Ese WhatsApp debería esperar, y lo sabes

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Luis Carlos Mata
Cuántas veces hemos hablado del inconveniente de la utilización del móvil conduciendo. Debe ser que no nos importan ni las multas, ni la seguridad. Aunque seguramente a ti que estás leyendo esto sí. Móvil y circulación hacen una mezcla nada apetecible.
En el coche. Conduciendo es el elemento distractor por excelencia. Teclear y mirar la pantalla no es compatible con la conducción, no se puede mirar a dos sitios a la vez. Exteriormente, se nota cuando un conductor está más pendiente del móvil que de la conducción. Reduce considerablemente la velocidad, llegando a entorpecer. En otros casos, se coloca detrás de un camión, que no es que esté prohibido circular detrás de un camión, pero si por ir “whatsappeando”. Al ir pendiente de otra cosa, el tiempo de reacción aumenta escandalosamente, es más, a veces no sabe ni por qué tiene que frenar. Se circula haciendo eses, de un lado a otro del carril, con el consiguiente riesgo de invadir el contrario, o directamente salirse de la carretera. Por supuesto, se cometen más infracciones al no ver las señales.
Muy peligroso este comportamiento siempre, pero en especial cuando ocurre cerca de un paso de peatones. ¿Cuántos atropellos ha habido por culpa de no prestar atención a la circulación, y si al chat? Seguro que sabes de alguno. Muchos de estos además, son de mayor gravedad al no haber reacción, y por lo tanto nada de frenada, por lo que el impacto lo absorbe el peatón.

Si circulando a 50Km/h, en el tiempo de reacción normal recorreríamos unos 10 metros, cuando conducimos “whatsappeando” se puede aumentar en dos o tres veces o directamente no existir.
Como peatón. Peatones somos todos, y WhatsApp tenemos la mayoría. Y si no, tenemos cualquier otra aplicación en el móvil para chatear o cualquier otra que consultar. Pero cuando vamos por la calle y pretendemos cruzar, la atención debe estar en la circulación. La conversación por WhatsApp nos absorbe, y no somos capaces de abstraernos ni un momento, y tampoco para cruzar, aunque sea por un paso de peatones. Los invidentes cruzan mejor las calles, que los peatones mirando al móvil. Hay que levantar la cabeza y observar si los vehículos nos permiten el paso, independientemente de si es nuestro derecho o no.
Tal es la importancia que está adquiriendo este tema, que incluso desde alguna que otra institución ya están tomando medidas. Algunas de éstas son señales pintadas en el suelo (donde va mirando el peatón), que avisan de la imprudencia que estamos cometiendo.
Un peatón pendiente de la pantalla de su teléfono móvil, es un peatón absolutamente distraído. El peatón por supuesto que hace mal en no ir pendiente, pero como conductores debemos ser conscientes de ello, y ser capaces de darnos cuenta de esta nueva situación que nosotros mismos hemos creado.
Es un factor de distracción más, que además todos conocemos por lo que a nadie nos debería de sorprender. Lo ideal es dejar el mensaje para después, ya seas conductor o peatón.

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