Adictos al alcohol y a sustancias psicoactivas

alcohol drogasEl uso de drogas y alcohol puede causar comportamientos de riesgo que aumentan la probabilidad de adquirir o transmitir la infección por el VIH. Por ejemplo, una persona que usa drogas o alcohol podría tener relaciones sexuales sin protección (sexo sin condón) o compartir agujas para inyección de drogas.

El uso de drogas y alcohol también puede perjudicar la salud de una persona con el VIH. En particular, puede debilitar el sistema inmunitario y causar lesiones del hígado. Las personas con VIH toman una combinación de medicamentos muy fuertes contra el virus y el uso de estupefacientes y bebidas alcohólicas puede dificultar el enfoque y el cumplimiento del régimen de tratamiento diario. La omisión de estos últimos permite que el virus se multiplique y cause daños al sistema inmunitario.

La interacción medicamentosa entre los medicamentos antirretrovirales y las drogas recreativas como la marihuana, la cocaína o la heroína puede aumentar el riesgo de efectos secundarios peligrosos.

La situación mundial actual del consumo de drogas que afectan el comportamiento es preocupante. La cifra actual de adictos a este tipo de sustancias se acerca a los 200 millones. En el caso de Cuba, en la actualidad, los indicadores globales de alcoholismo al sumar la prevalencia de abuso y dependencia rondan el 4% de la población mayor de 15 años, aunque existe otro 10% con patrones no recomendables de consumo alcohólico, que los ubican como consumidores de riesgo. La utilización de drogas ilegales se ha manifestado en el último lustro como un fenómeno todavía de muy baja prevalencia si se compara con países circundantes, aunque en modo alguno despreciable, si se toma en cuenta que Cuba es un país que considera la salud como un derecho del pueblo y responsabilidad priorizada del Estado y que cuenta con un sistema único de salud con orientación preventiva promocional.

Desde los inicios de la epidemia el VIH/sida se vio ligado al abuso de drogas ya que se relacionaba con un mayor porcentaje de personas que usaban drogas inyectables. En la actualidad se sabe que esta situación se asocia, además, con el consumo de sustancias que afectan la conciencia por la frecuencia que tienen al adoptar comportamientos sexuales desprotegidos lo que constituye un riesgo para la transmisión del VIH/sida. El estigma relacionado con el VIH/sida conduce a menudo a la discriminación y ello, unido al rechazo social que supone el consumo de sustancias y a otros factores, pudiera explicar las causas por las cuales las personas con VIH/sida consumidores prefieren mantener oculto el diagnóstico ante sus vecinos y determinadas personas, incluidos el personal de salud.

Actualizado: enero/2018

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