Hepatitis B y C
- Un medicamento llamado adefovir dipivoxil. Se toma oralmente una vez por día. Generalmente el tratamiento dura un año.
No obstante, la mayoría de las personas pueden combatir solas la infección de hepatitis B y eliminar el virus de la sangre por si solas; sin embargo, entre el 5 – 10 % de los adultos, el 30 – 50 % de los niños, y el 90 % de los bebés no se libran del virus y desarrollan una infección crónica. Las personas con infección crónica pueden contagiarles el virus a los demás, y también tienen mayor riesgo de sufrir problemas hepáticos más adelante. La hepatitis crónica conduce a la cicatrización del hígado, insuficiencia hepática o cáncer de hígado. Si eso sucede, usted necesitará un nuevo hígado. La operación se llama trasplante de hígado y consiste en quitar el hígado propio lesionado y sustituirlo con otro hígado sano proveniente de un donante.
¿Cómo puedo protegerme?
Existe una vacuna contra la hepatitis B. Las vacunas le enseñan a su organismo a atacar ciertos virus, como en este caso. La vacuna se aplica en tres inyecciones. Todos los bebés deben recibirla. Los lactantes reciben la primera inyección a las 12 horas de haber nacido. La segunda inyección se les aplica entre 1 y 2 meses de edad, y la tercera entre los 6 y los 18 meses de edad. También se vacunan los adultos, principalmente aquellos que trabajan en lugares donde existen riesgos de contagio.
También puede protegerse teniendo pareja sexual estable y utilizando condón en las relacciones sexuales.
Hepatitis C: ¿qué sucede en la enfermedad hepática terminal?
Hepatitis C en etapa terminal significa que el virus de la hepatitis C ha dañado el hígado gravemente. Lentamente, el virus de la hepatitis C daña el hígado a lo largo de muchos años, y a menudo, la enfermedad progresa de una inflamación a una cicatrización permanente e irreversible (cirrosis). Con frecuencia, las personas no presentan signos ni síntomas de la enfermedad hepática o solo presentan síntomas leves durante años, incluso décadas, hasta que desarrollan cirrosis.
Una vez que tienes cirrosis, el tratamiento se centra en evitar que la afección empeore. Es posible que se pueda detener o disminuir el daño. Los síntomas de la enfermedad hepática terminal pueden incluir los siguientes: