Antidepresivos
El uso de antidepresivos durante el embarazo se relaciona con la hipertensión.
Las mujeres embarazadas que utilizan antidepresivos durante su embarazo tienen más riesgo de presentar hipertensión, según muestra una nueva investigación.
La Dra. Mary A. De Vera, PhD, de la University of Montreal y la Dra. Anick Bérard, PhD, del Sainte Justine Research Center, Montreal, Québec, Canadá, señalan que el incremento del riesgo va más allá del que se podría atribuir a su depresión o a trastornos por ansiedad.
La Dra. Bérard dijo a Medscape Medical News: «Los antidepresivos se utilizan ampliamente durante el embarazo, hasta 14% de las mujeres embarazadas los utilizan». Nuestro estudio es una pieza más del rompecabezas que representa el riesgo del uso de antidepresivos durante el embarazo.
El estudio fue publicado recientemente en un artículo de la versión en línea de British Journal of Clinical Pharmacology.
No hay que suspender los medicamentos
La Dra. Bérard hizo notar que los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son los principales antidepresivos que se utilizan en la actualidad y la serotonina es un vasoconstrictor y también afecta de manera directa a la tensión arterial diastólica, aunque no se comprende bien el mecanismo de acción de este efecto».
En este estudio, las investigadoras analizaron datos del Registro de Embarazo de Québec y compararon a 1216 mujeres en quienes se había diagnosticado hipertensión desencadenada por el embarazo, con o sin preeclampsia, que no tenían ningún antecedente de hipertensión antes que se embarazaran, con 12.160 testigos equiparables.
Observaron que entre las participantes con hipertensión desencadenada por el embarazo, 45 (3,7%) habían utilizado antidepresivos durante el embarazo, en comparación con 300 (2,5%) de las mujeres del grupo de control (oportunidades relativas [OR]: 1,52; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,10 a 2,09).
El empleo de antidepresivos durante el embarazo se acompañó de un incremento de 53% en el riesgo de hipertensión desencadenada por el embarazo (OR: 1,53; IC del 95%: 1,01 a 2,33). El empleo de ISRS se relacionó con un incremento de 60% en el riesgo (OR: 1,60; IC del 95%: 1,00 a 2,55); de los ISRS, la paroxetina se relacionó con el máximo riesgo de hipertensión provocada por el embarazo (OR: 1,81; IC del 95%: 1,02 a 3,23).
La Dra. Bérard dijo: «Es muy importante que los médicos y las mujeres analicen los riesgos y las ventajas de los antidepresivos antes de su prescripción».
«Es necesaria una vigilancia estrecha, pues podría haber beneficios pero también riesgos. El mensaje no es tan simple como decirles a las mujeres embarazadas que dejen de tomar antidepresivos».
Dijo: «La decisión debe tomarla cada mujer a la vez. Cualquiera que esté influida por este estudio no debiera dejar de tomar su medicación prescrita sino consultar a su médico si es que se preocupa».
Limitaciones «importantes»
La Dra. Linda Chaudron, presidenta asociada de servicios clínicos del Departamento de Psiquiatría en el University of Rochester Medical Center en Nueva York, dijo que el estudio es uno más de los estudios recientes que han analizado la hipótesis de una relación entre el uso de antidepresivos y la hipertensión desencadenada por el embarazo.
También señaló que el estudio no describe ni analiza la gravedad de la hipertensión, su repercusión en la madre o en el embarazo o la necesidad de tratamiento.
«Los hallazgos del estudio deben comprenderse en el contexto de las limitaciones del diseño del mismo. Está basado en los datos de un registro de embarazo y vincula tres bases de datos administrativas. Los datos corresponden al periodo de 1997 a 2003, lo cual es importante si se toma en cuenta el uso más frecuente de paroxetina que de otros ISRS».
«Utiliza la definición de «al menos una receta surtida entre el primer día de la gestación y la fecha índice» como la definición de exposición a un antidepresivo. Esta es una limitación importante, ya que las mujeres pueden surtir una receta pero no tomarse el medicamento, sobre todo si descubren que están embarazadas».
En el estudio tampoco se efectúa el ajuste con respecto a la duración o la dosis del antidepresivo, dijo la Dra. Chaudron. Además, «Las autoras no tomaron en cuenta la depresión no tratada o la tratada en forma inadecuada, la gravedad de los síntomas activos o la remisión de los síntomas», dijo.
Por lo demás, la Dra. Chaudron señaló que las propias autoras hacen notar que en el estudio no se hizo el ajuste con respecto a otros factores de riesgo importantes para la hipertensión desencadenada por el embarazo, como el tabaquismo y la obesidad, la raza y los antecedentes étnicos, el ejercicio, el alcohol, las toxicomanías y el uso de medicamentos de venta sin receta.
Así mismo, dirigió la atención al hecho de que el número absoluto de mujeres que toman ISRS fue muy pequeño, sólo 45 en el grupo con hipertensión desencadenada por el embarazo.
Terminó diciendo: «Es importante siempre tomar en cuenta toda la gama de riesgos y ventajas para las mujeres y sus situaciones individuales».
Decisión individual
La Dra. Nada Stotland, profesora de psiquiatría en el Rush Medical College en Chicago, Illinois, resaltó que la depresión materna no es buena para la madre ni para el niño. Ni es buena para el sistema cardiovascular.
Una debilidad de este estudio, dijo la Dra. Stotland, fue la falta de comparación entre las mujeres deprimidas que no tomaban medicamentos con las que sí lo hacían.
Dijo: «Una vez que se interrumpe el antidepresivo, a veces es difícil lograr que funcione también. Un estudio demostró que dos tercios de las mujeres que suspendieron sus antidepresivos se volvieron a deprimir, de manera que lo fundamental es que esta es una decisión individual». «No hay una respuesta fácil».
La Dra. Stotland también advirtió que las mujeres que lean en torno a los resultados de este estudio podrían entrar en pánico y dejar de tomar sus antidepresivos, algo que podría ser dañino.
«La reacción no debe ser un arco reflejo. En este estudio aumentó la hipertensión, pero realmente no dicen cuánto se incrementó. De manera que las mujeres que están recibiendo antidepresivos no se debieran alarmar. Más bien, debieran hablar con su médico si tienen alguna inquietud».
El estudio fue financiado por Fonds de la Recherche en Santé Québec. La Dra. Bérard refiere que fue asesora en un litigio relacionado con antidepresivos.
(Fuente: www.medcenter.com)
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