Guadalajara, 18 ene (Notimex) Pese a que su incidencia ha bajado en los últimos 25 años, la fiebre reumática es una afección latente porque su agente causal, el estreptococo beta hemolítico del grupo A, sigue presente en el medio ambiente, señalaron especialistas.

Los expertos en Reumatología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO) del IMSS en Jalisco, explicaron que se trata de una patología que en sus fases iniciales puede confundirse con otras enfermedades reumáticas.

Entre ellas la artritis, pero que por sus secuelas, especialmente a nivel cardiaco, tiene repercusiones importantes, si se considera que éstas afloran a partir de la cuarta o quinta décadas de vida, afirmaron los médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Señalaron que hoy son apenas uno o dos casos mensuales los que en promedio llegan a un tercer nivel de atención por secuelas de fiebre reumática, todos ellos adultos entre 50 y 60 años, con un daño franco en el corazón que sólo puede resolverse sustituyendo la válvula dañada.

Apuntaron que este bajo volumen de casos habla de que el médico familiar se ha vuelto muy acucioso en la captación y abordaje oportunos de este tipo de pacientes.

Infecciones de vías respiratorias altas (como el resfriado común) que se presenten de manera repetitiva, acompañadas por dolor e inflamación que migra de una articulación a otra, son datos que deben tomarse en cuenta como sugestivos de una fiebre reumática, agregaron.

Ante este cuadro clínico, dijeron, el médico debe realizar otros estudios y, de resultar positivo, ‘las posibilidades de erradicación del estreptococo beta hemolítico son muy grandes con algo muy simple: penicilina benzatínica’, administrada cada 21 días por tres meses.

En el IMSS Jalisco, durante 2010, en sus diferentes unidades médicas, se captaron 3 895 casos de fiebre reumática, los cuales están bajo tratamiento para erradicación del estreptococo causal, concluyeron.

Beijing, 18 ene (PL) China dispone hoy de un centro técnico de investigación para el desarrollo de un radar que permita identificar los peligros potenciales en las minas de carbón a fin de reducir los accidentes.

La entidad, inaugurada la víspera y situada en Harbin, capital de la provincia nororiental de Heilongjiang, fue creada de conjunto con el Instituto chino de Investigación de la Propagación de Ondas Radiales (CRIRWP, por sus siglas en inglés).

También participan en este proyecto una empresa de tecnología local y la compañía minera Longmei Mining Group, del territorio.

Lo que se busca es que el radar aplique técnicas de penetración terrestre como herramienta para la detección de fallas geológicas o cinturones permeables, potenciales escapes de gas letal o inundaciones en las minas de carbón.

Esta elevada tecnología de exploración, que entrará en servicio en uno o dos años, permitirá predecir peligros potenciales y emitir señales de alerta temprana, dijo Dong Qingsheng, jefe de la CRIRWP, citado por la prensa local.

Los accidentes en estos yacimientos son frecuentes en China. En 2009 dos mil 631 mineros fallecieron por esa causa, según datos de seguridad de la Administración Estatal del sector.

Los radares de penetración terrestre son sistemas electromagnéticos de alta frecuencia con la capacidad de adquirir gran cantidad de información en un período corto de tiempo.

Para el estudio no destructivo del subsuelo genera imágenes mediante una antena transmisora de señal que puede penetrar sedimentos, roca, hielo u otros tipos de materiales naturales ó artificiales.

Como parte de los esfuerzos que China realiza para mejorar la seguridad en las minas, recientemente la mayor cápsula de salvamento del país para el sector venció las pruebas de estabilidad.

Ese sistema móvil puede acoger a 12 personas en situaciones de emergencia durante 120 horas, según informaron fuentes vinculadas al proyecto.

Mientras, en agosto pasado, las autoridades chinas ordenaron a todas las minas de carbón construir y mejorar los sistemas de refugio de emergencia antes de junio de 2013.

Sydney, 18 ene (PL) El avance de las inundaciones continúa hoy imparable por sectores del sureste australiano, en el calificado por las autoridades de desastre natural más costoso en la historia del país.

El último blanco de las riadas resultó la localidad de Horsham, en el sureño estado de Victoria, donde el río Wimmera se desbordó en un punto de alta densidad poblacional y dejó incomunicados a miles de habitantes.

Según los servicios de emergencias, el nivel de las aguas supera el metro en algunos distritos de esa comunidad, que quedó dividida en dos tras el desbordamiento del Wimmera. Los pronósticos no avizoran mejorías para las próximas horas.

Sin embargo, Horsham -unos 300 kilómetros al noroeste de Melbourne- es apenas uno de los 51 poblados de la región que se encuentran anegados, mientras se esperan lluvias más fuertes para finales de esta semana.

Por su parte, algunas zonas del nororiental estado de Queensland emprenden la limpieza de las calles y contabilizan las afectaciones económicas, que estimaciones preliminares sitúan alrededor de los 20 000 millones de dólares.

Decenas de miles de viviendas y negocios fueron invadidos por el diluvio y millares de personas se vieron obligados a abandonar sus hogares.

Las autoridades de ese territorio informaron este martes del hallazgo de otros dos cadáveres, que elevan a 31 la cifra de muertos por las peores inundaciones en más de medio siglo en Australia.

La primera ministra Julia Gillard reveló que el Gobierno maneja la posibilidad de crear un impuesto especial para aliviar el costoso proceso de reconstrucción.

La industria carbonífera de Queensland ha sido una de las más azotadas por la catástrofe, con varias minas totalmente inundadas, lo cual se traduce en pérdidas millonarias cada día.

Las persistentes precipitaciones están asociadas al fenómeno climatológico La Niña, que ha provocado un desastre similar en Filipinas y Sri Lanka.

Washington, 18 ene (PL) Un estudio sobre las condiciones climatológicas del Océano Artico desde mediados del siglo XVIII comenzará en breve, centrado en los cuadernos de bitácora de varias expediciones que llegaron a esa región.

Considerado en diario de navegación, esos libros recogen el estado de la atmósfera, los vientos que reinan, los rumbos adoptados y la fuerza de las máquinas con que se navega entre otros aspectos de interés para el capitán del barco.

Los especialistas de la Universidad de Sunderland examinarán datos recopilados en viajes significativos para la historia de la humanidad, entre ellos el realizado por el marino inglés William Edward Parry, (1790-1855), uno de los primeros exploradores de esos mares en las primeras décadas del siglo XIX.

También analizarán las experiencias de su colega y coterráneo John Franklin (1786-1847), demás reseñas de su barco de la Royal Navy, así como los aportes de algunos buques balleneros.

Estimado como el más pequeño de los océanos, el Artico rodea al Polo Norte y se extiende al norte de Europa, Asia y América.

Es una zona muy importante para conocer las problemáticas asociadas al cambio climático, sobre todo en los procesos de retroceso y avance del hielo entre 1750 y 1850, explicó el académico Dennis Wheeler, líder del proyecto.

Cómo se comportó en el pasado es una de nuestras interrogantes para prevenir el futuro, dijo.

Ese período que estudiaremos es significativo desde el punto de vista climatológico. Es anterior a la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, precisó.

También fue una época de grandes erupciones volcánicas e inusual actividad solar, denominado por científicos como el Mínimo de Dalton, un período de bajas temperaturas que abarcó unas cuatro décadas.

El año recién concluido fue cálido en el Océano Artico. Estadísticas meteorológicas señalan que las temperaturas alcanzaron hasta 10 grados más de lo habitual en algunas zonas y la extensión de la capa de hielo registra los valores más bajos desde 1979, cuando se inició la recopilación de las cifras.

Yakarta, 18 ene (PL) Un sismo de 6,5 grados en la escala abierta de Richter impactó la occidental provincia indonesia de Bengkulu, en la isla de Sumatra, confirmó hoy la Oficina Nacional de Meteorología, Climatología y Geofísica.

El movimiento ocurrió a unos 10 kilómetros de profundidad y no generó peligro de tsunami, según un comunicado publicado en el sitio digital de la referida entidad.

El terremoto ocurrió en las primeras horas de la madrugada y atemorizó a muchos habitantes que se despertaron de súbito y huyeron de sus casas.

Sin embargo, la mayoría regresó a sus viviendas tras descartarse el peligro de réplicas, de acuerdo con la agencia Antara News.

Bengkulu, situada en el litoral oeste de Sumatra y declarada una zona proclive a desastres naturales, sufrió dos fuertes sacudidas en 2000 (7,3 grados) y 2007 (7,9), con saldo de decenas de muertos y miles de casas destruidas.

Autoridades locales alertaron sobre la propensión de ese territorio a ser blanco de tsunamis cuando los movimientos telúricos superan los seis grados de intensidad.

Por su ubicación sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una franja de intensa actividad sísmica y volcánica, Indonesia padece cada año cientos de terremotos.