Adultos mayores
En la actualidad los adultos mayores no constituyen un grupo clave en el enfrentamiento al VIH/sida. Pero la población de adultos mayores VIH-positivos va en aumento. Esto se debe a que muchas personas que contrajeron la infección por el VIH a temprana edad están envejeciendo puesto que el tratamiento permanente con medicamentos contra el VIH ayuda a esas personas a tener una vida más larga y sana. Por estas razones, la población seropositiva incluirá cada vez más adultos mayores de 60 años.
No obstante, cualquier persona—incluso un adulto mayor—puede contraer la infección por el VIH. Muchos de los factores de riesgo de infección por el VIH son los mismos para los adultos de cualquier edad, pero lo cierto es que resulta menos probable que las personas mayores se hagan la prueba de detección correspondiente. Algunas personas mayores pueden sentirse avergonzadas o temerosas de hacerse la prueba. Además, los médicos no siempre piensan en hacerles la prueba del VIH a las personas mayores. Cuando por fin se diagnostica a la persona mayor, el virus puede estar en las últimas etapas y es más probable que progrese y se convierta en sida.
En las mujeres mayores el adelgazamiento y la sequedad de la vagina por causa de la edad pueden aumentar el riesgo de infección por el VIH. Además, es posible que las mujeres que ya no se preocupan por el embarazo no usen el condón femenino ni le pidan a su pareja que use el condón masculino durante las relaciones sexuales.
También hay que tener en cuenta que muchos adultos mayores tienen otras afecciones tales como enfermedades del corazón o diabetes, que pueden complicar el tratamiento de la infección por el VIH. Incluso cuando la enfermedad está bien controlada, los adultos mayores seropositivos pueden desarrollar trastornos relacionados con el envejecimiento a una edad más temprana. El VIH y su tratamiento también pueden afectar otras partes del cuerpo, como el cerebro y el corazón, aumentando la probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares respecto a los adultos mayores que no tienen el VIH. Las personas mayores que tienen el VIH también tienen un riesgo mayor de desarrollar demencia.
Fuentes: