La edad de las preguntas difíciles
Cuando se apaga la luz, la conversación entre las ocho muchachas casi nunca se detiene. Al contrario, suele volverse más interesante. En la beca, la supuesta hora de sueño pocas veces se cumple. Después de las diez de la noche, el cubículo alberga anécdotas, consejos y bromas entre susurros. A veces Lili alza demasiado la voz y alguien viene a regañarlas. Se callan por un rato, pero vuelven a empezar cuando escuchan a los profesores alejarse. Anabel o Claudia, que suelen ser más reservadas o tener mucho sueño, piden que se duerman. Tampoco hacen caso. Después de clases, deportes, autoestudio o recreación, tras pasar tanto tiempo con sus novios o amigos, tienen que desahogarse.
Los comentarios sobre las últimas parejas en el aula o lo bueno que Roberto, el novio de Dayana, las dudas sobre quién le gusta a Alejandro o el interrogatorio persistente de Rachel a Vanessa, que por esos días anda en pleno proceso de conquista, llenan el ambiente. Muchas noches hablan de sexo. Las más adelantadas comentan, con más o menos detalles, sus experiencias. Ana, que aún no han llegado a ese paso, indaga sobre qué esperar. A veces, no conversan sobre historias concretas. Más bien discuten sobre cómo, cuándo y con quién es mejor “hacerlo”.
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Publicado en may 28th, 2020.
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