Los antihipertensivos administrados al acostarse reducen más el riesgo cardiovascular que los tratamientos matutinos
Los tratamientos antihipertensivos administrados en un paciente al acostarse reducen “significativamente” el riesgo cardiovascular en comparación a un tratamiento convencional matutino, y con independencia del fármaco utilizado, según revela un estudio de la Universidad de Vigo presentado recientemente en Sevilla en el marco del XLI Congreso Nacional de Nefrología.
Este trabajo, al que ha tenido acceso Europa Press, sostiene que cuando el tratamiento se administra al acostarse –en concreto los antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA-II)–, “aumentan significativamente” la supervivencia sin evento cardiovascular con respecto a la utilización nocturna de cualquier otro fármaco.
De hecho, esta investigación partió de la premisa de que diversos ensayos clínicos ya han documentado diferencias en función de la hora de administración de las diferentes familias de antihipertensivos en su eficacia para reducir la presión arterial, la duración de acción, el perfil de seguridad y los efectos sobre el perfil circadiano de la presión arterial.
Además, aluden a los resultados del reciente estudio MAPEC, que también han documentado que la administración de uno más fármacos al acostarse, en comparación con la estrategia habitual de administrar toda la medicación al levantarse, mejora el control de la presión arterial, reduce la prevalencia del patrón ‘no-dipper’ y, sobre todo, reduce el riesgo cardiovascular.
Por ello, los autores de este estudio han evaluado la posible diferencia sobre la reducción de riesgo cardiovascular entre las diferentes familias de antihipertensivos utilizados en el estudio MAPEC.
Para tal fin, se analizó a un total de 2.156 personas hipertensos (1.044 hombres y 1.112 mujeres), que fueron aleatorizadas a tomar toda su medicación antihipertensiva al levantarse o a tomar uno o más fármacos al acostarse.
Esta aleatorización se hizo de forma independiente para cada fármaco permitido en el estudio, La presión arterial se monitorizó durante 48 horas consecutivas a la inclusión y de nuevo anualmente, o con mayor frecuencia (cada 3 meses) si era necesario ajustar el tratamiento antihipertensivo.
Entre los principales resultados extraídos de este trabajo, cuya mediana del tiempo de seguimiento fue de 5,6 año, fue que las personas tratadas con uno o más fármacos al acostarse evidenciaron un riesgo cardiovascular (ajustado por sexo, edad y diabetes) significativamente menor que los sujetos tratados al levantarse, con independencia de la familia de antihipertensivos utilizada para su tratamiento.
Del mismo modo, encontraron que “los mayores beneficios” se observaron con la administración al acostarse frente al levantarse y que, cuando el tratamiento se administró a la hora levantarse, el riesgo cardiovascular fue “similar para las diversas familias de antihipertensivos”. Sin embargo, cuando los fármacos se utilizaron al acostarse, los ARA-II fueron “significativamente superiores” en términos de reducción de riesgo cardiovascular a las demás familias.
Por todo ello, estos autores sostienen en su trabajo recogido por Europa Press que el tratamiento antihipertensivo administrado al acostarse “reduce significativamente el riesgo cardiovascular en comparación al tratamiento convencional matutino, con independencia del fármaco utilizado”.
Los resultados indican, además, que no existen ventajas significativas de una familia frente a otras en términos de reducción de riesgo cardiovascular cuando el tratamiento se administra al levantarse. Cuando el tratamiento se administra al acostarse, los ARA-II aumentan significativamente la supervivencia sin evento cardiovascular con respecto a la utilización nocturna de cualquier otro fármaco.
(Fuente: Tomado de la página de cardiocirguía de Infomed)
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