Los cubanos sabemos lo que nos falta, pero no lo que tenemos

Dr. Jorge PérezEl martes 31 de mayo, el canal televisivo Cubavisión, transmitió el programa Con dos que se quieran, conducido por Amaury Pérez Vidal. En esa ocasión fue invitado el Dr. Jorge Pérez, director del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK).

El destacado especialista explicó cómo llegó a la medicina, al IPK, al sida, y recordó importantes pasajes de su vida y su trabajo. Les ofrecemos un extracto de sus declaraciones:

“Yo estudié medicina para ayudar al ser humano. Cuando yo llego al mundo del sida, el sida tiene un problema muy serio. Es que en aquel momento no existía cura. Al no existir cura, ni siquiera tratamiento que alargara la vida, porque ahora no hay cura tampoco, pero existe un tratamiento que alarga la vida si se lleva bien. Pues el sida era igual a muerte. El médico está acostumbrado a salvar, y por lo tanto es muy difícil para un médico, atender a una persona que se va a morir. Y cuando yo llego allí, que a mí me ofrecen la dirección del Sanatorio y yo lo acepto, etc. Yo me rasqué la cabeza, porque dije, qué cosa es lo que haré. Y lo primero que hice fue aprender, y para aprender tenía que entrevistarme con los pacientes, y vivir con ellos, ir allí y tomar café, tomar agua también en sus casas, para compartir, para saber cómo eran. Yo entro en un mundo que yo no conocía. Aquí no hubo discriminación oficial nunca, en este país, está claro, porque se protegieron por ley y por trabajo. Pero las personas podían ser sujetas a discriminación. En el mundo eran sujetos a discriminación. Y la gente tenía miedo, tenían miedo … En el libro mío hay descritas algunas anécdotas, además, muy interesantes con relación a eso, porque la gente tenía miedo … Al mismo tiempo esas personas se encontraban en una institución donde estaban separadas de su familia, lejos de ese cariño, era otro problema convivir con personas diferentes”.

“Y además, lo que sufrían, porque cada día me decían: el problema es que yo estoy viviendo un día menos. En la vida todo el mundo vive un día menos, porque tú no sabes cuándo te vas a morir, pero el paciente de sida sí sabía que en poco tiempo se iba a morir. Y todos los días se levantaban diciéndome que tenían un día menos. Y esto me traumatizó, y el hecho de que se enfermaban y se morían, también. Entonces tratábamos de hacer todo lo posible”.

“Usted no lo ve, pero está ahí. Usted no quiere escucharlo, pero está presente, y tiene que tener mucho cuidado. Mientras más informado usted esté, mientras más usted conozca, es mejor, porque usted está protegiéndose usted mismo al tener el conocimiento”.

“Bueno, mira, el libro cada vez que lo sacan, se agota, realmente. Hemos publicado varias veces el libro. En la Feria de La Habana salió, y desaparecieron los libros como por arte de magia. Porque lo importante, cuando escribí estas historias, es que todas tuvieran encerrada una enseñanza. Primero, lo que nosotros hacíamos en cada momento para que esta epidemia tuviera la incidencia que hoy en día tiene y el esfuerzo que hacíamos para mantenerla. Pero además, también que las personas pudiera conocer los caminos que los podían conducir a la enfermedad, los problemas que hay en la vida, y las complejidades, no solo en la atención, sino del ser humano”.

“Yo soy de los que piensa que siempre debemos tratar de llegar a más poblaciones, publicar libros, dar mensajes cara a cara. Hacerse la prueba. Hay muchas formas que el Ministerio de Salud Pública está utilizando en este momento, pero que tiene que seguir diversificando para llegar a esa población, la más afectada, que es compleja …”

“Porque yo repito algo que el profesor Kourí muchas veces dice, que es que nosotros los cubanos, sabemos lo que nos falta, pero no sabemos lo que tenemos.” Ampliar.

Fuente: Cubadebate