retrasará la aparición de los efectos negativos y hasta puede suceder que nunca se manifiesten.
(Fuente: http://www.losandes.com.ar)
Nighttime Blood Pressure Dipping in Postmenopausal Women With Coronary Heart Disease
Por: Andrew Sherwood, Julie K. Bower, Faye S. Routledge, James A. Blumenthal, Judith A. McFetridge-Durdle, L. Kristin Newby y Alan L. Hinderliter. American Journal of Hypertension (2012); 25 10, 1077–1082.
La alta presión arterial nocturna (BP) es pronóstico de morbilidad y mortalidad cardiovascular. Esta relación puede ser más fuerte en las mujeres que en los hombres. El presente estudio presenta la hipótesis de que la enfermedad de la arteria coronaria (CAD) y la edad avanzada se asocia con BP atenuación del descenso en las mujeres posmenopáusicas. Los efectos de la actividad física durante el día y la calidad del sueño nocturno en BP también fueron examinados.
Para las mujeres posmenopáusicas, la presencia de enferemedad de la arteria coronaria y la edad están acompañados por la BP, lo que puede aumentar el riesgo de eventos cardiovasculares adversos.
Por: Ihab Hajjar, Meaghan Hart, William Milberg, Vera Novak, y Lewis Lipsitz. BMC Geriatrics 2009, 9:48.
Nuestro objetivo es llevar a cabo un estudio doble ciego aleatorizado ensayo clínico controlado con antihipertensivos y función vascular endotelial y cognitiva (AVEC), para comparar un tratamiento de 3 años con antihipertensivos (lisinopril, candesartán o hidroclorotiazida) y su efecto sobre la memoria y la función ejecutiva, el flujo sanguíneo cerebral y la función endotelial centro de personas mayores con hipertensión arterial y pruebas objetivas precoz de las deficiencias ejecutivas o de memoria.
Una dieta salada durante la infancia causa adultos hipertensos
Muchos menús de comida rápida, que incluyen hamburguesa, patatas medianas y refresco, contienen casi 4g de sodio.
Demasiada sal durante la infancia puede ser un peligroso factor de riesgo para tener la tensión arterial elevada de adultos. En un estudio publicado en la revista Pediatrics, un equipo de investigadores de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) aseguran que algunos niños están consumiendo tanta sal como los adultos, lo que eleva el riesgo de desarrollar hipertensión, un factor de riesgo para la enfermedad cardíaca y la muerte prematura. En el caso de EE.UU. el riesgo de tener hipertensión arterial de adulto es del 37% en los niños con sobrepeso u obesidad.
Según la Academia Americana de Pediatría, las recomendaciones diarias de sodio, para niños de 1 a 3 años, estarían por debajo de los 1.500mg diarios, menos de 1.900mg en los de 4 a 8 años, menor a 2.200mg en los de 9 a 13 y inferiores a 2.300mg en los de 14 a 18 años. Sin embargo, muchos menús de comida rápida, que incluyen hamburguesa, patatas medianas y refresco de medio litro, contienen casi 4g de sodio en una sola comida, algo que claramente supera las dosis recomendadas.
Los científicos han revisado datos de 6.235 niños de entre 8 y 18 años en EE.UU. Se contemplaron aspectos como la dieta y la presión arterial. Sus datos muestran que los más de 6.200 niños que participaron en la investigación consumieron de media 3.400 miligramos de sal diariamente, es decir 1.000 miligramos más (47%) que la dosis máxima recomendada (2.300 mg). El estudio revela que un 15% sufría una presión arterial elevada.
Los niños mayores tienden a consumir más sal que los más pequeños. Y, dicen los autores, a mayor cantidad de sal, mayor presión arterial. Así, el informe afirma que los niños con el mayor consumo de sodio tenían el doble de probabilidades de tener pre-hipertensión o hipertensión que los que consumían la menor cantidad de sal. Además, los niños que consumían más sal y tenían sobrepeso o eran obesos triplicaban el riesgo de hipertensión.
Los expertos, coordinados por Quanhe Yang , advierten que la hipertensión es un factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular. Si eso se le añade el sobrepeso o la obesidad, podemos estar hablando de una generación de adultos más cardiovulnerables.
La buena noticia, sin embargo, es que la reducción en la ingesta de sal entre los niños puede tener un profundo efecto en la presión arterial y disminuir el riesgo de hipertensión que la pérdida de peso sea o restricción de sodio solo. «Si podemos reducir la ingesta de sal inicio en la infancia, ello se traduciría en un cambio significativo en la presión arterial de la población, tanto ahora como en el futuro», señalan.
Otro dato del estudio señala que más del 75% de la sal consumida por los estadounidenses proviene de alimentos industrializados y de restaurantes. En España, según la Sociedad Española de Hipertensión – Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), el 80% de la sal que consumimos proviene de las conservas y precocinados.
(Fuente: ABC)
Hasta el 31 de diciembre del 2011, por provincias por una tasa de 1000 habitantes.
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