Llegan las alergias: cómo saber qué medicamentos son incompatibles con la conducción

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Carlos Rodriguez Vidondo
Ya queda menos para el comienzo de la primavera, una época del año en la que aún se puede disfrutar de las últimas pinceladas del invierno, pero también de los nuevos colores y temperaturas que anticipan la llegada del verano. Con ella, llegan también las alergias y sus molestos síntomas, que afectan a cada vez más personas, y que sin duda pueden tener efectos muy adversos al volante.
Este tipo de alergias estacionales nos provocan estornudos, lagrimeo, ojos irritados, picores, congestión nasal y molestias de luz, que junto a la ingesta de ciertos medicamentos pueden alterar nuestra percepción, capacidad física y tiempo de respuesta mientras conducimos nuestro vehículo. Hay que tener en cuenta que un 5% de los accidentes que se producen en España son consecuencia de la somnolencia y adormecimiento provocado por el efecto de medicamentos contra la alergia, como los antihistamínicos.

¿Qué medicamentos son incompatibles con la conducción?
Para resolver a esta cuestión podemos echar mano de la clasificación general realizada por la Unión Europea, con sus tres diferentes categorías, según el nivel de sus efectos: la Categoría I incluiría los antihistamínicos de nueva generación como mizolastina y loratadina, con efectos moderados; la Categoría II son aquellos con efectos algo más intensos; y por último la Categoría III que incluye antidepresivos, ansiolíticos, hipnóticos, antipsicóticos, relajantes musculares y antihistamínicos de primera generación, que conllevan efectos muy severos.
En líneas generales, los medicamentos incompatibles con la conducción serán todos aquellos que ejerzan un efecto sedante en nuestro organismo que deteriore el rendimiento psicomotor, como somnolencia o reducción de la alerta; problemas oculares como visión borrosa o vértigos; dificultades auditivas como zumbidos o temblores; y estados de ansiedad o euforia considerable. Estos efectos podemos encontrarlos en medicamentos como los antidepresivos, pero también en otros menos intensos como los antihistamínicos, colirios, descongestionadores nasales y pomadas oculares.
Podría ser más arriesgado aún si nos automedicamos, ya que podemos incrementar los efectos secundarios. Desde 2012, las cajas de cartón de los fármacos incluyen un pictograma que representa un triángulo rojo con un símbolo de un coche dentro, que indica que el medicamento es incompatible con la acción de conducir un vehículo.
Antihistamínicos, antes y ahora
En el caso concreto de los antihistamínicos que frenan los síntomas de la alergia, debemos tener especial cuidado con aquellos de primera generación (H1), ya que son considerados como incompatibles por su acción sedante y los anticolinérsicos que producen menor reactividad del músculo, laxitud e hipotensión (sobre todo en mayores de 60 años). Los hay incluso, como la difenhidramina, que tienen efectos más negativos aún que el alcohol como dicta un estudio de la Universidad de Iowa del año 2000:
• Cetizina (principio activo): Alercina (marca de producto)
• Mequilazina: Mircol
• Dimenhidrinato: Biodramina
• Doxilamina: Dormidina
• Dexclorfeniramina: Polaramine
• Difenhidramina: Bisolvon
• Mepiramina: Fluidasa
En caso contrario, aquellos de segunda y tercera generación (H2) como la bilastina (Ibis), ebastina (Ebastel), desloratadina (Aerius), loratadina (Narine) y la terfenadina (Rapidal), no tienen efectos sedantes o son mínimos sobre el Sistema Nervioso Central, y por tanto, sobre la capacidad de conducción. En dosis diarias de 10mg no existe ningún riesgo, siempre y cuando no se consuma alcohol.
Criterios médicos en el uso de remedios contra la alergia
Siempre hay que tenerlos en cuenta en función de cada caso concreto, pues existen personas con síntomas muy fuertes, que requieren de tratamientos con medicamentos más potentes. Aunque si lo aplicamos al terreno de la conducción, debemos ser más prudentes y conocer sus efectos secundarios, acción sedante y dosis adecuadas para poder compatibilizarlo con nuestra actividad al volante.
Es por ello, que desde el año 2006, la Fundación MAPFRE organiza un programa de prevención y atención al paciente llamado Médicos por la Seguridad Vial, con consejos y ayuda de profesionales sobre los efectos de los fármacos, principios activos y compatibilidad con la conducción, fomentado por el Ministerio de Sanidad y Consumo. De esta forma, médicos profesionales pueden documentarnos sobre qué medidas tomar y ofrecernos orientaciones como, por ejemplo, ésta clasificación de los antihistamínicos categorizada por profesionales de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN):
1. Alquilaminas: con acción sedante fuerte
2. Monoetanolaminas: acción sedante y antimuscarínica, así como efectos gastrointestinales
3. Etilendiaminas: sedante moderado, con sensibilidad cutánea
4. Fenotiazinas: acción sedante importante, antieméticos (impiden la náusea) de consideración
5. Piperazinas: moderada acción sedante
6. Piperidinas: baja acción sedante según el tipo de fármaco
Además, recomiendan no automedicarse nunca sin control médico, ni usar de manera continuada sin horarios, no tomar alcohol u otros fármacos al mismo tiempo (en el caso de estos últimos consultar al médico antes), informarse sobre los efectos secundarios y tener especial cuidado con las dosis los primeros días de tratamiento. Si eres profesional de la conducción, te recomendamos que comentes tus alergias o si estás tomando antihistamínicos en el reconocimiento médico de tu empresa. En cualquier caso y ante la duda, siempre es mejor acudir a un médico para intentar encontrar otra solución con medicamentos que no provoquen somnolencia.

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