Cólera y pobreza una combinación letal en África
Un gran brote se extiende por los territorios de la cuenca del lago Chad, donde ya afectó a más de 27 mil personas y causó unos 500 decesos entre otros Estados en Níger y Camerún.
‘El cólera circula globalmente, pero sus efectos son devastadores cuando alcanza las poblaciones más vulnerables, aquellas que no cuentan con infraestructuras básicas’, afirma Francisco Luquero, epidemiólogo de Epicentre, el centro de investigación de Médicos Sin Fronteras (MSF), lo cual reafirma que ese mal es también un indicador de la pobreza.
Un reporte de Zimbabwe precisó que la rotura hace un mes de un colector de aguas fecales causó un brote de cólera, el cual afectó el suburbio capitalino de Glen View y ahora se considera una epidemia con nueve mil sospechosos de estar infectados. Las autoridades establecieron el estado de emergencia nacional, para evitar que la enfermedad se extienda.
Entre las situaciones más difíciles en el enfrentamiento a la dolencia están la de Sudán del Sur, donde cinco años de guerra configuró un cuadro de destrucción de la escasa infraestructura sanitaria y creó nuevas necesidades, como las de millares de desplazados, lo cual abre las puertas al cólera.
En la RDC la enfermedad causó el pasado año más de mil muertos y 53 mil afectados, y sus efectos llegaron a zonas del país que nunca antes lo fueron, según la Federación Internacional de la Cruz Roja. Ese brote se extendió a 21 de las 26 provincias del país centroafricano.
UN FIN COMÚN
El propósito conjunto de erradicar el mal persiste y ejemplo de eso es que 47 países africanos en el ámbito de la Organización Mundial de la Salud se comprometieron, a través del Marco Regional para la Implementación de la Estrategia Global para la Prevención y el Control del Cólera, a aplicar medidas para reducir en el 90 por ciento los brotes para el 2030.
Asimismo, se hacen promociones de educación para la salud en lugares antes casi ignorados, con el fin de enseñar las formas claves que posibiliten preservar vida, aunque en diversos casos el medio (natural y o social) se presenta tan hostiles que se dificulta grandemente realizar acciones higiénico-sanitarias constructivas.
Muestra de lo anterior es que existen regiones en la RDC que la situación de conflicto armado o bandidaje impide a los especialistas emplearse a fondo para resolver no sólo la erradicación del cólera, sino también poder abrir un abanico de posibilidades que podrían ayudar a sanar otros padecimientos en centenares de comunidades afectadas.
Entre esas opciones estarían, sin dudas, la realización de campañas de vacunación de modo sistemático (e intensivo en los casos requeridos) y nada de eso es una utopía, cuando se constatan avances en las jornadas de inmunización contra la poliomielitis, por solo citar un caso.
Para enfrentar el cólera se usa ‘la vacuna CVD 103-HgR, modificada genéticamente, que demostró seguridad con escasas reacciones adversas de tipo gastrointestinal. Ha producido buena respuesta de anticuerpos frente a los serotipos Inaba (tasas de seroconversión en más del 90 por ciento) y Ogawa (tasas del 75 por ciento)’, apuntan los protocolos.
En fin existen medios, conocimiento y objetivos identificados, pero qué hay de la voluntad humanista para transformar al universo.
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