Prevención de la trasmisión maternoinfantil de la sífilis y el VIH. Informe de resultados. Cuba, 2014

cubaLa atención a  las determinantes que  inciden en el estado de salud de  la población ha  tenido una alta prioridad en Cuba, de manera particular se presta atención a los factores socio-económicos. El Estado cubano concibe el desarrollo como un proceso integral entre lo económico y lo social; considera que el simple crecimiento económico, sin progreso y justicia social, no conduce a un verdadero desarrollo, ni
permite alcanzar los objetivos sociales a que se aspira, enfoque que ha propiciado una transformación social en el país.

El Sistema Nacional  de Salud  se  basa  en  los  principios  de  la  salud  pública  socialista, mediante  los cuales se reconoce el derecho de  la población de recibir de  forma gratuita  los servicios prestados por las instituciones dedicadas tanto a la asistencia médica como a la asistencia social y constituye una de las mayores conquistas del modelo social cubano. Cuba ha desarrollado un enfoque  integral y programático para  la prevención y atención médica de estas entidades  de  salud, sobre  la base de un Programa  de Prevención  y Control  integrado  e  integral  que
realiza acciones certificadas en los niveles nacional, provincial y municipal hasta nivel de policlínicos; con cobertura universal y acceso equitativo basados en políticas de protección social.

Cuenta además con una industria  farmacéutica  y  biotecnológica  que  provee  más  del  80%  de  los  medicamentos  y  tecnologías
esenciales; elementos que influyen de manera positiva en la expectativa de vida de la población cubana.  Las  estrategias  con  enfoque  inter  y  multidisciplinario  en  el  abordaje  de  problemas  de  salud  han permitido al alcance de  relevantes  indicadores de salud a  lo  largo de  los años. Entre ellas  figuran  la promoción y  la educación para  la salud,  la vigilancia de  los  factores de  riesgo y de  las enfermedades transmisibles  (ET) y no  transmisibles  (ENT),  la organización de  los  servicios de atención primaria de salud (APS), la incorporación de nuevas tecnologías, la participación  intersectorial y comunitaria, entre otras.

Se  ofrecen  como  promedio,  nueve  consultas  por  habitante,  siete  consultas  médicas  y  dos  de estomatología. En  la atención primaria, el 77 % de  las consultas externas se  realizan por médicos de familia y la tasa de ingresos en el hogar es de 3.3 por cada 100 habitantes.  Existe  en  el  país  una  Estrategia  de  atención  a  la  pareja  Infértil,  accesible  a  toda  la  población  que muestra incrementos en el número de consultas y en embarazos logrados. Desde 1986 y hasta diciembre de 2013 se han diagnosticado un total de 19 mil 781 casos de VIH, de
los que han  fallecido 3 302  (3 015 por  sida  y 287 por otras  causas). La prevalencia  conocida hasta diciembre de 2013 es de 16 mil 479 personas con VIH.
Las mujeres representan alrededor del 20% de los casos de VIH reportados cada año con variaciones entre provincias. La  razón hombre-mujer en el país  fue de 4,4:1 en el 2013,  ligeramente  superior al 2012  (4:1). Los datos del 2013 muestran mayor afectación del sexo  femenino en Cienfuegos, Sancti Spíritus e  Isla de  la Juventud. Las provincias Mayabeque, Matanzas, Villa Clara, Ciego de Ávila, Las
Tunas, Santiago de Cuba y Guantánamo  incrementaron con respecto al 2012  la cantidad de hombres diagnosticados por cada mujer. El riesgo de adquirir VIH es 4,4 veces mayor en hombres que en mujeres, con menores diferencias en Isla de  la  Juventud, Artemisa, Granma y Pinar del Río, provincias en  las que  aun siendo superior el riesgo para los hombres, la diferencia entre sexos es menor que en el resto de las provincias.

En  los últimos 6 años  los grupos de edades más afectados se mantienen en el  rango de  los 20 a 29 años.  El  diagnóstico  en  menores  de  14  años  no  representa  un  problema  en  el  país,  se  aprecia estabilidad del diagnóstico de VIH en  jóvenes de 15 a 19 y se evidencian  ligeros  incrementos en  los grupos de 45 a 49 y de 50 y más años.

Durante  los  primeros  años  de  epidemia  era  inusual  la  ocurrencia  de  embarazos  en  las mujeres  ya diagnosticadas  con  VIH.  A  partir  del  año  2011  se  observa  un  incremento  del  número  de  mujeres seropositivas  al  VIH  que  se  embarazan  y  terminan  su  gestación.  Este  comportamiento  se  ha relacionado  con  la  confianza  percibida  por  las  embarazadas  en  las  medidas  preventivas  que progresivamente se han  ido estableciendo y que  le garantizan mayor probabilidad que su  hijo nazca sano.

La realización de prueba de VIH a  las embarazadas en el primer  trimestre del embarazo comenzó en 1987 y a  finales de  la década de  los 90 se  instituyó  realizar otra en el  tercer  trimestre de embarazo atendiendo  a  que  en  el  estudio  epidemiológico  de  varias  de  las  diagnosticadas en  ese  entonces  se pudo sospechar fuertemente que habían adquirido la infección con posterioridad al primer trimestre de
la gestación.  Anualmente se realizan más de 200 mil pruebas de VIH en embarazadas. En los últimos cuatro años la cantidad de mujeres diagnosticadas con VIH en el curso de un embarazo, ha oscilado entre 31 en el 2010 y 52 en 2013, lo que representa entre el 10% y 13% de las mujeres diagnosticadas con VIH cada año.

Prevención de la trasmisión maternoinfantil de la sífilis y el VIH. Informe de país.

Fuente: MINSAP