Confirma estudio sobre el brote inicial de la gripe H1N1 que la propagación de la enfermedad en la familia es menor cuando se cumplen las medidas de prevención.
Conductas sencillas basadas en el sentido común. como puede ser una conversación entre los miembros de la familia sobre cómo se puede prevenir la gripe, pueden limitar la propagación del H1N1 en el hogar, según revela un estudio del brote inicial de la enfermedad, ocurrido en 2009 en la Ciudad de Nueva York. El artículo fue publicado en el número del 1 de abril de The Journal of Infectious Diseases (Revista de enfermedades infecciosas) y está disponible en la red.
A las personas con síntomas de gripe generalmente se les pide que permanezcan en sus hogares y no asistan al trabajo o la escuela. Es por eso que los científicos necesitan conocer de qué modo opera la transmisión en la familia y cómo se puede controlar. Esa información es necesaria no sólo como respuesta al H1N1, sino también como preparación para futuras pandemias.
Anne Marie France, PhD, MSP, y sus colegas del Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de Nueva York y de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) examinaron a los familiares de estudiantes enfermos de la escuela de nivel medio de Nueva York donde primero se documentó el brote de H1N1 en abril de 2009. Como en ese momento el H1N1 todavía no se había propagado a la comunidad, lo más probable era que los casos secundarios de enfermedad similar a la gripe se hubieran contagiado en sus hogares. Un tercio de los estudiantes de la escuela tenían gripe, y se les pidió que permanecieran en sus hogares. Participaron en el estudio 322 familias, las que aportaron 702 contactos familiares. Presentaron síntomas de enfermedad similar a la gripe 70 contactos, para una tasa de ataque secundario (TAS) de 11.3%. La mitad de los casos se produjeron dentro de los tres días siguientes al primer reporte de síntomas, y 87% dentro de los siete días siguientes al primer reporte de síntomas.
En los hogares donde se conversó sobre cómo se podía evitar la transmisión de la gripe, el riesgo de que otros familiares enfermaran se redujo en un 40%. Los investigadores encontraron que el riesgo era mayor entre los padres que cuidaban a sus hijos enfermos, y que ver la televisión o jugar juegos de video con un enfermo era un factor de riesgo para los hermanos y hermanas.
El hallazgo de que sostener una conversación sobre el tema constituye una forma de protección es especialmente significativo, ya que es posible que en las primeras etapas de una pandemia aún no exista una vacuna contra la enfermedad. “Eso es importante, porque indica que la adopción de nuevas conductas puede ser eficaz para reducir el riesgo de enfermedades secundarias dentro de la familia,” dijo la Dra. France. “Para contener la propagación de la gripe, es muy importante conocer los factores de riesgo y de prevención que determinan la transmisión de la enfermedad en la familia, sobre todo si se trata de una cepa severa, o cuando se decide que intentar contenerla es fundamental para el manejo de la pandemia a nivel nacional.”
El estudio también encontró que el riesgo de contraer una enfermedad similar a la gripe estaba relacionado directamente con la edad, con la mayor TAS (30%) en los contactos menores de 5 años y la menor (2.1%) en los de 55 años o más. Esos hallazgos subrayan el hecho de que los niños pueden ser los principales propagadores de una infección en las etapas iniciales de una epidemia, sobre todo en el hogar, y sugieren que los niños deben ser el principal objeto de las medidas preventivas.
Estudios futuros de la propagación de la enfermedad en la familia “deben proponerse evaluar detalladamente la interacción entre los familiares inicialmente enfermos y los que contrajeron la infección posteriormente,” señaló la Dra. France. Se debe evaluar hasta qué punto lavarse las manos o cubrirse la boca al toser, además de minimizar el tiempo que se pasa cerca de un familiar enfermo, pueden ayudar a evitar la transmisión.
En un editorial que acompaña al artículo, la Dra. Ruth Lynfield, del Departamento de Salud de Minnesota, expresa su conformidad con los resultados del mismo y apunta que los hallazgos “son útiles para reforzar las recomendaciones de salud pública para el control de la infección en las familias con personas enfermas.” Escribe la Dra. Lynfield que cuando las acciones tempranas tienen la mayor importancia al inicio de una pandemia, la mejor forma de reforzar su puesta en práctica es mediante “información que apoye las acciones sencillas que se pueden tomar en el hogar y que son importantes para la prevención de las infecciones.”
El estudio también se refiere a un efecto protector asociado con el tratamiento antiviral preventivo o profilaxis. Sin embargo, tanto en el artículo como en el editorial acompañante se hace referencia a los reportes sobre el desarrollo de resistencia antiviral, y la necesidad de reservar esos medicamentos para los pacientes que estén en mayor riesgo de complicaciones, siguiendo de ese modo las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Datos rápidos
1. Una conversación en el hogar sobre la prevención de la gripe y su transmisión redujo en un 40% el riesgo de que el virus se propagara entre los miembros de la familia.
2. La transmisión del virus fue rápida, ya que la mitad de los casos secundarios de gripe (en los que un miembro de la familia infectó a otro) se produjeron dentro de los tres días siguientes, y casi 90% dentro de la semana siguiente.
3. Para ayudar a prevenir la propagación de la gripe, cúbrase la nariz y la boca al toser o estornudar. Lávese las manos frecuentemente con agua y jabón.
Fuente: Household Transmission Of H1N1 Influenza During Initial Outbreak Limited By Preventive Behaviors. Disponible en: http://www.medicalnewstoday.com/articles/182615.php [Accedido Marzo 22, 2010].
Publicado: mar 22nd, 2010.