La respuesta al VIH en América Latina — Datos mundiales sobre sida 2019
La respuesta al VIH en América Latina se financia principalmente con recursos nacionales. Sin embargo, la inversión nacional en lo que respecta a la programación para poblaciones clave fue insuficiente, incluida la expansión de los servicios de prevención para gays y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, trabajadoras sexuales y personas transgénero.
En los países que dependen en gran parte de la financiación de donadores internacionales, la rápida disminución de dichos recursos amenaza la sostenibilidad de estos programas.
América Latina enfrenta desafíos adicionales, que incluyen niveles de migración que aumentan drásticamente debido a la incertidumbre sociopolítica. La cobertura del tratamiento para el VIH se desplomó en la República Bolivariana de Venezuela. Por ello, las personas que viven con VIH están migrando a otros países para buscar acceso al tratamiento para el VIH y otros cuidados relacionados con la salud. Muchos de estos migrantes pasan por múltiples países, cada uno de los cuales debe satisfacer sus necesidades de saludo y de bienestar general, además de las de sus propios residentes.
Se estima que 100 000 [79 000–130 000] personas contrajeron el VIH en América Latina en 2018, mostrando un aumento del 7% en comparación con 2010. Aproximadamente la mitad de los países de la región experimentó un aumento en la incidencia entre 2010 y 2018. Los mayores aumentos se produjeron en Brasil (21%), Costa Rica (21%), el Estado Plurinacional de Bolivia (22%) y Chile (34%).
Al mismo tiempo, se observaron grandes descensos en El Salvador (-48%), Nicaragua (-29%) y Colombia (-22%). El 40% de las nuevas infecciones en 2018 se produjo entre gays y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres: entre 15 países que proporcionaron información, la prevalencia superó el 20% en dos países y el 10% en otros siete. Entre los 13 países que proporcionaron información, la prevalencia del VIH fue más alta entre las personas transgénero, con un 30% o más en tres países y más del 20% en otros cinco.
La cantidad anual de muertes relacionadas con el sida en la región disminuyó en un 14% entre 2010 y 2018, con un estimado de 35 000 [25 000–46 000] vidas perdidas por causas relacionadas con el sida en 2018. La relación de incidencia-prevalencia de la región continúa disminuyendo. Aunque llegó a 5,4% [4,1–6,8%] en 2018, es necesario lograr un mayor progreso para alcanzar el punto de referencia de transición epidémica del 3,0%.
Fuente: Onusida – 16 de julio de 2019
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