Martí y el tabaquismo
Nuestro Héroe Nacional comentó en varias ocasiones el daño que hace al organismo humano el hábito de fumar. En las diversas anotaciones que hizo sobre el tema, evidenció la necesidad de informar a la juventud y a la población en general sobre los perjuicios que pudieran evitarse al no consumir tabaco. Recordemos algunas consideraciones de nuestro Apóstol.
En el diario La Nación, de Buenos Aires, durante la primera mitad del año 1885, se refirió a la agonía y muerte del presidente norteamericano Ulysses Grant. El dos de junio de ese año describió que al presidente, “de fumar con exceso se le llegó a acentuar en la garganta una disposición cancerosa que hoy se extiende por toda ella, y ya le está comiendo, en presencia de un pueblo afectado, las últimas migajas de la vida”.
Ya desde meses antes, José Martí había explicado que, “a causa del tabaco la lengua se había hinchado y puesto a punto de cáncer”. Y en su crónica Inauguración de un presidente en los Estados Unidos publicada con posterioridad, se refirió a que Grant, con un cáncer en la garganta, había escrito sus memorias y expiró.
Otras observaciones martianas
Dirigidas especialmente a los jóvenes, Martí expuso diversas consideraciones sobre el tabaquismo. En la revista La América, de Nueva York, publicó en septiembre de 1883 las Observaciones sobre el hábito de fumar cigarrillos de papel, donde analizó esa dañina costumbre.
“Contra lo que deseamos protestar —escribió el Maestro—, es contra el hábito de fumar cigarrillos de papel en grandes cantidades, imaginándose que estas dosis pequeñas de nicotina no son dañosas”.
Continuaba más adelante: “Hemos tenido conocimiento en estos últimos meses de un número considerable de casos, en que muchachos y jóvenes que no habían alcanzado aún su completo desarrollo físico, han visto su salud seriamente alterada por el hábito de fumar incesantemente cigarrillos de papel”. Y concluía Martí “conveniente es que estos hechos se sepan, pues es evidente que prevalece la idea de que, cualquiera que sea su número, estas bocanaditas de humo no pueden ser dañinas en lo más mínimo, cuando al contrario producen con frecuencia mucho daño”.
Referencia en Escenas Norteamericanas
En las Cartas de Martí, colaboraciones que salían editadas en La Nación, de Buenos Aires, y agrupadas en Escenas Norteamericanas, evidenció otros criterios sobre el tema.
Ejemplo fue la fechada el 26 de octubre de 1884, cuando describió el desfile de 20 mil hombres y mujeres por las calles de Nueva York, haciendo realidad la decisión de los artesanos estadounidenses de que el primer lunes de cada septiembre fuera un inmenso día festivo para todos los trabajadores. Y decía:
“¡No es, no por cierto, tan grato a los ojos un hombre que lía cigarrillos como el que labra la tierra, o golpea el hierro! Llevan carro los cigarreros, y van haciendo y echando a la multitud puñados de cigarros. Se arrastran por tierra los chicuelos, para recogerlos: ¡nada debiera hacerse, ni en procesión ni en chanza, que haga que un niño se arrastre por tierra!”
La verdadera medicina
Si analizamos los artículos y crónicas periodísticas que nos legó José Martí, apreciamos la importancia que daba al cuidado de la salud y un especial significado a la medicina preventiva. Exhortaba a que en las escuelas deberían darse cátedras de salud, consejos de higiene, enseñanza clara y sencilla del cuerpo humano, sus elementos, sus funciones, los modos de ajustar aquellos a estas, y ceñir a aquellos y economizar las fuerzas, dirigirlas bien, para que no haya después que repararlas. Analizaba que “Más que recomponer los miembros deshechos del que cae rebotando por un despeñadero, —vale indicar el modo de apartarse de él”—.
Por: Carmen R. Alfonso
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