Recomendaciones para el uso de fibra dietética para mejorar el control de la presión arterial
De acuerdo con varias guías internacionales, regionales y nacionales sobre hipertensión, las intervenciones en el estilo de vida son el tratamiento de primera línea para reducir la presión arterial (PA). Aunque la dieta es una de las principales modificaciones del estilo de vida descritas en las guías de hipertensión, no se especifica la fibra dietética.
La ingesta subóptima de alimentos ricos en fibra, como en las dietas occidentalizadas, es un factor importante que contribuye a la mortalidad y morbilidad de las enfermedades no transmisibles debido a una mayor presión arterial y enfermedades cardiovasculares.
En esta revisión, abordamos esta deficiencia examinando y abogando por la incorporación de la fibra dietética como una modificación clave del estilo de vida para controlar la presión arterial elevada. Explicamos qué es la fibra dietética, revisamos la literatura existente que respalda su uso para reducir la presión arterial y prevenir enfermedades cardiovasculares, describimos los mecanismos involucrados, proponemos niveles objetivo de ingesta de fibra basados en la evidencia, proporcionamos ejemplos de cómo los pacientes pueden alcanzar los objetivos recomendados y discutimos preguntas pendientes en el campo.
De acuerdo con la evidencia revisada aquí, la fibra dietética diaria mínima para adultos con hipertensión debe ser de >28 g/día para las mujeres y >38 g/día para los hombres, y se estima que cada 5 g/día adicionales reducen la PA sistólica en 2,8 mm Hg y la PA diastólica en 2,1 mm Hg. Esto favorecería una microbiota intestinal sana y la producción de metabolitos derivados de la microbiota intestinal llamados ácidos grasos de cadena corta que reducen la presión arterial.
La concienciación sobre los objetivos de fibra dietética y cómo alcanzarlos guiará a los equipos médicos para educar mejor a los pacientes y capacitarlos para aumentar su ingesta de fibra y, como resultado, reducir su presión arterial y el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Vea el texto completo en: https://www.ahajournals.org/doi/abs/10.1161/HYPERTENSIONAHA.123.22575
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