Por: Naohisa Hosomi, Yoshimasa Sueda, Hisashi Masugata, Hiroaki Dobashi, Koji Murao, Masaki Ueno, Takanori Miki, Masakazu Kohno, Akira Nishiyama y Masayasu Matsumoto. Hypertension Research (2012) 35, 720–724.
Morning hypertension is an independent risk factor for cardiovascular diseases, particularly stroke. However, the optimal time at which to take antihypertensive medication to treat morning hypertension remains unclear. We prospectively enrolled elderly patients (over 65 years old) with morning hypertension who had suffered an ischemic stroke (or strokes). Additional treatments (one of six arms) were randomly administered for 10 weeks in the morning, in the evening or at bedtime (n=15 for each time point/medication).
Artículos interesantes
En esta sección les exponemos algunos artículos publicados sobre la hipertensión arterial. En la Revista Hipertensión y Riesgo Vascular
Prevalencia de la hipertensión arterial en poblaciones rurales del norte argentino
Por: De All, J.; Lanfranconi, M.; Bledel, I.; Doval, H.; Hughes, A.; Laroti, A.; Sánchez Aramburu, V.; Gnocchi, D.; Dubra, L.; Gorosito, F.; Henry, N.; Leguia, M.; Francos, J.; González Viana, H.; Saavedra, F yGnocchi, C. Hipertensión.2012; 29 :31-5 – vol.29 núm 02.
Ácido úrico como factor de riesgo cardiovascular
Por: Cebollada, J y Gimeno, J.A. Hipertensión. 2012;29:36-43. – vol.29 núm 02.
Variabilidad en la medida de la presión arterial periférica. ¿Limitación o marcador de riesgo?
Por: Morales-Salinas, A. Hipertensión. 2012;29:50-1. – vol.29 núm 02.
Presión arterial medida en la consulta y presión arterial real. ¿Son similares?
Por: Segura, J y Ruilope, L.M.
Las opciones de estilo de vida de los adolescentes afectan a su presión arterial
Un estudio australiano halló más riesgo de hipertensión en los chicos que beben y en las chicas que usan pastillas anticonceptivas.
Las chicas adolescentes que usan pastillas anticonceptivas y los chicos adolescentes que beben alcohol están en mayor riesgo de presión arterial alta, según un estudio reciente.
El riesgo también es mayor en los adolescentes de ambos sexos que ingieren mucha sal y los que tienen un índice de masa corporal (IMC) más alto, que es una medida de la grasa corporal según el peso y la estatura. La presión arterial alta o hipertensión aumenta las probabilidades de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular.
Los investigadores observaron la presión arterial, el consumo de alcohol, el tabaquismo, los niveles de actividad física, el uso de fármacos recetados y los hábitos alimentarios de casi 1,800 adolescentes en Australia.
Alrededor del 24 por ciento de los adolescentes tenían prehipertensión o hipertensión, entre ellos 34 por ciento de los que tenían sobrepeso y 38 por ciento de los obesos.
La presión sistólica (la cifra superior en una lectura) promedio entre los chicos del estudio era 9 mmHg mayor que la de las chicas en general. Entre los chicos, la presión arterial sistólica se relacionó significativamente con la ingesta de sal, el consumo de alcohol y el IMC.
La actividad física regular se asoció con una presión arterial diastólica (la cifra inferior) más baja.
El uso de pastillas anticonceptivas se asoció significativamente con una mayor presión arterial entre las chicas. La presión arterial sistólica de las chicas que usaban pastillas anticonceptivas era 3.3 mmHg más alta que la de las que no usaban esa forma de anticonceptivos, y la presión arterial era incluso más alta entre las chicas que usaban pastillas anticonceptivas y tenían IMC más altos.
El consumo de alcohol no tuvo un efecto sobre la presión arterial en las chicas, según el estudio, que aparece en la edición del 10 de julio de la revista European Journal of Preventive Cardiology.
Las importantes diferencias en la presión arterial halladas entre los adolescentes con estilos de vida sanos y menos sanos podrían tener un impacto significativo sobre su riesgo de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular en la adultez, apuntaron los investigadores.
“Los adolescentes deben tener en cuenta que un estilo de vida que predisponga a la gordura, una alta ingesta de sal y el consumo de alcohol podrían llevar a consecuencias adversas de salud en la vida adulta. Los efectos son acumulativos y ya se asocian con la hipertensión. Además, las chicas adolescentes que toman anticonceptivos orales deben ser aconsejadas sobre una monitorización regular de su presión arterial”, señaló en un comunicado de prensa de la revista el autor del estudio, el Dr. Chi Le-Ha, del Hospital Real de Perth.
(Fuente: European Society of Cardiology)
Anticonceptivos orales aumentan el riesgo de hipertensión
Un estudio europeo revela que la ingesta de anticonceptivos orales en las adolescentes y el consumo de alcohol en los chicos incrementa la presión sanguínea y el peligro de sufrir incluso un infarto de miocardio en un futuro a medio plazo
Para saber que estamos «sanos», nuestra tensión arterial debe estar por debajo del clásico 14/9 (140mmHg/90mmHg). Unas cifras que distan, según publica un estudio publicado en el «European Journal of Preventive Cardiology» y presentado en el último Congreso Europeo de Cardiología (ESC), de las que tienen los jóvenes hoy en día.
Y el motivo se halla en el uso de la píldora anticonceptiva y en la ingesta de alcohol. Ellas la toman, ellos beben. Y las consecuencias son un aumento de peso y de la presión sanguínea, con el consiguiente riesgo cardiovascular que probablemente aparezca cuando sean algo más mayores.
El trabajo fue realizado por investigadores del Hospital Royal Perth, la Universidad Notre Dam (ambos de Australia) y del Instituto Telethon de Salud Infantil. Tras hacer una serie de cribados a cerca de 2.000 individuos menores de edad, finalmente participaron 1.248 jóvenes de 17 años. Los chicos que bebían alcohol tenían de media de 9 mmHg de sistólica más alta de lo normal, y ellas, casi 2 mmHg. Además, a éstas se suma el hecho de que el 30 por ciento de ellas, usaba la píldora, lo que aumentó aún más la tensión (3.2 mmHg), frente a quienes no la tomaban. Y también se asoció a un mayor aumento del índice de masa corporal.
Estrógenos
Utilizando los criterios mencionados de presión sanguínea de la población adulta, aproximadamente el 24 por ciento de los adolescentes era «prehipertenso o hipertenso».
En cuanto al uso de la píldora, tal y como revela a este semanario el cardiólogo Joep Perk, «en el trabajo se contemplaron todos los tipos de anticonceptivos orales, no sólo uno en concreto o una marca». Y los componentes de todos ellos que el experto explica que están más ligados a ese incremento de la presión sanguínea «son probablemente los estrógenos que contienen».
Además, los investigadores también destacan que es en esta franja de edad cuando los hábitos y comportamientos comienzan a asentarse, por lo que después es más complicado eliminarlos de la vida cotidiana.
Infartados
Si se tiene en cuenta que las estadísticas muestran un incremento de la población obesa, especialmente entre este grupo poblacional, el uso de la píldora es un habitual entre muchas mujeres… «Si mis hijas se convierten en obesas y toman la píldora, desde luego que tendrán un riesgo mucho mayor de sufrir hipertensión, e incluso ésto puede derivar en un problema cardíaco (como un infarto de miocardio) más tarde en su vida».
Segun explica el investigador Chi Le-Ha, deberían aconsejar a las adolescentes que toman estos anticonceptivos orales que hagan revisiones y controlen su tensión arterial para evitar posibles riesgos cardiovasculares en el futuro».
Las recomendaciones de Perk, aunque pueden resultar obvias, sin embargo no deben ser tenidas muy en cuenta a tenor de las cifras descubiertas en el estudio.: «Nada de fumar, practicar alguna actividad física diariamente y adoptar hábitos alimenticios saludables», concluye el experto.
(Fuente: Larazon.es)
Obesidad e hipertensión arterial en la infancia.
La obesidad está alcanzando porcentajes epidémicos tanto en los países desarrollados como en los emergentes o en vías de desarrollo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de individuos sufren sobrepeso en el mundo, de los cuales casi trescientos millones pueden ser considerados obesos.
En la actualidad la evidencia científica y epidemiológica demuestra e identifica al sobrepeso y la obesidad como factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas denominadas “no transmisibles”, tales como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus tipo II, la dislipemia, etc.
Un aspecto últimamente estudiado es la relación que cabe entre sobrepeso, obesidad e hipertensión arterial fundamentalmente en edades tempranas de la vida como la niñez y la adolescencia, donde la prevalencia de las mismas en este grupo etáreo en particular se incrementa progresiva y paralelamente al aumento de las puntuaciones del índice de masa corporal. Por lo tanto, la hipertensión arterial es ya una realidad constatable hasta en un 30% de los niños obesos.
Precisamente en los últimos años se demostró que la presencia de los factores de riesgo mencionados en la niñez ya se asocian a cambios ateroscleróticos en la pared de los vasos arteriales y en este sentido la OMS llamó la atención acerca de la importancia de la medición rutinaria de la presión arterial, la talla y el peso en niños y adolescentes para la detección temprana de la hipertensión arterial y la obesidad.
La clasificación del “Fourth Report on the Diagnosis, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure in Children and Adolescents” (considera presión arterial normal alta a lecturas reiteradas entre valores comprendidos en los percentilos 90 y 95 para edad y sexo, e hipertensión arterial a valores iguales o superiores al percentilo 95 en al menos tres visitas consecutivas.
Aunque la incidencia general de hipertensión arterial en niños es baja, en número creciente son hoy identificados como portadores de factores de riesgo genéticos ó metabólicos para desarrollar futura hipertensión arterial, lo que hace necesario que estos factores de riesgo sean conocidos y manejados por el médico a temprana edad, para aplicar medidas cuando todavía el niño está normotenso, previniendo la aparición de hipertensión arterial o finalmente retardándola lo más posible. Véase el trabajo publicado.
Resulta entonces de fundamental interés conocer la prevalencia de la misma como así también la relación con otros factores de riesgo cardiovascular en este grupo etáreo, para establecer una óptima estrategia preventiva y terapéutica tal como queda demostrado en el trabajo publicado en este volumen de la Revista de la Federación Argentina de Cardiología: “Hipertensión Arterial y su asociación con variables antropométricas en adolescentes escolarizados de la ciudad de Salta”, donde precisamente se describe la estrecha relación entre hipertensión arterial y la obesidad infantil.
(Fuente: Revista Argentina de Cardiología)
Por: Gotthelf Susana Judith y Fonseca Maria De Jesus Mendes Da. Rev Fed Arg Cardiol. 2012; 41(2): 96-102.
La prevalencia de hipertensión arterial en la infancia es del 1-3% en la infancia y llega al 10% en la adolescencia. El peso corporal guarda una relación directa con la presión arterial, y su asociación con la presión elevada se ha documentado en diferentes grupos de edad. Se confirma la presencia de un problema actual de salud en los adolescentes: la hipertensión arterial, íntimamente relacionada al aumento de peso. Los tres indicadores de obesidad analizados mostraron asociación significativa respecto a la presencia de la enfermedad.
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