Efectos secundarios del tratamiento anti-VIH – Enfermedad ósea
Un estudio de gran tamaño llevado a cabo en EE UU ha demostrado que la relación entre el tratamiento antirretroviral y la enfermedad ósea no está demasiado clara.
Diversos ensayos han mostrado que las personas con VIH corren un mayor riesgo de sufrir problemas en los huesos, como la osteoporosis. Sin embargo, no se conocen con claridad las causas y consecuencias exactas de este hallazgo.
Un grupo de investigadores del Departamento de Asuntos de los Veteranos de EE UU decidió examinar las tasas de fracturas por fragilidad (en cadera, muñeca y vértebras inferiores) de más de 56.000 personas con VIH entre los años 1988 y 2009. Los autores descubrieron que se produjo un gran aumento en la incidencia de fracturas con posterioridad a 1996, año en que se hizo disponible el tratamiento anti-VIH eficaz. Los factores tradicionales de riesgo de sufrir fracturas (como tener una mayor edad, fumar, tener diabetes o estar coinfectado por el virus de la hepatitis C) constituyeron todos ellos también factores de riesgo importantes en este grupo de personas.
De hecho, el equipo de investigadores considera que el aumento en la incidencia de fracturas observado después de 1996 podría deberse simplemente a que las personas con VIH viven más tiempo. No obstante, al restringir el análisis a los pacientes que recibieron atención médica en la era del tratamiento eficaz, se comprobó que el tratamiento con tenofovir (Viread® , y también en los comprimidos combinados Truvada® y Atripla® ) supuso un factor de riesgo de experimentar fracturas, al igual que la terapia con el inhibidor de la proteasa lopinavir/ritonavir (Kaletra®).
Sus resultados evidenciaron que cada año de tratamiento con tenofovir suponía un aumento de casi un 12% en el riesgo de sufrir una fractura. El uso de tenofovir y Kaletra® en la misma combinación aumentó aún más el riesgo de fractura ósea. Sin embargo, el equipo de investigadores señaló que el riesgo vinculado al empleo de estos fármacos resultaba mínimo en comparación con el relacionado con los factores tradicionales mencionados. De hecho, los autores no creen que la terapia antirretroviral constituya una causa relevante de fracturas, y comentan al respecto: Es probable que la exposición acumulada a los antirretrovirales no sea la causa del aumento del riesgo en la era TARGA.
Tratamiento anti-VIH en la prevención: los distintos métodos no están en competencia
El profesor Myron Cohen, de la Universidad de Carolina del Norte planteó que los artífices de políticas han de reflexionar sobre cómo se puede utilizar la terapia antirretroviral (PPrE y microbicidas) dentro de un paquete de prevención del VIH, en la VI Conferencia de la Sociedad Internacional de sida en Roma. El rotundo mensaje lanzado en un encuentro satélite de la conferencia fue que los métodos preventivos con antirretrovirales no están en competencia entre sí. Las personas asistentes debatieron sobre la rapidez con que está cambiando el paisaje de los métodos preventivos del VIH basados en fármacos antirretrovirales. El uso de la tecnología preventiva adecuada para atender las necesidades de la persona se erigió como uno de los temas del encuentro.
¿Constituye el tratamiento siempre la mejor opción (como medida de prevención) en parejas serodiscordantes? Si el miembro de estas parejas que vive con VIH no puede o decide no tomar comprimidos, o si la persona con VIH tiene otras relaciones, quizá sea preciso recurrir a la PPrE o a un microbicida”, declaró el profesor Myron Cohen, de la Universidad de Carolina del Norte (EE UU), uno de los investigadores principales del estudio, que demostró que el tratamiento precoz reducía en un 96% el riesgo de transmisión del VIH al miembro de la pareja seronegativo. Uno de los principales problemas destacados fue la dificultad para acceder a las poblaciones en situación de riesgo de infección. Tenemos que llegar a las mujeres que no se considera que están en una situación de riesgo y deberíamos conseguir que las comunidades se movilicen para ser las primeras en adoptar el gel [microbicida] con tenofovir, afirmó Samu Dube, de la Campaña Mundial por los Microbicidas.
Poner en práctica el tratamiento como prevención
Es necesario llevar a cabo más estudios para determinar lo eficaces que pueden resultar las distintas estrategias referentes al uso del tratamiento antirretroviral como prevención en comunidades y entornos epidemiológicos específicos, según se comentó en un encuentro satélite que tuvo lugar en la jornada inaugural de la conferencia de Roma.
El encuentro, organizado por Coalición de Activismo en Vacunas contra el Sida (AVAC) y el Grupo Europeo sobre Tratamientos del Sida (EATG), puso énfasis en la importancia de la realización de estudios, la identificación de barreras para la implementación de intervenciones preventivas y el desarrollo de estrategias para superarlas. El equipo de investigadores sugirió que ninguna intervención de tratamiento como prevención era “mejor”, ni tampoco que hubiera un paquete ideal de intervenciones, sino que más bien se requería un enfoque flexible para responder a las circunstancias locales. No obstante, se presentaron unos datos que evidenciaban que, en el caso de entornos con escasos recursos, el inicio de la terapia anti-VIH de forma precoz supondría la opción más eficaz. Las tasas de diagnóstico tardío, sin embargo, implican que la utilización más amplia de la terapia antirretroviral no permitiría llegar al 96% de reducción de las transmisiones observadas en el ensayo HPTN 052.
Incluso lograr una reducción del 60% en la tasa de transmisiones dependería de que el 60% de las personas reciba el diagnóstico en el primer año de la infección, de que el 90% de estas personas tome terapia antirretroviral, de que el 87% alcance una carga viral indetectable antes de seis meses y de que el 99% siga tomando tratamiento. De todos modos, en el encuentro también se comentó que un enfoque combinado resultaría más flexible frente a las situaciones en ámbitos reales.
La siguiente oleada de ensayos de prevención debería examinar el uso del tratamiento en entornos donde se proporcionan servicios de salud, afirmó Sheena McCormack, del Consejo de Investigación Médica del Reino Unido. Ésta señaló como dos prioridades el averiguar la aceptabilidad de la PPrE entre poblaciones diana como los hombres gay y el hacer que las intervenciones resulten rentables. Ampliar
Fuente: International AIDS Society