La gripe A ya tiene su propio videojuego. Un grupo de reputados virólogos ha diseñado un juego pensado para convertir a los jugadores en auténticos estrategas de la lucha contra el H1N1
No hay monstruos ni ejércitos que derrotar. Pero sí un virus que se extiende con avidez por todo el planeta. Quien se atreva a enfrentarse a la nueva amenaza biológica debe frenar su avance cerrando escuelas, aislando poblaciones y distribuyendo a su paso mascarillas y antivirales. Es el nuevo juego de la gripe, una opción con la que entretenerse para la que sólo es necesaria una conexión a Internet y teclear: www.thegreatflu.com.
Quien vea solo oportunismo comercial en esta idea se equivoca. A «La Gran Gripe» se puede acceder libremente y la intención de quienes lo han desarrollado no es sólo entretener sino educar a la población.
Detrás de «The Great Flu» hay un grupo de reconocidos expertos en virus de la gripe de la Universidad de Rotterdam (Holanda). El «padre» de la idea es Albert Osterhaus, el primer científico en descubrir que había una nueva cepa de gripe aviar que podía transmitirse entre los humanos. También fue él quien supo ver que aquella neumonía que mataba en Hong Kong en 2003 era un problema serio. En apenas tres semanas demostró que era una nueva enfermedad, bautizada después como SARS, causada por un nuevo virus.
La obsesión de este coleccionista de virus de la gripe se llama ahora H5N1. Osterhaus no ha necesitado documentarse para inspirarse y crear su videojuego. «La gripe es lo que ocurre en el mundo real», dijo al anunciar su nueva creación.
Entretener y educar
Su objetivo es entretener, pero sobre todo educar. A los jugadores se les proporciona las mismas herramientas con las que cuentan los gobiernos y las autoridades sanitarias: vacunas, antivirales, medidas de aislamiento… Y también se les advierte de que tienen un margen de acción limitado porque cualquiera de esas medidas cuesta dinero. «Las acciones para controlar el virus son caras, así que ten cuidado», ese es nuestro mensaje dice Osterhaus. Queremos mostrar lo difícil que resulta tomar decisiones de salud pública a gran escala.
Mientras se juega, un contador informa del número de personas infectadas y de fallecidos. Tampoco faltan las noticias preocupantes de los medios de comunicación ni las dramáticas imágenes de las víctimas de la gripe de 1918, la peor que se recuerda.
http://www.abc.es/20090818/nacional-sociedad/jugar-pandemia-20090818.html
Entre un 25 y un 35 por ciento de las personas que contraerán la gripe A lo harán de manera indirecta, simplemente por la suspensión de este virus en el ambiente.
Así lo ha indicado hoy la Federación de Empresas de Calidad Ambiental en Interiores (FEDECAI), que recomienda potenciar la calidad ambiental de los inmuebles como medida para reducir de manera importante el riesgo de contagio por este nuevo virus.
La organización señala que los ambientes cerrados son un foco de infección muy importante, cuya deficiente situación ambiental conviene atajar para reducir el impacto de la pandemia.
Para Paulino Pastor, presidente de FEDECAI, resulta fundamental tomar las medidas de prevención que desde el Ministerio de Sanidad se han recomendado (higiene personal, protección al estornudar, aislamiento social, etc), pero también es básica la prevención asociada a los espacios cerrados que, hasta el momento, ha sido “ignorada en gran parte”.
Estas medidas de prevención no deben obviarse, ha argumentado el experto, puesto que más de la cuarta parte de los contagios se pueden producir sin mantener contacto directo con enfermo alguno, a través de las microgotas -gotas menores de 5 micrones (micrón=una millonésima parte de un metro) con virus- que quedan suspendidas en el aire.
La tos y el estornudo generan una gran cantidad de partículas acuosas rellenas de virus de tamaño promedio entre 5 y 10 micrones, pero la rápida evaporación del agua provoca la disminución de su tamaño, generando micropartículas fácilmente inhalables.
Por término medio, estas partículas quedan en suspensión en el aire y pueden transmitirse y mantenerse activas durante horas, hasta que otra persona las respire y se infecte.
La Federación ha elaborado un decálogo de buenas prácticas para minimizar el riesgo de transmisión de enfermedades en los edificios, entre las que figura incrementar la ventilación tanto como sea posible desde un punto de vista técnico y económico.
Disponer de filtros de alta eficacia, con capacidad para retener las partículas más finas y, por tanto, controlar mejor su suspensión, y establecer protocolos seguros específicos para la sustitución y manejo de los filtros, por parte de los trabajadores de mantenimiento, son otros de los consejos.
Aboga además por implantar protocolos seguros de mantenimiento higiénico de los sistemas de climatización y de limpieza de las superficies de los edificios, para minimizar la dispersión de los contaminantes, ya que el empleo de métodos inadecuados pone las partículas en suspensión.
La Federación propone asegurar una humedad relativa cercana al 50 por ciento, evitando extremos por debajo del 40 y por encima del 60 por ciento.
De hecho, apunta que un ambiente seco promueve que la gotitas exhaladas en los estornudos se sequen y disminuyan su tamaño rápidamente, lo que incrementa el tiempo de suspensión en el aire y, por tanto, el espacio en el que pueden resultar infecciosas para otras personas.
Las temperaturas deben situarse por encima de 20 grados centígrados durante todo el año y es preciso evitar las corrientes de aire frío directas sobre las personas en modo de refrigeración, puesto que disminuyen las defensas y las hacen más proclives a la infección.
Fuente: La Vida – Hasta un 35% de contagios por gripe A se produce por vía ambiental indirecta – ADN.es. Disponible en: http://www.adn.es/lavida/20090818/NWS-0725-contagios-indirecta-ambiental-produce-gripe.html [Accedido Octubre 1, 2010].










