Unidos en pro al acceso universal

Cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminaciones y cero muertes relacionadas con el sida.

Durante el sexagésimo período de sesiones de las Naciones Unidas el Secretario General presentó el informe Aplicación de la declaración de compromiso en lucha contra el VIH/sida y la Declaración política sobre el VIH/sida, de lo cual publicamos  un resumen.

En 2011  se cumplen 30 años de la existencia del SIDA. En este lapso , el sida se ha cobrado más de 25 millones de vidas, y más de 60 millones de personas han sido infectadas por el VIH. Sin embargo, día tras día, más de 7 000 personas se infectan con el virus, incluidos 1000 niños. Ningún país ha escapado a la devastación de esta epidemia auténticamente mundial.

Con todo, los programas de lucha contra el VIH están ahora dando fruto, pues la incidencia mundial del VIH está declinado, el acceso al tratamiento va en aumento y se ha puesto en marcha un movimiento mundial sin precedente para exigir el respeto a la dignidad y los derechos humanos de todas las personas vulnerables al VIH y afectadas por el virus. Tanto la epidemia como la respuesta que ésta ha generado han trasformado a nuestro mundo, elevando la importancia de la injusticia sanitaria mundial dentro del programa político en todo el mundo y colocando al ser humano en el centro mismo de las iniciativas en pro de la salud, el desarrollo y los derechos humanos.

Estos logros, aunque prometedores, son insuficientes y corren peligro. El estigma, la discriminación y la desigualdad entre los géneros siguen socavando los esfuerzos encaminados a lograr un acceso universal a la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo en relación con el VIH. La trayectoria insostenible de los costos y los efectos de la contracción económica mundial se conciertan para amenazar el progreso.

Durante tres décadas se han debatido en el seno de la Asamblea General, los parlamentos, las comunidades, los lugares de culto y los foros científicos. La comunidad internacional entra ahora en la cuarta década con un vasto caudal de conocimientos y una gama de nuevos instrumentos para revolucionar las medidas de prevención y ampliar extraordinariamente el acceso al tratamiento, la atención y el apoyo.

La respuesta al VIH tiene ante sí el momento de la verdad: 2011 es una oportunidad singular para examinar los progresos realizados y evaluar con carácter crítico y honestidad los obstáculos que nos tiene encadenados a una realidad en la cual la epidemia continúa a ritmo superior al de la respuesta.

Es preciso adoptar decisiones valientes para reconfigurar extraordinariamente  la respuesta al SIDA a fin de lograr el objetivo  de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminaciones y cero muertes relacionadas con el SIDA. A ese efecto es preciso renovar el compromiso político en pro de intervenciones más focalizadas, eficientes y sostenibles. Hay que reconocer que la no discriminación, el pragmatismo y la compasión producirían beneficios, no solo en cuanto a la respuesta al VIH, sino también respecto a todas las prioridades en materia de salud, desarrollo y derechos humanos.

Superar las insuficiencias

- Por cada persona que requiera tratamiento, dos contraen la infección. Para poner fin a las nuevas infecciones por el VIH habrá que aprovechar las innovaciones, colocar al ser humano que vive con el VIH en el centro mismo de la respuesta, proteger los derechos humanos y eliminar la desigualdad entre los géneros.

-  El nivel de los recursos mundiales destinados a la lucha contra el SIDA se ha estabilizado. Se necesita una responsabilidad compartida para proteger el acceso de más de 6 millones de personas que reciben tratamiento antirretroviral contra el VIH y llevar tratamiento a los millones que todavía lo necesitan.

- La trayectoria de los costos es totalmente insostenible. Los recursos se deben concentrar en medidas con fundamento empírico que produzcan resultados eficientes y sostenibles y, al propio tiempo, promuevan respuestas que dimanen de los países y de las personas.

- Las respuestas al VIH deben aprovechar el dinamismo mundial pro de la salud mundial, con especial referencia al género, y armonizarse e integrarse con los esfuerzos para la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

- Aún no se han aprovechado fuentes críticas de capacidad directiva y rendición de cuentas. Las potencias políticas emergentes, los países afectados y las personas que viven con VIH y son vulnerables a él, incluidos los hombres que tiene relaciones sexuales con hombres, las personas que compran y venden servicios sexuales y los consumidores de drogas deben ejercer una mayor difusión directiva en la gobernanza de las intervenciones contra el VIH.

Cinco recomendaciones para una movilización efectiva
El presente informe contiene las cinco recomendaciones siguientes para todas las partes interesadas.

- Se debe impulsar una revolución en materia de prevención que aproveche la energía de los jóvenes y el potencial de las nuevas modalidades de comunicación que están transformando el mundo, derogue las leyes punitivas que obstaculizan una respuesta eficaz y asegure que se empodere a las personas para protegerse a sí mismas, a sus parejas y a sus familias contra el VIH;

- Se debe forjar un marco revitalizado de solidaridad mundial para lograr, para 2015, el acceso universal a la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo en relación con el VIH;

- Se debe interrumpir la trayectoria ascendente de los costos y se deben ejecutar programas más eficaces, eficientes y sostenibles;

- Se debe asegurar que nuestra respuesta al VIH promuevan la salud, los derechos humanos, la seguridad y la dignidad de las mujeres y las niñas;

- Se debe asumir el compromiso de forjar unos sólidos mecanismos de mutua rendición de cuentas.

Fuente: Asamblea General de las Naciones Unidas.