Mientras dura la edad fértil, tienen más protección respecto a los riesgos cardiovasculares; ¿hay tratamientos específicos diferentes para unos y otras?
Salvo las complicaciones que puedan darse en el embarazo con la hipertensión gestacional y la preclampsia, que pueden ser un factor de riesgo sin relación directa con el problema crónico de la hipertensión, se sabe que hay factores propios de la fisiología de la mujer que, a diferencia del hombre, les brindan a ellas cierta protección respecto de esa condición crónica de riesgo cardiovascular mientras dura la edad fértil.
Pero al llegar la menopausia todo cambia: “Las mujeres se vuelven más propensas a la hipertensión arterial, y sus valores de presión pueden igualar y hasta superar el riesgo del hombre a igual edad”, advierte la doctora Judith Zilberman, médica cardióloga del Hospital Argerich y presidenta del Comité de Enfermedades Cardiovasculares de la Mujer Adulta de la Federación Argentina de Cardiología (FAC).
“En principio se creía que esto sucedía solamente por la disminución de estrógenos, pero después se fue descubriendo que hay muchos otros factores que influyen, como el daño en el tejido vascular endotelial o el aumento de los niveles de andrógenos, u hormonas masculinas”, señala la doctora Zilberman.
Normalmente el organismo femenino tiene estrógenos y también en menor cantidad andrógenos, pero después de la menopausia el balance entre ambas hormonas cambia, y en algunas mujeres esto puede llevar a un incremento sostenido de la presión, por encima de los valores considerados normales (140 y 90 milímetros de mercurio, respectivamente, para la sistólica y la diastólica).
¿Esto significa que las terapias hormonales podrían mejorar el control de la presión arterial? No exactamente. En principio se probó con terapias de reemplazo hormonal, a través de importantes estudios como HEARST I y II, o la Women´s Health Initiative (WHI), pero no sólo se vio que no había mejoras significativas en el control de la hipertensión, sino que además estas terapias aumentaban significativamente los riesgos de ACV o de tromboembolismos.
“No obstante ?aclara la doctora? cuando se hicieron esos estudios se utilizaban dosis muy diferentes a las que se usan hoy en los tratamientos de reemplazo hormonal, y además no es lo mismo dar este tipo de terapias a mujeres perimenopáusicas que a mujeres menopáusicas de más de 60 años por ejemplo. Hay nuevos estudios que sugieren que si se aplican estas terapias hormonales en dosis diferentes en etapas perimenopáusicas, podrían tener efector beneficiosos con respeto a la prevención cardiovascular, y esto aún continúa en estudio.”
El juego de las diferencias. “Conocer las diferentes respuestas a los tratamientos antihipertensivos actuales en mujeres y varones sin duda podría mejorar las estrategias de tratamiento y nos permitiría obtener una reducción mayor del riesgo, teniendo en cuenta las diferencias”, señaló la doctora.
Sin embargo la médica, que presidió el Comité Científico del Congrso Argentino de Hipertensión Arterial, realizado en Buenos Aires en abril por la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), aclaró que no hay diferencias significativas en la respuesta al tratamiento antihipertensivo entre hombres y mujeres con respecto al descenso de la presión arterial: “Actualmente no existen estudios clínicos diseñados para evaluar la diferencia de efectividad del tratamiento antihipertensivo entre ambos sexos”.
En varios países ?y también en la Argentina? hay científicos trabajando en la búsqueda de formas más personalizadas de controlar la hipertensión, ya que en nuestro país, por ejemplo, solo el 14% de las personas hipertensas logran mantener la presión arterial en niveles que no representen un riesgo para su salud, según los datos que maneja la SAHA.
En el Hospital Argerich la doctora Zilberman trabaja en investigación clínica, utilizando diferentes fármacos para el tratamiento corriente de la hipertensión arterial en mujeres menopáusicas, y evaluando no solamente su efecto antihipertensivo, sino también la existencia de algún efecto adicional en el eje hormonal, de síntomas climatéricos, o de factores de riesgo cardiovascular que se desencadenan durante la menopausia.
Pero en cuanto a investigación básica, hay otros estudios que se están realizando en conjunto con las doctoras Jane Reckelhoff, profesora de Fisiología y Biofísica en el Centro Médico de la Universidad de Mississippi (EE.UU.), y Cristina Arranz, fisióloga de la Facultad de Farmacia y Bioqúímica de la Universidad de Buenos Aires.
“Todas las investigaciones experimentales son la base en la mayoría de los casos para continuar con las investigaciones en la práctica clínica ?señala Zilberman?. A la fecha los resultados de tratamientos con fármacos son preliminares y se necesitan estudios que avalen el uso diferenciado por sexos.”
En la localidad cordobesa de Villa María se está llevando a cabo desde hace 4 años el “Programa Corazón Sano”, de prevención de factores de riesgo cardiovascular. Este programa, coordinado por la doctora Mildren del Sueldo y que comenzó con el relevamiento y seguimiento de factores de riesgo cardiovascular en mujeres (hipertensión, diabetes, obesidad, tabaquismo), inició este año su segunda fase con la evaluación también en varones, con la idea de ingresar luego en una fase comparativa.
La hipertensión es la principal causa de accidente cerebro vascular (ACV) o infarto cerebral, y hace que silenciosa y sostenidamente se vayan deteriorando las arterias ?con el consiguiente riesgo de infarto de miocardio?, la función vital de los riñones y, según se descubrió más recientemente, la función cognitiva, porque afecta al cerebro a través de imperceptibles microinfartos. De hecho, nuevos estudios presentados este año remarcan la relevancia del daño cognitivo en las mujeres y su relación con la hipertensión arterial, informa la doctora Zilberman.
Unos 7 millones de argentinos la padecen, pero muchos no conocen su condición, lo cual le permitiría tomar las medidas necesarias para mantenerla controlada.
Mantenerse sin sobrepeso, dejar de fumar, hacer actividad física y consumir menos sal son medidas que a todo el mundo ayudan, pero el grado de riesgo y la forma más apropiada de controlar la presión arterial dependen de las características de cada persona.
(Fuente: Notife)
El Ministerio de Sanidad de España ha comenzado una campaña informativa para reducir el consumo de sal entre sus ciudadanos y prevenir así la hipertensión. El consumo medio de sal de los españoles es el doble del recomendado por la OMS, 5 gramos por persona y día, sin embargo, el Ministerio de Jiménez se conformará con una reducción del 20 por ciento en cuatro años.
A los españoles se nos va la mano con la sal, y nos está pasando factura. La hipertensión arterial es la gran consecuencia del abuso de su consumo, y es responsable de más del 50 por ciento de los casos de enfermedad cardiovascular y de la enfermedad coronaria. En total, más de diez millones de españoles afectados por hipertensión arterial.
El reto del Ministerio es reducir el consumo de sal en 5 gramos por persona y día cada año, de aquí al 2014. Para ello, se distribuirán más de 100.000 folletos informativos en centros de salud y farmacias, inserciones en prensa e información en la Web de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Una reducción del consumo de sal supondría evitar cada año 20.000 accidentes cardiovasculares y 30.000 eventos cardíacos
Durante la presentación de la campaña, Trinidad Jiménez destacó el ahorro que producirá la reducción de las enfermedades relacionadas con la hipertensión arterial gracias a la reducción del consumo de sal. ‘La hipertensión arterial genera grandes gastos para el Sistema Sanitario. Sólo en 2006 las enfermedades relacionadas con la hipertensión supusieron un coste de 196.000 millones de euros para la Unión Europea’, destacó la Ministra.
Entre las acciones concretas que el gobierno tomará para la reducción del consumo de sal, destacan la colaboración con la industria alimentaria, ya que es precisamente a través de los alimentos procesados o consumidos fuera del hogar, donde se consume más del 75 por ciento de la sal que ingerimos. El objetivo es reducir el contenido en sal en un 5 por ciento anual durante el período 2010-2014 en aquellos alimentos procesados más consumidos por los españoles: embutidos, bollería, y derivados lácteos.
También, y enmarcado dentro del Código PAOS (Código de Autorregulación de la Publicidad dirigida a menores), el Ministerio junto con las Comunidades Autónomas trabajará con los comedores escolares, y los distribuidores de alimentos procesados dirigidos a menores para reducir el consumo de la sal también entre los más pequeños.
(Fuente: www.prsalud.com)
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios de México (COFEPRIS) determinó reclasificar los medicamentos que contienen “sibutramina”, sustancia activa para bajar de peso, debido a que se detectaron 157 notificaciones de reacciones adversas de tipo cardiovascular.
La COFEPRIS ordenó a la industria farmacéutica retirar de la venta libre y sólo vender con receta médica “Adecid”, “Adelseril”, “Adelvag”, “Affilare”, “Amuprux ASF”, “Basistram”, “Ectiva”, “Gea”, “Ifa-certez”, “Imcal”, “Kifenip”, “Obectiv”, “Raductil”, “Randism”, “Segusiv”, “Serotramin”, “Siruton”, “Tramentel”, “Tramicell”, “Yeduc”, “Badefem”, “IFA Certez Duo”, “Slimtral M” y “Redumed”.
Se otorgó un plazo de 15 días a los fabricantes de medicamentos para que soliciten las modificaciones correspondientes de sus registros.
Por lo pronto, la COFEPRIS lanzó una alerta sanitaria para que no se administre la sibutramina a pacientes con antecedentes cardiovascular como arritmias cardiacas, accidentes cerebro vasculares o ataques isquémicos transitorios, enfermedades de la arteria coronaria, insuficiencia cardiaca congestiva, hipertensión arterial no controlada y enfermedad arterial periférica
(Fuente: www.milenio.com)
Con motivo del Día Mundial de la Hipertensión, que será el próximo 17 de mayo, es relevante comunicar a la población sobre los riesgos de padecer presión arterial alta.
La hipertensión arterial (HTA) o presión arterial alta es cuando el corazón bombea con mayor presión la sangre a través de una red de arterias, venas y capilares. La sangre en movimiento empuja contra las paredes de las arterias y esta fuerza es medida como presión arterial.
Es importante mencionar que la hipertensión en la población afecta no sólo al adulto mayor, sino también a la población de menor edad, de acuerdo con el reporte de la Encuesta Nacional de Salud (ENSA)*, el 75 por ciento de los pacientes hipertensos tienen menos de 54 años. La prevalencia nacional en la población entre 20 y 69 años es del 30 por ciento. Se calcula que el 61por ciento de los afectados desconoce que padece de HTA, y de los pacientes que conocen su condición de hipertensos, sólo el 19.2 por ciento se encuentra controlado.
En México la HTA constituye un problema de salud pública, según datos de la Encuesta Nacional de Salud (ENSA) ya que el 30 por ciento de la población la padece; además se encuentra entre las 10 principales causas de muerte. Entre los pacientes hipertensos, el 32 por ciento presentan alguna etapa de IRC.
La presión arterial alta puede dañar los vasos sanguíneos por todo el cuerpo. Si los vasos sanguíneos de los riñones se dañan, dejarán de eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo, lo que provoca Anemia por Insuficiencia Renal Crónica (IRC), esta última es ya la tercer causa de muerte hospitalaria en el país.
El riñón participa en los mecanismos reguladores de la presión arterial y en el mantenimiento del volumen sanguíneo y está implicado en el desarrollo de hipertensión, además es el órgano que más daño sufre cuando las cifras de presión se mantienen permanentemente elevadas y puede desencadenar anemia (por baja producción de eritoproyetina) dañándose cada vez más, entre más elevadas sean las cifras de presión arterial que se mantengan.
El riñón es el órgano encargado de filtrar de la sangre para depurarla de sustancias tóxicas, es el productor de la eritropoyetina, importante sustancia que regula la producción de los glóbulos rojos; sin ella se llega a presentar anemia grave y en la mayoría de los casos el paciente no lo sabe.
Muchas veces no existen síntomas hasta que se ha perdido un porcentaje elevado de la función renal, y desafortunadamente un importante factor de riesgo para un daño renal es la existencia de hipertensión arterial.
“Gran parte de las muertes se dan como consecuencia directa o indirecta de la hipertensión arterial en órganos vitales, entre ellos los riñones, que al ser afectados, dejan de hacer sus funciones principales, eliminar toxinas que dañan al organismo, eliminar minerales y el exceso de agua que se acumula en nuestro cuerpo. Los riñones purifican unos 200 litros de sangre al día y además ayudan a la producción de hormonas esenciales como la aldosterona y la renina, con lo que se controla la presión arterial y la eritropoyetina que favorece la producción de glóbulos rojos”, comentó el Dr. Correa-Rotter, Presidente de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión.
Es necesario estimular todas las acciones dirigidas al control de la Insuficiencia Renal Crónica con el fin de disminuir este factor de riesgo cardiovascular: mantener una dieta con bajo contenido de sal, mejorar los hábitos alimenticios, mantener el control de la presión arterial y realizar actividad física, por lo que es relevante tratar la anemia en estos pacientes.
Actualmente, el tratamiento para los pacientes de anemia, son los agentes estimuladores de la Eritropoyesis (ESAs, también conocidos como Eritropoyetinas) y hierro adicional. El objetivo es aumentar la concentración de hemoglobina o glóbulos rojos. Este tratamiento tiene como objetivo corregir y mantener los niveles de hemoglobina estables en pacientes renales, y ahora se dispone de medicamentos muy novedosos, miembros de una nueva clase terapéutica que permiten su aplicación una vez al mes, lo que reduce costos y brinda una mejor calidad de vida al paciente.
(Fuente: www.alianzatex.com)
Tomado de la Lista de Discusión de la página de Cirugíacardiovascular de Infomed. (www.cirugiacardiovascular.sld.cu).
En Irlanda, Países Bajos y Reino Unido se están reuniendo voluntarios para ensayos de dos años de duración con una «polipíldora» diseñada para prevenir ataques al corazón e ictus. Los ensayos serán financiados en parte por el proyecto UMPIRE («Uso de una píldora con múltiples fármacos para reducir los episodios cardiovasculares»).
Las enfermedades cardiovasculares son la causa principal de muerte en el mundo. Los socios de UMPIRE se centran en las personas que presentan riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o que ya han sufrido algún ataque al corazón o ictus. Su objetivo es averiguar si estos pacientes prefieren tomar una sola píldora para prevenir episodios cardiovasculares o bien continuar con su tratamiento habitual consistente en varias pastillas.
La nueva «polipíldora», que algunos llaman «la píldora roja del corazón» (Red Heart Pill), se desarrolló en la India, tiene un coste bajo y se toma una vez al día. Contiene una dosis baja de aspirina, una estatina (para reducir el nivel de colesterol en la sangre) y otros dos medicamentos antihipertensivos.
En la actualidad todos esos fármacos se recetan por separado y sus efectos combinados pueden reducir a la mitad el riesgo de sufrir un ataque al corazón o un ictus. No obstante, esta medicación no es efectiva si sólo se sigue por un tiempo breve, y la realidad es que a largo plazo muchos pacientes no consiguen cumplir el tratamiento a rajatabla. «La finalidad de la polipíldora es muy sencilla: facilitar a los pacientes el cumplimiento de la medicación que necesitan al tener que tomar solamente una pastilla al día, en lugar de un gran número de pastillas distintas que en algunos casos deben tomarse a distintas horas del día», explicó el profesor Simon Thom, del Instituto Nacional de Cardiología y Pulmonología del Imperial College de Londres (Reino Unido).
Por otra parte, los investigadores de UMPIRE estudiarán si el tratamiento con la polipíldora consigue reducir realmente el colesterol y la tensión de las arterias así como las probabilidades de sufrir nuevos episodios cardiovasculares.
Los resultados de los ensayos realizados en Europa se sumarán a los de ensayos efectuados paralelamente en Australia y Nueva Zelanda y a los de otros ensayos pendientes de aprobación en Brasil, Canadá, China, India y Sudáfrica. En total, los datos finales serán representativos de 7.000 pacientes de 10 países.
«Previsiblemente, la combinación de varios fármacos en una polipíldora daría a la población de los países de renta baja una forma de disponer fácilmente de una medicación preventiva barata», indicó el profesor Thom.
La «píldora roja del corazón» tiene un coste muy bajo, por lo que resulta ideal para los individuos en riesgo residentes en países donde la población dispone de un acceso limitado a la sanidad o bien carece de medios para costearla. Si los ensayos son satisfactorios, los socios del proyecto estudiarán la forma de poner la polipíldora al alcance de la población de renta baja de países en vías de desarrollo. En su opinión, esta polipíldora puede constituir un método rentable para mejorar la calidad de vida de millones de personas de todo el planeta.
«Ya se están utilizando, con resultados positivos, polipíldoras contra la tuberculosis y el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), pero aún desconocemos si serían eficaces para prevenir afecciones cardiovasculares», señaló el profesor Thom. «Los ensayos de UMPIRE servirán para comprobar si esta polipíldora facilita el cumplimiento prolongado de la medicación cardiovascular y si su uso tiene algún efecto no deseado.»
Se pretende seleccionar a cerca de 2.000 voluntarios en los centros médicos de Imperial College Healthcare NHS, el Royal College of Surgeons de Irlanda, el Centro Médico Universitario de Utrecht (Países Bajos), el Instituto George (India), el Centro de Control de Enfermedades Crónicas de Nueva Delhi, perteneciente a la Fundación de Salud Pública de la India, el Instituto George de Salud Internacional de Sydney (Australia), y Dr. Reddy’s Laboratories Ltd. (India).
(Fuente: CordisNoticias)
Tomado de Boletines Al día de Infomed (boletines.sld.cu/aldia).
El consumo de uvas baja la presión sanguínea, mejora la función cardíaca y reduce otros factores de riesgo de enfermedad cardiovascular y síndrome metabólico, al menos en las ratas, según un estudio de la Universidad de Michigan, de Estados Unidos.
Los científicos del Sistema de Salud de esta institución académica creen que los efectos observados en ratas de laboratorio se deben a compuestos fotoquímicos, antioxidantes naturales, que están incluidos en esa fruta.
Las conclusiones de esta investigación realizada con animales se presentaron en la Convención de Biología Experimental en Anaheim, California donde se mostraron los alentadores resultados de una dieta enriquecida con uvas en la prevención de los factores de riesgo del síndrome metabólico.
Esta condición del síndrome metabólico afecta a unos 50 millones de personas en Estados Unidos y es, a menudo, precursora de la diabetes mellitus Tipo 2.
Los científicos estudiaron el efecto de las uvas comunes de mesa (una mezcla de uvas verdes, rojas y negras) combinada en forma de polvo e integrada en las comidas de las ratas de laboratorio como parte de una dieta de estilo estadounidense con elevado contenido de grasas.
Todos los roedores usados fueron de una cepa de investigación propensa a tener exceso de peso.
Los investigadores efectuaron numerosas comparaciones entre los animales que consumían la dieta enriquecida con uvas y los que no recibieron el polvo de uvas. Luego agregaron calorías y azúcares al grupo de control para equilibrar las calorías y azúcares extra obtenidos de la dieta con uva.
Después de tres meses las ratas que recibieron la comida enriquecida con la fruta mostraron presión sanguínea más baja, mejor función cardíaca, niveles más bajos de triglicéridos y una mejor tolerancia a la glucosa.
Los efectos se observaron aún cuando los animales alimentados con uva no tuvieron cambios en el peso corporal.
“El razonamiento posible detrás de la disminución del síndrome metabólico es que los fotoquímicos actúan protegiendo a las células del corazón de los efectos dañinos del síndrome metabólico. En las ratas, la inflamación del corazón y la función cardíaca se mantuvieron mucho mejor”, dijo el cirujano cardiovascular Steven Bolling, director del Laboratorio de Investigación de Cardioprotección de la Univerdad de Michigan.
Los investigadores buscaron asimismo señales de inflamación, daño oxidativo y otros indicadores moleculares de estrés cardíaco. Una vez más, los roedores que consumieron uva en polvo tuvieron niveles más bajos de estos marcadores que los otros.
No hay un método, aceptado generalmente, de diagnóstico del síndrome metabólico, que es, en realidad, un conjunto de características.
Entre ellas están el exceso de grasa en el abdomen (para los hombres una cintura que mide más de 100 centímetros y para las mujeres más de 88 centímetros) y un elevado nivel de triglicéridos, que puede conducir a la acumulación de placa en las paredes arteriales.
Otras características son la hipertensión arterial, la reducida tolerancia a la glucosa y un nivel elevado de la proteína reactiva C, un indicador de inflamación en el cuerpo.
Las personas con síndrome metabólico tienen un riesgo mayor de enfermedad cardiovascular y de diabetes mellitus Tipo 2.
Bolling dijo que las personas que quieran bajar su presión sanguínea, reducir su riesgo de diabetes mellitus o ayudar a que un corazón debilitado mantenga tanta fuerza de bombeo como sea posible deberían seguir el consejo tradicional y ya probado de una dieta saludable con bajo nivel de grasas saturadas, grasas trans y colesterol, un peso saludable y un incremento de la actividad física.
(Fuente: EFE)
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