El brote de cólera de Yemen agrava la peor crisis humanitaria del mundo
Causas
Según el coordinador general de Médicos Sin Fronteras en Yemen, Shinjiro Murata, el ritmo de contagio es “mucho más rápido que el esperado”. La combinación de factores agravantes, como la escasez de instalaciones sanitarias, las inexistentes condiciones higiénicas y la falta de información, hacen mella en una población devastada desde hace meses por la hambruna y la sed.
“En muchas comunidades no hay acceso al agua limpia, ni tampoco tienen materiales higiénicos o sanitarios”, explica Murata. La tragedia, según el facultativo japonés, es que esta sería una situación evitable, si no fuese por la dificultad para proporcionar atención médica adecuada: “El cólera, si se trata de forma rápida y adecuada, tiene un grado de mortalidad inferior al 1%, pero en caso contrario alcanza el 50% en poco tiempo, que es lo que estamos viendo en Yemen”.
La situación financiera del país, bloqueado por Arabia Saudí y sus aliados desde hace meses, hace más difícil aún la lucha contra la enfermedad. El personal sanitario no ha cobrado su salario desde hace meses, y muchos han tenido que buscar otros trabajos. Otros, según Shinjiro Murata, cobran directamente a los enfermos: “Eso hace que sea aún más difícil para los más pobres y vulnerables enfrentarse al cólera”.
Gran parte de los trabajadores, no obstante, siguen en sus puestos de forma voluntaria o apoyados por organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF). A pesar de ello, los hospitales están colapsados. “Los médicos están atendiendo a cientos de enfermos en los alrededores de los hospitales, porque dentro ya no caben”, explica a La Marea Hakim Almasmari, periodista y editor del periódico Yemen Post.
Los basureros de la capital, Sana’a, también están en huelga tras varios meses sin cobrar. Los residuos acumulados en las calles están contaminando el agua. Al mismo tiempo, los bombardeos han destruido parte de las canalizaciones de alcantarillado, lo que agrava aún más la situación sanitaria en la ciudad. Según Save The Children, 14 millones de personas (dos tercios de la población del país), no tienen acceso a agua potable.
Una vez llegue la estación húmeda, la bacteria se transmitirá con más facilidad: “Puede haber inundaciones y se pueden contaminar acuíferos que por ahora están limpios”, explica Shinjiro Murata, quien afirma que no es “en absoluto optimista”.
Tanto Almasmari como Murata coinciden en que, si se puede controlar la epidemia, el camino es a través de la educación: “En zonas rurales, mucha gente no sabía nada sobre el cólera hace un mes, y muchos siguen sin saberlo”, explica el editor del Yemen Post.
“El cólera se contagia por vía oral, al consumir agua o comida contaminadas, pero la bacteria también puede estar en las manos que preparan la comida o la llevan a la boca”, afirma Murata. Médicos Sin Fronteras trabaja con emisoras y mezquitas de todo el país para educar a la población sobre las medidas y actividades preventivas que pueden salvarles la vida.
Bloqueo
El bloqueo total que ejerce la coalición liderada por Arabia Saudí (y apoyada, entre otros por el Reino Unido, Francia y Estados Unidos) impide que entre en Yemen una gran cantidad de ayuda humanitaria. “Hay una falta total de medicinas, y las que hay no se pueden distribuir a ciertas zonas. Alguna gente está, simplemente, demasiado lejos de los centros médicos”, explica Hakim Almasmari.
Médicos Sin Fronteras, por su parte, espera poder introducir 63 toneladas de suministros médicos en el país “en las próximas semanas”, según explica su coordinador en Sana’a. Para superar el bloqueo, la organización afirma haber llegado a acuerdos individuales tanto con el gobierno del norte del país (controlado por los hutíes) como con el del sur (que sigue en manos del presidente Hadi). Asimismo, Shinjiro Murata confirmó que la organización ha obtenido un permiso individual de la coalición saudí para introducir los materiales en Yemen.
Apoyo occidental
El brote de cólera agrava aún más la situación de la población civil, que ya era extrema a causa de la guerra y el bloqueo que sufre el país. La coalición liderada por Arabia Saudí y apoyada por países como Estados Unidos, el Reino Unido y Francia mantiene el aislamiento sobre Yemen desde agosto. La medida ha provocado una hambruna sin precedentes en el país más pobre de Oriente Medio, a la que hay que sumar una alarmante escasez de agua y suministros médicos.
Mientras la enfermedad hace estragos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visita Arabia Saudí, con cuyo gobierno ha cerrado la venta de armamento por valor de 110 000 millones de dólares (algo menos de 100 000 millones de euros). Las mismas armas que se seguirán usando para bombardear y mantener el bloqueo sobre Yemen, donde 17 millones de personas están en riesgo de malnutrición, según cifras de Naciones Unidas.
Hakim Almasmari, que piensa que una reacción internacional es la única solución a la emergencia: “La humanidad ha desaparecido de entre las élites. Esta es su mentalidad. Es realmente triste que, para ellos, la política o la economía pesen más que la vida humana”.