Cambian los hábitos, no el amor

Con un diagnóstico de VIH la vida cambia, pero no termina. Aunque el organismo exige más cuidados, una persona equilibrada aprende a adaptar sus metas personales.

Si un día necesita ayuda, recuerde que encontrará una mano al final de su brazo. Con el tiempo descubrirá que tiene dos manos: una para ayudarse a sí mismo, otra para ayudar a los demás. Audrey Hepburn

La gran mayoría de las personas portadoras del VIH en Cuba están adscriptas al sistema de atención del MINSAP, y por tanto disfrutan de asistencia médica, consejería especial y todo el apoyo jurídico que su caso demanda.

Quienes deciden mantenerse al margen, pueden hacerlo, pero igual reciben consejería cara a cara en el momento de informarles su seropositividad, y saben que pueden incorporarse al sistema de atención cuando lo decidan, explicó a JR el doctor Manuel Hernández, especialista del Centro Nacional de Prevención de ITS/VIH/sida (CNP).

Algunas personas tras recibir el diagnóstico siguen la vida desordenada que llevaban antes y aceleran el paso hacia la fase final de su enfermedad, el sida. Otras, la mayoría, asume la vida con mejor color: saben que ya no se puede volver atrás, pero nada impide reorganizar los hábitos y asumir nuevos proyectos con un mayor sentido de responsabilidad, autorrespeto y confianza en el futuro.

Si fuera tu caso, ¿cómo elegirías continuar? ¿Hay que esperar a contagiarse para decidirlo? Ampliar.

Fuente: Periódico Juventud Rebelde. La Habana, Cuba.