Manejo comunitario de la hipertensión arterial en el municipio Jagüey Grande, Matanzas.
Por: Dr. Alfredo F. Dueñas Herrera; Dr. Osvaldo Hernández; Dra. Nurys Armas
Rojas; Dr. Erasmo Sosa Dr. Reinaldo de la Noval García y Dr. Jesús Aguiar. Rev Cubana Cardiol Cir Cardiovasc. 2010; 16(3):251-58.
La cifra media de presión arterial disminuyó entre 3,2 y 5,0 mmHg entre 1997-
2002. La prevalencia de hipertensos conocidos se incrementó de 11,7% en 1997
a 26,4% en 2002, en esta población, y se logró un aumento notable del número
de pacientes controlados: 17% en 1997 y 62% en 2002. La tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares disminuyó entre el inicio y el final del estudio en un 23 %, por infarto cardiaco agudo en un 53% y por accidente vascular encefálico en un 48 %. Esta disminución fue mayor en Jagüey Grande, que en otros municipios vecinos.
Por: Toshio Ogihara, Masunori Matsuzaki, Seiji Umemoto, Hiromi Rakugi, Hiroaki Matsuoka, Kazuyuki Shimada, Jitsuo Higaki, Sadayoshi Ito, Akira Kamiya, Hiromichi Suzuki, Yasuo Ohashi, Kazuaki Shimamoto y Takao Saruta for the Combination Therapy of Hypertension to Prevent Cardiovascular Events Trial Group. Hypertension Research (2012) 35, 441–448.
La terapia combinada de la hipertensión para prevenir los eventos cardiovasculares ensayo COPE, demostró que los bloqueadores de los canales de calcio (benidipine) en terapias combinadas con un bloqueador del receptor de angiotensina (ARB), un bloqueador ß-, o un diurético tiazida (tiazida) fueron igual de eficaces en la prevención de eventos cardiovasculares y la consecución del objetivo de presión arterial (BP, 140/90 mm Hg).
Revisión
Lifestyle and metabolic approaches to maximizing erectile and vascular health
Por: D R Meldrum, J C Gambone, M A Morris, K Esposito, D Giugliano y L J Ignarro. International Journal of Impotence Research (2012) 24, 61–68.
El estrés oxidativo y la inflamación, que interrumpen el óxido nítrico (NO) directamente o por causar resistencia a la insulina, son determinantes centrales de las enfermedades vasculares, incluyendo la disfunción eréctil. La – NO vascular reducida – se ha relacionado con la obesidad abdominal, el tabaquismo y el consumo elevado de grasa y azúcar, todos los cuales causan estrés oxidativo.
Con hipertensión, el deterioro cognitivo empieza antes de los 50
Ni el peso, el colesterol o la edad tienen tanto impacto como la hipertensión en el deterioro de funciones cognitivas claves en plena etapa productiva de la vida.
En un relevamiento epidemiológico realizado en el corazón de la provincia de Córdoba, un equipo local determinó con una batería de tests que hasta el 45,6% de los hipertensos con una edad promedio de 50 ya tenía algún signo sospechoso de deterioro cognitivo o demencia. Los principales problemas detectados fueron de memoria o las fallas en las funciones ejecutivas, que son las que nos permiten organizar las tareas del día, saber cómo llegar a un lugar, mantener una conversación o utilizar el dinero, entre tantas otras.
“Tener hipertensión y alguna alteración de esas funciones quintuplica el riesgo de desarrollar una demencia en el futuro. Salvo en los mayores de 70, en los que la edad influyó claramente en el deterioro cognitivo, la hipertensión fue el único factor de riesgo de los cuatro estudiados [ver infografía] que en los más jóvenes estuvo asociado con un compromiso cognitivo. Esto quiere decir que el deterioro comienza tempranamente. De hecho, la literatura médica habla de los 25 años”, indicó a LA NACION el doctor Augusto Vicario, autor principal del trabajo premiado en el XIX Congreso Argentino de Hipertensión Arterial, organizado por la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA).
La ciudad cordobesa de Villa María atrajo la atención del equipo de la Fundación Certus porque allí funciona un programa de prevención cardiovascular (Corazón Sano) para los 80.000 habitantes de sus 34 barrios.
El equipo de Vicario, formado también por los doctores Gustavo Cerezo, Mildren Del Sueldo y Judith Zilberman, convocó a la población por la radio local, megáfono y panfletos a acercarse a los centros de atención primaria para hacerse un control cardiovascular y cognitivo. Finalmente participaron 1365 voluntarios, de entre 18 y 88 años (un promedio de 50), sin enfermedades psiquiátricas, demencias o depresión ni infartos cerebrales previos.
Además de los análisis de laboratorio y el control clínico, a todos se les aplicó el Mínimo Examen Cognitivo o MEC, que incluye una prueba general de evaluación rápida conocida como Miniprueba del Estado Mental (o Minimental) y otras dos más específicas: una para evaluar la memoria semántica (Test de Boston) y otra para conocer cómo los lóbulos frontales del cerebro ejecutan las funciones ejecutivas (Test del Reloj).
Mientras que el Minimental reveló que un 14,5% tenía signos de deterioro cognitivo, las otras dos pruebas más especializadas llevaron esa cifra a un 34,6% con fallas ejecutivas y a un 45,8% con problemas de memoria. A diferencia de los mayores de 70, en los que la edad explicaba el déficit cognitivo, en los más jóvenes fue la hipertensión la causa asociada. Los participantes con resultados alterados fueron derivados al neuropsicólogo para una evaluación más profunda.
BASTA CON QUE SEA LEVE
Los pocos especialistas que durante el congreso expusieron a sala llena sobre la relación entre la presión alta y el deterioro cognitivo coincidieron en que basta con que la hipertensión sea leve o moderada como para inducir modificaciones silenciosas en el tiempo en las estructuras vasculares y las funciones cerebrales que pueden terminar en un accidente cerebrovascular y la demencia.
Las guías de la SAHA definen la hipertensión leve (grado 1) cuando la presión sistólica (máxima) es de 140-159 mmHg y/o la presión diastólica (mínima) es de 90-99 mmHg. Para la hipertensión moderada, los valores son 160 y 100 mmHg, respectivamente.
“La hipertensión daña la estructura de los vasos cerebrales en la sustancia blanca, ubicada por debajo de la corteza cerebral -explicó Vicario-. Esta sustancia es un conglomerado de fibras nerviosas que unen diversas estructuras del cerebro. El flujo de sangre alterado y la disminución en la oxigenación lesiona la mielina que recubre las fibras nerviosas, lo que interrumpe los circuitos y desconecta los lóbulos frontales. Así, se afectan las funciones ejecutivas, que dependen de la integridad de estos circuitos, y eso compromete los procesos mentales complejos como la resolución de problemas y la toma de decisiones.”
Por su parte, el doctor Antonio Coca, jefe de la Unidad de Hipertensión y Riesgo Vascular del Hospital de la Universidad de Barcelona, España, advirtió que los hipertensos “puros” (sin otras enfermedades) con más lesiones silentes en la sustancia blanca son aquellos en los que el tratamiento no logra controlar la presión. “En un estudio sobre más de mil hipertensos de entre 60 y 90 años, sin demencia, se detectó a los cinco años en una segunda resonancia que la incidencia de la demencia de origen vascular era de 8 de cada 1000 pacientes”, comentó Coca, reconocido por sus investigaciones. En otro estudio, los participantes que desarrollaron demencia fueron los que 15 años antes habían tenido la presión sistólica (máxima) y diastólica (mínima) altas.
“También detectamos en un estudio sobre pacientes de entre 50 y 60 años con hipertensión leve a moderada, sin otras enfermedades ni tratamiento antihipertensivo previo, que el 40% tenía lesiones silentes en la sustancia blanca del cerebro”, agregó Coca.
Se estima que si se retrasa cinco años el avance del deterioro cognitivo, en una década habría 4 millones menos de personas con demencia.
“El cardiólogo o el médico clínico pueden decir que es normal perder la memoria… Pero hay que decirlo después de estudiarlo”, insistió Vicario. Y sabe de lo que habla.
En una encuesta vía Internet a cardiólogos y médicos clínicos, el 100% respondió correctamente que el deterioro cognitivo está asociado con la hipertensión, pero sólo tres de cada diez lo evaluaba en la consulta. Al preguntarles si en los pacientes mayores con ese tipo de problemas habría que tratar agresivamente la presión alta, el 100% dijo que sí, aunque sólo dos de cada diez lo hacía.
LA MEJOR RECETA PARA REDUCIR LOS RIESGOS
Los especialistas en hipertensión y demencia coincidieron en recomendar, aquí, durante el XIX Congreso Argentino de Hipertensión Arterial que, ante un hipertenso joven, hay que optar por una evaluación combinada: cognitiva y de las lesiones cerebrales silentes mediante una resonancia magnética.
Entonces, la pregunta de rigor es si el tratamiento de la hipertensión y el control rutinario de la presión podrían prevenir el deterioro cognitivo. No necesariamente, pero sí demorarlo, según aseguraron los expertos consultados.
“Prevenir y tratar en forma agresiva la hipertensión y los factores de riesgo [el colesterol, la diabetes y la obesidad], que dañan las estructuras vasculares, retrasa la progresión del deterioro cognitivo en quienes tienen predisposición a desarrollarlo. Si cuidamos la salud general, estaremos previniendo la aparición precoz de las demencias”, indicó el doctor Augusto Vicario, vicepresidente de la Sociedad de Cardiología de Buenos Aires y médico del Hospital Español.
(Fuente: lanacion.com)
Artículos interesantes en la revista: American Journal of Hypertension
Por: Nathan D. Wong, Jennifer Dede, Vincent H. Chow, Ken S. Wong y Stanley S. Franklin. American Journal of Hypertension (2012); 25 5, 561–567
Por: John T. Wilkins, Mary M. McDermott, Kiang Liu, Cheeling Chan, Michael H. Criqui y Donald M. Lloyd-Jones. American Journal of Hypertension (2012); 25 5, 535–541
Por: Hirotaka Shibata y Hiroshi Itoh. American Journal of Hypertension (2012); 25 5, 514–523.
Por: Marcos J. Marin, Guillermo Fábregues, Pablo D. Rodríguez, Mónica Díaz, Olga Paez, José Alfie, Gustavo Caruso, Patricia S. Pantalena, Beatriz Schiavi y Marina González. Rev Argent Cardiol 2012;80.
El estudio RENATA actualizó los datos de prevalencia, conocimiento y tratamiento de la HTA en siete ciudades de la Argentina.
Se observó que un tercio de la población evaluada es hipertensa y que la HTA es más frecuente en hombres.
El alto porcentaje de pacientes que no conocían su enfermedad, así como el de hipertensos tratados y no controlados, además de resaltar la importancia del presente Registro, refuerza la necesidad de diseñar estrategias específicas que contribuyan a mejorar el control de esta patología en Argentina.
‘En América Latina, el país con la mayor prevalencia de hipertensión es el Ecuador’
Quién es? cardiólogo e internista mexicano, miembro de la Sociedad Mexicana de Cardiología
Casi ocho millones de personas mueren cada año en el mundo por causa de la hipertensión arterial. El 80% de los casos ocurren en países en vías de desarrollo, según la Sociedad Internacional de Hipertensión (SIH).
El estudio advierte que el riesgo aumenta con la edad y el sexo, y que los hombres son significativamente más propensos a contraer la enfermedad. Sobre el tema, dictó conferencias en Quito y Guayaquil, el médico mexicano José Luis Cervantes, traído por Laboratorios PharmaBrand, durante la presentación para la clase médica de Dueto, una combinación de Losartan y Amlodipina en una sola tableta, sugerido para el tratamiento en pacientes con inadecuado control con drogas individuales y en el tratamiento inicial de la hipertensión arterial en pacientes que requieren terapia combinada.
El galeno hizo una pausa en su agenda y, en diálogo con VIDA DIARIA, destacó la necesidad de un cambio de estilo de vida además de elegir el medicamento adecuado. Además, cuestionó a los Estados Unidos por la demora en publicar las guías para el tratamiento de la enfermedad.
¿Por qué la hipertensión se ha convertido en la primera causa de muerte en el Ecuador y una de las principales en América Latina?
En América Latina, el país con la mayor prevalencia de hipertensión es el Ecuador y la primera causa de muerte es la enfermedad cardiovascular secundaria. Un 46% de la población ecuatoriana tiene hipertensión arterial y, lo triste del asunto es que solamente un 15% de esa población que se sabe hipertensa, tiene un control adecuado de sus cifras de presión arterial.
¿Cuáles son las cifras adecuadas?
Por debajo de 140 sobre 90.
¿A qué se debe el bajo control?
Es una pena, pero muchas veces se piensa que la hipertensión es solamente un factor hereditario.
¿No lo es?
Sin duda, ustedes (los ecuatorianos) como los mexicanos, tenemos un defecto genético, que nuestros ancestros y nuestros indígenas nos proporcionaron, pero también hemos adquirido hábitos alimenticios que nos predisponen a tener alta la presión arterial.
¿Qué aspectos tiene que ver con lo genético?
Tenemos un defecto en un cromosoma que está afectado, que nos predispone a ser chaparritos, gorditos, morenitos y con la presión arterial alta. Ese factor genético apenas se ha descubierto en la población latinoamericana.
¿Y los hábitos?
Usualmente el latinonoamericano es obeso, sedentario, fumador, tiene el colesterol elevado y bebe grandes cantidades de alcohol, sobretodo el que vive en la Costa. Entonces, si el sujeto tiene más de 50 años, al factor genético se suma que consume más de dos gramos diarios de sal, tiene 10 kilos encima, fuma cinco cigarrillos diarios, tiene 200 gramos de colesterol, no hace ejercicio y consume tres cervezas al día, estamos hablando del prototipo del ecuatoriano; pues la probabilidad de que tenga presión arterial alta es total.
¿El Dueto es la solución?
Yo no vengo para hablar nada más de un fármaco, sino de la corrección de todo los factores de riesgo.
¿De qué manera?
Si bajamos el consumo de sal a 1,5 gramos al día, el alcohol a dos copas de vino tinto o a una cerveza; si hacemos 30 minutos de caminata, lograremos un peso ideal y un control más adecuado que solo suministrarle un medicamento.
¿Cómo lograr ese cambio de actitud?
Mi primer objetivo es hacer entender a los médicos que atacar esos factores de riesgo es tan importante como la elección adecuada de los fármacos. En segundo lugar, vengo a decirles que las guías para el manejo de la hipertensión no son comunes a todo el mundo; desafortunadamente, los latinoamericanos dependemos de los Estados Unidos y sus últimas guías son de 2004.
¿Qué pasó?
Que los EEUU no han tenido un argumento sólido para demostrar que, como país, no han logrado mejorar sus metas. La encuesta nacional de salud de los EEUU del año 2000 decía que el 70% de su población sabía que era hipertensa y que solo el 34% estaba bien controlado. Han pasado 12 años y la OMS dice que siguen en el 34%.
¿Por qué América Latina depende de los EEUU, no puede realizar sus propios estudios y su propia guía?
Asia, Canadá, Sudáfrica, la Sociedad Británica y la Europea de Cardiología sacaron sus guías ya. Lo importante es que las cinco coinciden en que la de los EEUU es obsoleta porque consideraba que no era prioritario el cambio del estilo de vida en el manejo del paciente hipertenso y que dentro de la familia farmacológica el costo beneficio es muy importante.
¿Qué quiere decir eso?
Que muchas veces le das el medicamento que consideras idóneo por ser el mejor, pero resulta muy caro, o tienes que darle tres pastillas para que esté controlado, pero al cuarto mes las abandonan.
¿Cuál es la opción?
Hoy se recomienda, para que haya adherencia, dar una pastillita cada 24 horas o una que tenga dos mecanismos de acción, lo que se llama terapia dual.
¿Eso es el Dueto de Pharmabrand?
Exacto, es la mejor opción. tiene dos medicamentos consagrados que, por el costo beneficio y las cinco guías que mencioné, es un fármaco de elección para el paciente que no se ha controlado con un cambio del estilo de vida.
¿Para casos extremos?
No necesariamente, lo que pasa es que las guías americanas decían que el tratamiento no farmacológico no era muy importante, que lo importante era dar medicamentos y fundamentalmente la monoterapia, un solo medicamento y, si no había éxito, subir la dosis al tope. Hoy, ocho años después, sabemos que esa es una absoluta mentira.
¿Eso explica por qué las cifras de control no han mejorado?
Claro, el gordito siguió comiendo y bebiendo como marranito pero eso sí, tomaba su pastillita para la presión.
¿O será que es mejor negocio seguir vendiendo la pastillita?
Es un gasto brutal comprar hipertensivos, me estás entendiendo perfectamente; este es un problema multidisciplinario, por eso estamos esperando que los EEUU cambien su postura y saquen la guía. (MEVO)
[Dr. José Luis Cervantes, Cardiólogo, egresado del hospital General de México. Internista, egresado del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez. Investigador principal en diversos estudios prospectivos doble de placebos controlados. Presidente capítulo México del Colegio Panamericano de Endotelio 2011-2015. Miembro de la Sociedad Europea, de la Canadiense y de la Americana de Hipertensión.]
(Fuente: Hoy -Ecuador-)
Comentarios recientes