Un exceso de fármacos podría ser más problema que cura
Un exceso de fármacos podría ser más problema que cura. [Debe registrarse para ver la noticia original]
Las personas toman cada vez más medicamentos, lo que multiplica los riesgos, advierten expertos
Parece que apenas pasa una semana sin que alguna compañía anuncie alguna nueva pastilla diseñada para ayudar a vivir una vida más larga y sana.
Los medicamentos hacen mucho por curar, prevenir o aliviar una variedad de males. Pero tomarse puñados de pastillas cada día crea a su vez riesgos médicos, haciendo que un creciente número de médicos y farmaceutas se preocupen de que las personas sencillamente estén tomando demasiados fármacos.
“Mientras más crece el número de recetas, más aumentan las probabilidades de que alguien sufra de una interacción medicamentosa o algún efecto secundario importante”, señaló Sophia De Monte, farmaceuta de Nesconset, Nueva York, y vocera de la Asociación Americana de Farmacéuticos (American Pharmacists Association). “Es exponencial. Mientras más se añaden, más probabilidades hay de que algo malo suceda”.
El concepto se conoce como polifarmacia, el uso de más medicamentos de los que realmente son necesarios. Y eso significa no solo fármacos recetados, sino también medicamentos de venta libre y complementos dietéticos.
El estadounidense promedio recibe unas trece recetas al año, según un informe del año pasado de la Kaiser Family Foundation. Y las probabilidades de polifarmacia aumentan con la edad. Estudios han hallado que los adultos mayores conforman el 13 por ciento de la población, pero dan cuenta del 30 por ciento de todas las recetas de medicamentos. Cuando los pacientes mayores son transferidos de los hospitales a hogares de ancianos para la rehabilitación, es común que los cuidadores tengan que controlar nueve o más medicamentos recetados por persona, según un informe sobre la atención a largo plazo.
Mientras más medicamentos toman las personas, más probable es que experimenten un problema en tres áreas claves, señalaron De Monte y Norman P. Tomaka, farmaceuta de Melbourne, Florida. Estas áreas son:
Interacciones de medicamentos. Los fármacos pueden interactuar mal de formas extrañas, y mientras más medicamentos se añadan a un régimen diario, mayor es el riesgo de una interacción que pudiera afectar la salud de la persona.
Cumplimiento con el régimen de medicamentos. Intentar mantenerse al tanto de varios medicamentos puede resultar demasiado difícil, y provocar que las personas dejen de intentar cumplir con las indicaciones de uso de los fármacos. “Hallamos que el cumplimiento se reduce en 40 por ciento cuando se añade un segundo fármaco al régimen de un paciente, aunque ambos se tomen una vez al día”, apuntó Tomaka. Una falta de cumplimiento con las indicaciones de las recetas puede crear graves riesgos de salud. “Por ejemplo, si usa los antihipertensivos de forma esporádica, podría provocar que la presión arterial se haga resistente a los medicamentos”, advirtió. El uso esporádico de antibióticos puede provocar que las bacterias infecciosas desarrollen inmunidad a los medicamentos.
Efectos secundarios. Cada medicamento que alguien toma conlleva su propio riesgo de efectos secundarios. Múltiples recetas y remedios significan múltiples riesgos. Y una vez ocurre un efecto secundario, determinar la fuente del problema puede resultar difícil. “A veces, los medicamentos pueden enmascarar sus síntomas entre sí”, apuntó Tomaka. “Si tiene una reacción adversa, no se sabe cuál la causó. Eso es un dilema”.
Pero aunque la tendencia ha sido hacia más recetas, se comienzan a tomar medidas para proteger la salud de los pacientes.
Médicos y farmaceutas trabajan juntos para crear sistemas mediante los cuales las listas de recetas de los pacientes siempre sean revisadas, con el objetivo de minimizar los fármacos que toman, apuntó De Monte.
“En última instancia, la meta es intentar ajustarlo trabajando con el paciente para conseguir el mejor medicamento con los mejores efectos en la cantidad mínima”, señaló.
Los investigadores también trabajan en formas de combinar fármacos que funcionen bien juntos en una sola dosis, reduciendo así el número de pastillas que las personas tienen que controlar además del riesgo de interacciones farmacológicas, dijo Tomaka.
“La historia del tratamiento del VIH es una buena lección sobre este concepto”, apuntó. “En los 90, la mayoría de pacientes de VIH se tomaban entre 6 y 24 pastillas. A veces tenían que tomarse hasta 65. Hoy día, es totalmente realista que un paciente solo tenga que tomarse dos pastillas al día”.
Mientras tanto, De Monte y Tomaka sugirieron unas cuantas medidas que las personas pueden tomar para asegurarse de que los múltiples medicamentos que toman no causen más problemas de los que curan:
Tome cada medicamento con agua. Si añade una bebida ácida, como jugo de fruta o refresco, eso es solo otra cosa con la que su medicamento interactúa.
Lea toda la información provista sobre el fármaco, ya sea de receta o de venta libre, buscando problemas potenciales que podría tener.
Revise la lista de medicamentos con el médico y el farmaceuta.
Reporte los síntomas cuando ocurran al tomar un nuevo medicamento.
Al final del día, gestionar la polifarmacia conlleva cierto trabajo de parte de los pacientes porque solo ellos conocen su condición específica de salud y cómo cada medicamento hace que se sientan.
“Los fármacos son herramientas”, comentó Tomaka. “Tenemos que evitar verlos como otra cosa que no sea una herramienta para ayudar a reparar el cuerpo del paciente. La clave es trabajar con el médico sobre la afección específica, y darse cuenta de que no hay curas universales”.
(Fuente: HealthDay)
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