El Salvador monitorea la costa del Pacífico para prevenir catástrofes

SAN SALVADOR, 19 ago  (AFP) – Con la instalación de modernos  mareógrafos, el Servicio Nacional de Estudios Territoriales (SNET) de El  Salvador inició un proyecto destinado a monitorear el Pacífico, epicentro de  temblores e impredecibles alteraciones ocasionados por el cambio climático.

Con asistencia de la Universidad de Hawai, el SNET instaló el primer  mareógrafo en el Puerto de Acajutla, 84 km al suroeste de San Salvador, para  monitorear el nivel del mar, iniciativa que forma parte de un proyecto apoyado  por la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica de Estados Unidos  (NOAA por sus siglas en inglés).

“Ahora podremos vigilar mejor los 321 km de línea de costa que tenemos, y  en el caso de una emergencia, este aparato (mareógrafo) nos va a permitir  declarar una alerta en forma oportuna”, declaró a la AFP el oceanógrafo del  SNET Francisco Gavidia.

El nuevo equipo, que también se instalará en el puerto de La Unión, 185 km  al sureste de la capital, permitirá detectar con mucha anticipación los  tsunamis que se generen a gran distancia, pero en el caso de los que se puedan  generar localmente, la alerta se reduce 40 minutos antes de la llegada del  fenómeno.

“Este tipo de estaciones (de medición) son muy útiles sobre todo para  tsunamis regionales o distantes, para tsunamis locales (…) sirve más la  sensibilización de la población de la costa”, comentó Gavidia.

Según el experto, cuando se registre un temblor de 6,5 grados en la escala  de Richter y más de un minuto de duración, la población de la costa tiene que  “inmediatamente buscar las alturas porque la primera onda de tsunami puede  arribar en los primeros 20 minutos”.

El proyecto de la NOAA incluye también la costa pacífica de otros países  ubicados en forma “estratégica para vigilar” el comportamiento del océano y  procesar datos como la altura del nivel del mar, predicción de marea  astronómica y establecer niveles de referencia para cartografía.

El SNET con la cooperación de Cuba impulsa desde el 13 de agosto un  proyecto denominado “Procesos Costeros” que incluye el estudio de las  corrientes marinas, oleajes y mareas que “modifican” la línea de costa  principalmente en la Playa El Espino, la más extensa del país con unos 12 km,  en el suroriental departamento de Usulután.

En El Espino, donde la última semana las fuertes mareas alcanzaron una  carretera paralela a la playa, según Gavidia, se perdieron 200 metros de la  línea de costa en las últimas dos décadas.

Otro de los países que también coopera con estudios es España, que  identifica las amenazas por tsunamis y la vulnerabilidad de la población  costera.

Con los nuevos aparatos oceanográficos y los estudios se podrán demarcar  las playas del país con la colocación de banderolas verdes, amarillas y rojas  para que la población pueda advertir el grado de peligrosidad, explicó  Gavidia.

De escasos 20.742 km2 y 6,1 millones de habitantes, El Salvador es conocido  como “el valle de las hamacas” por la alta sismicidad provocada en el Pacífico  por la interacción de las placas Cocos y Caribe, y por las decenas de fallas  que surcan el territorio producto de una cadena volcánica, que a lo largo la  historia han generado decenas de terremotos.