Mitos y verdades sobre el tabaquismo

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LOS ADULTOS TIENEN DERECHO A ELEGIR FUMAR

Muy pocos adultos “eligen” fumar. La gran mayoría de los fumadores comienzan a fumar en la niñez o en la adolescencia, antes de que puedan conocer los riesgos del uso del tabaco y las propiedades adictivas de la nicotina. Rápidamente se hacen adictos y luego, aunque la mayoría desea dejarlo, pocos lo logran.

EXISTEN TEMAS DE SALUD MÁS IMPORTANTES PARA TRATAR

Hay muchos temas importantes en salud, pero el uso del tabaco es la principal causa de muerte evitable en el mundo y en las Américas. Afortunadamente, reducir el uso del tabaco es factible y barato. Además si logramos reducir el uso de tabaco, tendremos más recursos disponibles para afrontar esos otros importantes problemas de salud.

LA GENTE CONTINUARÁ FUMANDO SIN IMPORTAR QUÉ MEDIDAS SE TOMEN

La gente fuma en gran parte porque el tabaquismo es una adicción socialmente aceptada. Existen muchas medidas, tales como la prohibición total de la promoción del tabaco, el aumento de los impuestos, y la creación de ambientes libres de humo, que efectivamente cambian el entorno social y desestimulan el consumo de tabaco. Está comprobado que esas políticas previenen que los jóvenes comiencen a fumar y ayudan a los fumadores a dejar el tabaco.

LOS GOBIERNOS “NO SE TOMAN EN SERIO EL CONTROL DEL TABACO”, PUES SON DEMASIADO DEPENDIENTES DE LOS INGRESOS GENERADOS POR LOS IMPUESTOS AL TABACO

Los gobiernos pueden conseguir ambas cosas— unos impuestos al tabaco más altos son una herramienta de control del tabaco sumamente eficaz y aumentan más los ingresos tributarios. Esto es verdad incluso cuando los impuestos y los precios alcanzan unos niveles muy altos. Pero aunque, finalmente, el consumo de tabaco descienda tanto que reduzca los ingresos tributarios totales del tabaco, los gobiernos todavía estarían en una situación beneficiosa, porque los impuestos del tabaco no alcanzan, ni mucho menos, a pagar el daño causado por el consumo de tabaco, estimado en $200 mil millones cada año (Banco Mundial). Los impuestos del tabaco son relativamente fáciles de imponer y recaudar, y tienden a tener mucho más apoyo popular que otros impuestos. Pero hay muchas otras maneras para los gobiernos para recaudar ingresos. De cualquier manera, según la economía se desarrolla y crece, se convierte en menos dependiente de los impuestos directos y más dependiente de los impuestos sobre la renta.

TENEMOS QUE AFRONTAR OTROS PROBLEMAS DE DROGAS

En el ámbito mundial el tabaco provoca una mortalidad mucho mayor que la que se atribuye al uso del alcohol y las drogas ilegales en conjunto. En el año 2000, el tabaco mató a casi 5 millones de personas en el mundo, el alcohol mató cerca de 2millones, y a las drogas ilegales se les atribuyen aproximadamente 200.000 muertes. El tabaco es la puerta de entrada que frecuentemente introduce a los jóvenes a otras drogas.

LOS PROGRAMAS DE CONTROL DEL TABACO DEBERÍAN CENTRARSE EN AYUDAR A LOS FUMADORES A QUE DEJEN DE FUMAR

Organización Panamericana de la Salud, abril de 20032Los fumadores tienen mayor probabilidad de dejar el cigarrillo en un entorno social que desaliente el uso del tabaco. La elevación de precios o impuestos al tabaco, los ambientes libres de humo y la inclusión de advertencias sanitarias contundentes en los paquetes de cigarrillos que informen gráficamente al fumador sobre los riesgos del tabaquismo son medidas que desalientan el consumo. Los programas de cesación dirigidos a los fumadores ayudan, pero no tienen por sí mismos un fuerte impacto si no van acompañados de políticas más amplias que cambien el entorno social.

LA SOLUCIÓN REAL PARA REDUCIR EL USO DEL TABACO ES EDUCAR A NUESTROS NIÑOS

Sí, pero ¿dónde aprenden los niños? Los niños aprenden en el colegio que fumar es perjudicial, pero al salir de la escuela ven anuncios de cigarrillos en sus barrios, que se vende productos de tabaco en cada esquina, y que en los hogares y lugares públicos está permitido fumar. De esta forma el mensaje dado en la clase se pierde. Por esto se ha demostrado que la educación escolar por si sola no reduce el uso del tabaco. La educación escolar es efectiva solo si se inscribe en un entorno más amplio que refuerce la no-aceptación del uso del tabaco.

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