La infección con el virus del papiloma humano (VPH) es la condición necesaria para el surgimiento y desarrollo del cáncer cervicouterino (CaCu) y en general, es la principal causa de las neoplasias de la zona anogenital. Cerca de 200 genotipos de VPH se describen hasta la fecha y aproximadamente de 15 a 19 son considerados de alto riesgo (VPH-AR), de acuerdo con su potencial oncogénico. El VPH tipo 16 y el VPH 18 son los genotipos oncogenicos más frecuentemente asociados a lesiones precancerosas y al cáncer cervical. De acuerdo con los pocos estudios realizados en América del Sur, además del VPH 16 y el VPH 18, el VPH 58 es otro de los VPH-AR encontrados con mayor frecuencia en la región. Este último tipo se ha detectado en el centro y norte de Brasil, Argentina, Colombia y Ecuador.
La citología cérvico-vaginal, o técnica con tinción de Papanicolaou, permite la detección de lesiones premalignas y malignas, proporciona información sobre el estado hormonal y la presencia de infecciones por microorganismos en el cuello uterino. Constituye el principal ensayo reconocido y utilizado por los programas de control y prevención del CaCu.(7) El CaCu es la segunda neoplasia más común en mujeres de América Latina, con 68 818 casos anuales. Bolivia constituye el primer país latinoamericano con mayor tasa de mortalidad debido a esta afección, seguido de Perú y Ecuador.
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Los virus del papiloma humano (VPH) son los agentes etiológicos de los tumores malignos cervicales y otros tumores malignos anogenitales. El VPH es un pequeño virus de ADN bicatenario con un genoma circular de aproximadamente 8 kb. La cápside icosaédrica viral está formada por 72 capsómeros pentaméricos, que consisten en moléculas L1 y L2. La L1 es la principal proteína de la cápside con un peso molecular de 55 kDa. La producción recombinante de L1 utilizando sistemas heterólogos ha dado como resultado la formación de partículas similares a virus (VLP) que se parecen a los viriones nativos en tamaño y forma, pero carecen de el genoma viral potencialmente oncogénico.
Fuente: Rev. Cub. Medicina Tropical Vol 71(2)2019