Dejar de fumar…
La mayoría de los fumadores comenzaron el hábito cuando eran adolescentes. Múltiples estudios han demostrado que quienes tienen amigos y/o padres que fumen, son más propensos a comenzar a fumar que las personas que no están rodeados de fumadores. Algunos adolescentes indican que “sólo querían probar”, o que fumar les parecía “chévere”, “en onda” o “súper”.
Los jóvenes son muy influenciables y el entorno familiar no es el único motivador. Los anuncios de la industria tabacalera, las ofertas especiales y otras actividades de promoción de sus productos ejercen gran influencia. Los anuncios de la industria tabacalera presentan el acto de fumar como algo emocionante, glamoroso y no peligroso. El cine, los audiovisaules y los juegos electrónicos son otra gran influencia.
Comenzar a fumar es muy fácil, pero es un hábito difícil de abandonar porque el tabaco contiene nicotina, una sustancia química muy adictiva. Al igual que ocurre con otras sustancias adictivas, el cuerpo y la mente se acostumbran fácilmente a la nicotina presente en los cigarrillos. En poco tiempo, una persona necesita esa sustancia para sentirse normal. La mayoría de los fumadores jamás pensó que se volvería adicto. Por eso es mucho más sencillo no comenzar a fumar.
Fumar hace daño, y no sólo lo dicen las cajetillas de los cigarrillos, los datos científicos hablan por sí solos. El problema es que dejarlo exige motivación y mucha fuerza de voluntad. Los pretextos que los médicos escuchan en los consultorios no hacen más que confirmar la dependencia que muchos pacientes tienen ante el tabaco.
Estos son algunos de los más habituales:
De algo hay que morir.
Ahora puedes decirlo porque posiblemente tu salud aún no ha sufrido las consecuencias del tabaco, y esta es precisamente una de las trampas de este hábito, ya que los daños que produce aparecen muchos años tras el inicio del hábito. El problema es que entonces los daños quizá sean irreparables.
Llevo 20 años fumando y estoy perfectamente.
Seguimos con lo mismo. Los daños que produce el humo en tus pulmones pueden aparecer a los 20 años de haber probado el primer cigarrillo. De ahí la dificultad de persuadir a un adolescente de que deje de fumar, ya que, siendo joven y sano, aún no ha sufrido ningún daño evidente.
No fumo cigarrillos convencionales.
Todas las formas de tabaco conllevan riesgos para la salud. Los cigarrillos light tienen menos nicotina y alquitrán, pero con ellos se fuma más para conseguir la misma concentración de nicotina en sangre. El tabaco de liar o picadura tampoco es más sano, puesto que se quema más papel (lo que produce más CO) y los niveles de cotinina (el metabolito directo de la nicotina) son más elevados.
Si dejo de fumar engordaré.
Puede ser que al principio se gane algo de peso, pero se trata de cambiar un hábito tóxico por uno sano. ¿No crees que compensa? Se ha demostrado que las personas que han dejado de fumar y han llevado una pauta de actividad física, junto a una alimentación rica en frutas y verduras, apenas aumentaron de peso en comparación con los que dejaron de fumar sin haber adquirido estos hábitos saludables.
Yo lo dejo cuando quiera, es sólo cuestión de voluntad.
¿Estás seguro? Detrás del “no quiero dejar de fumar” muchas veces se oculta un “no puedo dejar de fumar”. Por mucha voluntad que le pongas, a veces no es suficiente. Fumar crea distintos tipos de dependencia, no sólo física, también psíquica y ritual. No olvides que se trata de una adicción y por ello debe ser tratada como tal.
Ya intenté dejarlo y fracasé.
Nadie es perfecto. Además, las recaídas forman parte de la superación de cualquier hábito adictivo. Es importante saber que un tercio de las personas que lo consiguen recaen en algún momento tras los tres primeros meses del proceso y la abstinencia total se suele lograr después de alguna recaída.
Vistas las excusas, sobra decir que dejar de fumar no es fácil, pero no es imposible. Hay muchas más razones para dejar de consumir tabaco que para comenzar a consumirlo. Conocer los riesgos graves del consumo de tabaco para la salud puede ayudar a motivarlo para que deje de fumar. En esta sección, profundizaremos en el tema.
Fuentes: