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Diciembre 1 (HealthDay News/HolaDoctor). Un día de enero en 1991, la periodista profesional Jane Fowler, de 55 años de edad, abrió una carta de una compañía de seguros que le informaba que su solicitud de cobertura había sido denegada debido a una “anomalía sanguínea significativa”. Esa fue la primera pista, que luego se confirmó en el consultorio de su médico, de que la nativa de Kansas City, Kansas, había contraído VIH de alguien con quien había salido hacía cinco años, un hombre con quien había tenido una amistad durante toda su vida adulta. Ahora, Fowler tiene 75 años y está sana gracias a la llegada de los medicamentos antirretrovirales. Este miércoles, Día Mundial del SIDA, ese mensaje podría ser más urgente que nunca. En un foro reciente en la Casa Blanca sobre VIH y envejecimiento, donde Fowler participó, los expertos presentaron nuevos datos que sugieren que a medida que la epidemia de VIH/SIDA entra en su cuarta década, los que lo sufren también se hacen más viejos. Un informe, llevado a cabo por la AIDS Community Research Initiative of America (ACRIA), señaló que 27 por ciento de los estadounidenses diagnosticados con VIH tienen ahora 50 o más años de edad, y que para 2015 ese porcentaje podría haberse duplicado. Con demasiada frecuencia, los médicos no se dan cuenta de que sus pacientes mayores de 50 años aún tienen vidas sexuales activas, lo que conlleva a que muchas veces se pase por alto la posibilidad de enfermedades de transmisión sexual. Envejecer con VIH también plantea otros problemas. Según la encuesta de ACRIA a unos mil hombres y mujeres VIH positivos, el 91 por ciento batalla contra otras afecciones médicas crónicas asociadas con la edad, como artritis, neuropatías e hipertensión. Muchos tienen que enfrentarse solos a la enfermedad. El 70 por ciento de los estadounidenses mayores con VIH vive solo, según encontró el informe, una tasa más del doble de la de sus coetáneos sin infección.
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