Infecciones de transmisión sexual (ITS)
La sexualidad es una parte importante del ser humano. El amor, el afecto y la intimidad sexual representan un papel importante en las relaciones saludables. También contribuyen con su sentido del bienestar. Múltiples enfermedades y trastornos pueden afectar la capacidad de tener relaciones sexuales o disfrutarlas, incluyendo la disfunción eréctil, los problemas sexuales de la mujer, las infecciones de transmisión sexual y el cáncer. Las inquietudes acerca de la infertilidad o el temor a los embarazos no planificados también pueden afectar esta capacidad. Entre los hombres, el tratamiento del cáncer de próstata puede causar una disfunción eréctil. Entre las mujeres, el cáncer cervical, uterino, vaginal, vulvar u ovárico puede tener consecuencias sexuales. Mantener la salud sexual no significa tener relaciones sexuales o no tenerlas. Significa darle a su salud la importancia que se merece.
Se denominan Infecciones de Transmisión Sexual o ITS (antes conocidas como enfermedades de transmisión sexual) a todas aquellas infecciones que se transmiten fundamentalmente a través de relaciones sexuales no protegidas, intercambio de fluidos genitales o contacto con lesiones.
Muchas no causan síntomas y solo constituyen puertas de entrada y salida para otras infecciones, como le producida por el VIH (virus del sida). Pueden ser transmitidas, incluso si no producen síntomas. Afectan a hombres y mujeres de todos los orígenes y niveles económicos. Cerca de dos tercios de las infecciones se producen en menores de 25 años porque los jóvenes y adolescentes se arriesgan con más frecuencia a tener múltiples parejas sexuales y relaciones sin protección.
Las mujeres presentan mayor riesgo de padecer ITS que los hombres pues biológica y socialmente, son más susceptibles. Una gran superficie de la mucosa vaginal se expone al semen, que contiene más concentración de patógenos que el fluido vaginal. El riesgo es mayor en niñas y adolescentes cuya inmadurez genital impide que su mucosa funcione como una barrera protectora. En el plano social, son más vulnerables a las relaciones sexuales de alto riesgo y menos exitosas al negociar el uso del condón. Las mujeres están más expuestas a sufrir complicaciones; algunas ITS pueden comprometer el útero y las trompas de Falopio, causando una Enfermedad Pélvica Inflamatoria (EPI).
El embarazo no ofrece a las mujeres ni a sus bebés ninguna protección contra las ITS. De hecho, si una mujer contrae una ITS mientras está embarazada, las consecuencias para ella y su bebé son significativamente más graves y hasta pueden ser mortales. Es importante que las mujeres se den cuenta de los efectos dañinos de las ITS y que sepan cómo protegerse y proteger a sus niños contra la infección.
Las ITS son causadas por gérmenes que necesitan condiciones de calor y humedad para sobrevivir. Algunas son curables. Otras lo son si se tratan en las primeras etapas. Otras no se curan. Pero todas son prevenibles.
Un poco de historia
Las ITS han existido y acompañado al hombre a lo largo de su propia historia. Los romanos por ejemplo denominaban a este tipo de enfermedades morbus incidens y para protegerse de ellas, en sus relacione sexuales ya usaban unos preservativos hechos de tripa de carnero, que un pastor anónimo llamó camisa de Venus. A fines del siglo XVI Jacques de Bitencourt las denominaba enfermedades venéreas. Posteriormente Siboulei las califica como efectos colaterales del amor. Muchos años atrás grandes personajes, artistas, miembros de la realeza, militares y otros, cayeron víctimas de estas enfermedades que en ese entonces eran fatales.
Pero con la invención del microscopio, se hizo posible la identificación de los microbios causantes, dando con ello un gran paso de avance en su conocimiento. Después de la segunda Guerra Mundial, con la llegada de los antibióticos, se pudieron controlar varias de estas molestias, principalmente la sífilis, que de mortal pasó a ser curable.
En los años 60, época del amor libre, los jóvenes promueven una serie de cambios en el comportamiento social y sexual que estimulaban la promiscuidad y el intercambio frecuente de parejas. Luego, con la aparición de la píldora anticonceptiva, se relajan aun más las conductas sexuales porque se elimina el temor a los embarazos no deseados.
En los 80, comienza un largo camino hacia la tolerancia de la homosexualidad pero también aparecen grupos altamente vulnerables a las ITS, especialmente al sida.
Actualizado: mayo/2016
Fuente:
Enfermedades de transmisión sexual. CDC
Enfermedades de transmisión sexual. MedlinePlus
Tutorial interactivo sobre las ITS. MedlinePlus
Consideraciones básicas sobre las ITS y el VIH/sida. Disponible en la biblioteca del CNP ITS/VIH/sida