Los pilares del tratamiento de la FA son: el control de la frecuencia cardiaca, la normalización del ritmo cardiaco, siempre que sea posible, y la prevención de las complicaciones tromboembólicas. El primer paso para lograr este último objetivo terapéutico es evaluar el riesgo del paciente de presentar estas complicaciones. Para ello, se han creado diferentes escalas pronósticas, dentro de las cuales el CHA2DS 2-VASc (del inglés: insuficiencia cardiaca, hipertensión, edad ≥ 75 [doble], diabetes mellitus, ACV [doble], enfermedad vascular, edad 65 – 74 años y categoría de sexo [femenino]),1 es de las más aplicadas al nivel internacional. Al aplicar esta escala, los pacientes evaluados como de riesgo bajo o medio pueden ser tratados con antiagregación plaquetaria, pero los pacientes de alto riesgo requieren de anticoagulación.
Artículo original- Rev Cubana Med. 2015;54(2)
Sección: Publicaciones cubanas. Publicado el: jul 21st, 2015
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