Freno a la hipertensión con yogur, arándanos y sésamo
Nuevas investigaciones revelan que el consumo de estos tres alimentos ayuda tanto a mantener a raya las cifras de tensión arterial como a prevenirla.
Seguir una dieta sana y equilibrada supone el mejor escudo frente a diferentes enfermedades. Patologías como la tensión arterial guardan una clara relación en función de los alimentos que se ingieran. Más allá de moderar el consumo de sal, principal enemigo de la hipertensión, en el marco del congreso de la Asociación Americana del Corazón, que tuvo lugar esta semana, se presentó el efecto que pueden ejercer sobre la tensión arterial el consumo de diferentes alimentos.
En concreto, un nuevo estudio reveló que las personas que complementan su dieta con yogur son, a largo plazo, menos propensos a tener la tensión alta y, de media, tienen una menor presión arterial sistólica que los que no lo toman. Durante 15 años, los investigadores seguieron a más de dos mil voluntarios que, al inicio del estudio, no padecían hipertensión. Los participantes tuvieron un 31 por ciento menos de posibilidades de tener la tensión alta, siempre y cuando el dos por ciento de las calorías totales de la dieta vinieran de la ingesta de este lácteo bajo en grasa y, al menos, cada tres días.
En la misma línea de investigaciones, las personas que cocinan con una mezcla de aceites de salvado de arroz y sésamo registraron una caída significativa de la presión arterial y mejoraron los niveles de colesterol, según otro estudio. La presión arterial sistólica bajó una media de 14 puntos entre los que utilizan sólo la mezcla de aceites y 16 puntos para los que tomaban medicación. Los que combinaron fármacos y aceite obtuvieron un descenso de 36 puntos.
En cuanto a la diastólica, se redujo en once puntos para los que incluían el aceite, en doce para los que tomaban fármacos y en 24 para los que combinaban ambas cosas. En cuanto al colesterol, en los que emplearon los aceites, el colesterol «malo» o LDL descendió un 26 por ciento, mientras que el «bueno» o HDL aumentó un 9,5 por ciento.
Por otra parte, el consumo regular de zumo de arándanos bajo en calorías puede reducir la presión arterial en adultos sanos. Después de ocho semanas, los valores de presión arterial se había reducido significativamente de un promedio de 121/73 mmHg a 118/70 mmHg para los que beben el jugo de arándano bajo en calorías, mientras que el grupo al que se le administró un placebo no mostró ningún cambio.
(Fuente: La Razón)
Asocian probióticos con menor riesgo de preeclampsia en embarazo
Las embarazadas que regularmente consumen leche o yogur con bacterias “buenas” serían poco propensas a sufrir un aumento súbito de la presión a partir de la semana 20 de gestación conocido como preeclampsia.
El trastorno, que afecta al 5 por ciento de las embarazadas, puede ser peligroso si el médico no lo detecta: puede transformarse en eclampsia, que hace que la madre tenga convulsiones o entre en estado de coma.
Entre más de 33.000 mujeres noruegas que habían tenido un bebé hacía seis años, un equipo observó que las que más leche o yogur con probióticos habían consumido a diario durante el embarazo tenían menos probabilidad de preeclampsia: un 4,1 por ciento, comparado con el 5,6 por ciento de las que no habían ingerido alimentos con probióticos.
Tras considerar otras diferencias (peso, educación y tabaquismo), las consumidoras de probióticos conservaban un 20 por ciento menos de riesgo de desarrollar la complicación.
No existe una forma probadamente efectiva para prevenir la preeclampsia y los nuevos resultados no significan que los probióticos lo sean, según aclaró el doctor Bo Jacobsson, del Instituto de Salud Pública de Oslo y coautor del estudio.
En cambio, los resultados señalan una correlación entre un consumo más alto de probióticos y una reducción del riesgo de desarrollar preeclampsia, lo que para Jacobsson debería evaluarse en nuevos estudios.
Los probióticos son bacterias “amigables” en los productos lácteos cultivados; se ofrecen como productos con beneficios para la salud, como puede ser mejorar la digestión.
En teoría, los probióticos reducirían el riesgo de desarrollar preeclampsia al intervenir en el sistema inmunológico y el proceso de inflamación sistémica. Pero aún hay que demostrarlo.
Los resultados, publicados en American Journal of Epidemiology, surgen de 33.399 participantes del estudio noruego más grande sobre salud materna e infantil. Durante el embarazo, las mujeres completaron cuestionarios sobre alimentación y estilo de vida, incluido el consumo de probióticos.
Las que los consumían todos los días tenían un 20 por ciento menos riesgo de desarrollar preeclampsia. Es una diferencia “modesta”, pero Jacobsson agregó que es “importante” porque apunta hacia una nueva área de investigación: averiguar si los probióticos pueden modificar el riesgo de desarrollar la complicación del embarazo.
Por ahora, Jacobsson recomendó que las embarazadas no consuman más probióticos con la idea de prevenir la preeclampsia, ya que nadie sabe cómo hacerlo y ciertos factores aumentan el riesgo de desarrollarla, como la obesidad, la presión alta antes del embarazo, tener un embarazo múltiple y haber tenido preeclampsia en embarazos previos. [American Journal of Epidemiology, online 5 de agosto del 2011]
(Fuente: Reuters Health)
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