La soledad, un problema creciente entre las personas con el VIH que se hacen mayores
Las personas con el VIH mayores de 50 años presentan elevadas tasas de soledad. Además, las personas que se sienten solas son más propensas a presentar síntomas depresivos, a ser fumadoras y consumir alcohol, a tener menor nivel de ingresos económicos, así como una peor calidad de vida relacionada con la salud. Estos son los principales resultados de un estudio publicado recientemente en AIDS and Behavior.
Actualmente, gracias al tratamiento antirretroviral, la esperanza de vida de las personas con el VIH se aproxima bastante a la de la población general. Este hecho ha desencadenado que nos encontremos con la primera generación de personas que envejecen con el VIH. Si bien la ciencia está caracterizando poco a poco los problemas desde un punto de vista clínico a los que hacen frente los pacientes de mayor edad, todavía son muchos los interrogantes sobre los retos psicosociales que tienen que afrontar.
Por ejemplo, en un estudio realizado en Reino Unido se halló que la atención sanitaria y sociosanitaria no está preparada para cubrir las necesidades de este grupo cada vez mayor de personas. Otros estudios han encontrado que la experiencia de soledad se relaciona con un peor estado de salud.
En esta ocasión, con el fin de conocer mejor el estado de salud y bienestar de las personas que se hacen mayores con el VIH, un equipo de investigadores de San Francisco (EE.UU.) llevó a cabo un estudio en el que contaron con 356 personas con el VIH que, en general, tenían entre 55 y 60 años. El 85% de ellos eran hombres, el 57% eran de etnia blanca y alrededor del 70% de los inscritos eran gais, lesbianas o bisexuales.
A través de cuestionarios validados evaluaron la calidad de vida relacionada con la salud, el apoyo social y la capacidad para llevar a cabo las actividades de la vida diaria. Además, también analizaron los resultados de las pruebas de laboratorio.
Los resultados del análisis muestran que un 58% de los participantes manifestó algún grado de soledad distribuido de la siguiente manera: un 24% comunicó soledad leve; 22%, moderada; y un 12%, severa. Además, las personas que experimentaron algún grado de soledad eran más propensas a presentar síntomas depresivos, ser fumadoras, consumir alcohol, tener menor nivel de ingresos económicos, así como una peor calidad de vida relacionada con la salud.
Fuente: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt-VIH). España. 29/5/2018
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