Alcohol, función sexual y masculinidad
Las adicciones son una de las grandes tragedias del mundo actual, debido al nivel de sufrimiento que causa en el consumidor, su familia y la sociedad; están relacionadas con los accidentes, la violencia en todos sus ámbitos, los trastornos mentales, la invalidez y muerte. Se calcula que aproximadamente son diez los años de vida potencialmente perdidos, para las personas que consumen. Es un grave problema de salud que alcanza rango de pandemia y afecta a millones de personas sin distinción social, cultural, racial, educacional, ni económica.
Dentro de las múltiples sustancias que producen adicción está el alcohol, una de las más consumidas mundialmente, por lo cual se le llama la droga modelo, por ser capaz de producir todas las afectaciones de la conciencia y la personalidad, que producen otras drogas. Con aceptación social de su consumo, es la droga más nociva hasta hoy conocida, facilita el consumo de otras sustancias (droga portero) igualmente dañinas para la salud del individuo.
El alcohol tiene la característica de no producir daños desde el inicio del consumo. Los primeros síntomas por afectación del tóxico aparecen entre los 5-10 años de iniciado el consumo, puede ser menos si ingieren grandes cantidades o diariamente, y existen antecedentes familiares (madre o padre) de alcoholismo. El espectro de comportamiento ante el alcohol abarca dos grandes categorías:
– Los comportamientos normales que incluye el abstinente y el consumidor social.
– Los comportamientos anormales donde están el consumo perjudicial o el abuso del alcohol y la dependencia alcohólica.
Existe también una modalidad de comportamiento, llamado consumo de riesgo, que constituye la etapa de tránsito entre el bebedor social y el consumidor abusivo o consumo perjudicial. Los límites entre uno y otro son dados por las diferentes culturas o países, no así para la dependencia.
El componente cultural es un elemento que influye en la valoración de la actitud frente al alcohol, y es un factor de riesgo relevante al evaluar a un individuo, ya que la tolerancia social ante el consumo, puede facilitar una conducta irresponsable ante el alcohol. Los estudios epidemiológicos reflejan que es más frecuente en hombres que en mujeres, lo que pudiera estar en relación con la mayor aceptación social del consumo de bebidas para los hombres, vinculado con las diferencias socioculturales entre mujeres y hombres.
En Cuba, las cifras de prevalencia de alcoholismo es de 5 % entre los dependientes y abuso de consumo de alcohol y de 10 % en bebedores de riesgo y consumidores inadecuados, todas estas cifras en población mayor de 16 años.
Alcohol, disfunsión sexual y masculinidad. Dra. Ania Duany Navarro, Tec. Gloria Hernández Marín. Revista Cubana de Medicina General Integral 2012; 28(4)