ONU-Mujeres: fuerte impulso hacia la igualdad de géneros
Los asuntos de la mujer en el mundo ganan cada vez más espacio dentro de Naciones Unidas y ya están insertados en todos los aparatos del sistema de la organización dedicados a temas políticos, sociales, económicos, culturales, científicos y del medio ambiente. Esa extendida labor cobró nuevos bríos a principios de 2011 con el nacimiento de la agencia ONU-Mujeres, liderada por la expresidenta chilena, Michelle Bachelet, y creada por decisión de la Asamblea General (julio de 2010) para concentrar el trabajo en torno a los problemas de las féminas.
Hasta entonces, esa tarea estaba divida entre el Fondo para el Desarrollo de la Mujer, la División para el Avance de la Mujer, el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación para la Promoción de la Mujer y la Oficina del Asesor Especial en Asuntos de Género.
ONU-Mujeres comenzó a funcionar con el propósito de impulsar el papel de ese grupo poblacional en el desarrollo, la paz y la seguridad, y de avanzar en su empoderamiento (ganar poder) y sus derechos, junto las niñas. Entre sus objetivos está la lucha frente a la violencia contra ellas a través de la capacitación de los Estados para crear los mecanismos necesarios de formulación y reforzamiento de leyes, políticas y servicios que protejan a ese segmento de la sociedad. Otros ángulos de la actividad de la agencia abordan los problemas vinculados al VIH-sida, la migración, el imperio de la ley, la degradación ambiental y el cambio climático, la protección social y la salud materna e infantil.
No existen límites para lo que pueden hacer las mujeres, desde las madres que soportan las familias en duras circunstancias hasta aquellas que devienen ministras o jefas de Estado, aseguró Bachelet al iniciar la labor de la nueva entidad en enero de 2011.
En la región americana (incluye a Estados Unidos y Canadá) existen notables avances que la convierten en la primera del mundo en cuanto a representación femenina en los órganos legislativos con un 22,7, por delante de Europa, que presenta un 22,3. En esa área resaltan los resultados registrados en Cuba y Nicaragua, países ubicados entre los 10 primeros del mundo con mayor presencia de féminas en sus órganos legislativos. La estadística muestra a Cuba en el tercer lugar con más alta proporción de féminas en su Parlamento, con un 45,2 por ciento en diciembre de 2011, y a Nicaragua, donde ese medidor aumentó del 18,5 al 40,2 por ciento en las elecciones realizadas el año pasado.
Otra cuestión prioritaria para ONU-Mujeres radica en mejorar la autonomía económica de las féminas, en momentos en que más de 800 millones de ellas carecen de educación, formación y oportunidades para participar plenamente en la vida económica. Para eso impulsará la formación, la adopción de leyes que igualen a ese segmento poblacional con el de los hombres, la protección social y el acceso equitativo a las oportunidades y a los bienes como la tierra y el crédito.
Y como nubarrón que opaca el panorama general de las mujeres en el mundo, siempre aparece el crítico dilema de la violencia en su contra, el cual afecta a toda la sociedad en su conjunto, con enormes costos sociales y económicos. Según datos de la ONU, hasta un 75 por ciento de las mujeres y niñas del mundo son víctimas de violencia física o sexual en el transcurso de sus vidas. Al respecto, ONU-Mujeres sostiene que se trata de un asunto que no es inevitable y puede prevenirse si la justicia llega a todas y se pone fin a la impunidad, y con ese objetivo trazó un plan de 16 puntos para acabar con la violencia contra las féminas. Entre ellos están la creación de planes nacionales y locales de lucha contra la violación de los derechos humanos de ellas y lograr que la justicia y los servicios esenciales sean accesibles para adultas y niñas.
Otro propósito es aumentar la inversión en la igualdad entre los géneros, para lo cual se debe fomentar la educación secundaria de las niñas, cuidar la salud femenina, en particular en materia de reproducción y enfermedades de transmisión sexual.
Naciones Unidas aprobó en el año 2000 los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), ocho propósitos que deben ser cumplidos en 2015 y que de una forma u otra tienen relación estrecha con la situación de las mujeres. Sin embargo, tres de esas metas están enfocadas directamente sobre ellas y se titulan Igualdad entre los géneros, Mejorar la salud materna y Combatir el VIH-sida. Objetivos bastante lejanos de conseguir en los tres años que restan para completar el plazo fijado, al menos, en lo que a las mujeres atañe. (Por Víctor M. Carriba)
Fuente: Prensa Latina. 6 de mayo de 2012