La Sociedad Europea de Hipertensión y la Sociedad Europea de Cardiología (ESH y ESC, según sus siglas inglesas) presentaron en el Congreso de la ESH, recientemente celebrado en Milán (Italia), sus guías para el tratamiento de la hipertensión arterial, cuya anterior versión databa de 2007. Con el objetivo de dar a conocer las nuevas guías a los profesionales sanitarios españoles, la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la Sociedad Española de Hipertensión – Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LEHLA) y Daiichi Sankyo han presentado las guías en un evento celebrado en la Casa del Corazón, sede de la SEC en Madrid, que se ha retransmitido por streaming a otras 25 sedes repartidas por toda España.
En su intervención, el Dr. Josep Redón, presidente de la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH), “es fundamental la consideración de la hipertensión como un factor de riesgo para la salud de primera magnitud, tanto por parte de los médicos como de los pacientes y la población general. En este sentido, la importancia de las nuevas guías radica en que permitirán a los profesionales sanitarios un mejor control de los niveles de hipertensión de sus pacientes y, por tanto, de los factores de riesgo asociados”.
A juicio de la Dra. Nieves Martell, presidenta de la Sociedad Española de Hipertensión – Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LEHLA), “las nuevas guías tienen un carácter eminentemente formativo y ofrecen respuestas a muchas de las preguntas que pueden surgir en la práctica diaria. Además, en ellas se detalla la clase y grado de evidencia de las recomendaciones, lo que sin duda será de gran ayuda para que los médicos podamos alcanzar los objetivos de presión arterial propuestos para nuestros pacientes”.
Por su parte, el Dr. Vicente Bertomeu, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), recuerda que “el 70% de los pacientes que tratamos los cardiólogos son hipertensos”, y que la hipertensión arterial es “el principal determinante de mortalidad cardiovascular, especialmente en pacientes de alto riesgo. Por tanto, el control de la hipertensión en dichos pacientes es un objetivo prioritario para los cardiólogos y una condición imprescindible para reducir las tasas de mortalidad”.
Entre las principales novedades de la edición 2013 de las guías para el tratamiento de la hipertensión se cuenta la recomendación de un único objetivo de presión arterial sistólica para la práctica totalidad de pacientes de <140 mmHg. En las guías 2007 se establecían objetivos diferenciados según el tipo de paciente (140/90 mmHg en pacientes de riesgo bajo a moderado y 130/80 mmHg en pacientes de alto riesgo), pero los autores señalan que no hay evidencias suficientes que justifiquen mantener distintas metas de presión arterial.
Asimismo, la guía recomienda un incremento del rol de la automonitorización de la presión arterial (AMPA), junto a la monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA), y recalca la importancia del daño orgánico global y el manejo de todos los factores de riesgo cardiovascular y de otras enfermedades a la hora de abordar la hipertensión.
En otro apartado, hace hincapié en la necesidad de personalizar el tratamiento de la hipertensión en grupos específicos como, por ejemplo, diabéticos, jóvenes, ancianos y mujeres embarazadas. Por último, recomienda el uso de combinaciones a dosis fijas de dos o más fármacos ya que simplifican el tratamiento y favorecen el cumplimiento terapéutico de los pacientes. Esto redunda en un mejor control de la hipertensión y, por tanto, disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares y los costes asociados para los sistemas de salud.
(Fuente: Revista Finlay de enfermedades no transmisibles) [Actualizada: 23 – 10 – 2013]
Blood pressure variability and multiple organ damage in primary hypertension
Por: G Leoncini, F Viazzi, G Storace, G Deferrari y R Pontremoli. Journal of Human Hypertension (2013) 27, 663–670.
Organ damage (OD) is an indicator of increased cardiovascular risk. Blood pressure variability (BPV) is related to greater incidence of events, regardless of the severity of hypertension. We investigated the relationship between ambulatory blood pressure monitoring (ABPM)-derived indices of BPV and the presence of multiple OD in primary hypertension (PH). One hundred and sixty-nine untreated patients with PH were evaluated.
Systolic (SBP) and diastolic blood pressure (DBP) variability were assessed as the crude and weighted (w.) standard deviation (s.d.), and average real variability (ARV) of the mean value of 24-h, awake and asleep ABPM recordings.
Por: K M Diaz, P Veerabhadrappa, M A Kashem4, S R Thakkar, D L Feairheller, K M Sturgeon6, C Ling, S T Williamson, J Kretzschmar, H Lee, H Grimm, D M Babbitt, C Vin, X Fan, D L Crabbe y M D Brown. Journal of Human Hypertension (2013) 27, 671–677.
The purpose of this study was to investigate the association of visit-to-visit and 24-h blood pressure (BP) variability with markers of endothelial injury and vascular function. We recruited 72 African Americans who were non-diabetic, non-smoking and free of cardiovascular (CV) and renal disease. In conclusion, our findings showed that visit-to-visit and 24-h BPV were associated with measures of endothelial injury, endothelial function, and smooth muscle function. These early preliminary results may suggest that high BPV could influence the pathogenesis of CV disease, in part, through influences on vascular health. Additional research, however, will be needed to confirm these results, determine the clinical relevance of the FMD/NMD ratio, and resolve the conflicting hypotheses regarding the interpretation of circulating EMP levels.
Por: N C Barengo, R Antikainen, M Kastarinen, T Laatikainen y J Tuomilehto. Journal of Human Hypertension (2013) 27, 693–697.
he objective of this study (follow-up of 26 113 people) was to investigate differences in the risk of cardiovascular disease (CVD) and all-cause mortality among hypertensive people according to the control of systolic blood pressure (SBP) and diastolic blood pressure (DBP). People with a history of coronary heart disease, heart failure, cancer or incomplete data at baseline (n=1113) were excluded from the study. The participants were classified into six groups according to their blood pressure status. In conclusion, our results strengthen the evidence that uncontrolled SBP alone and uncontrolled DBP alone are risk factors of all-cause and CVD mortality.
En esta sección les exponemos algunos artículos publicados sobre la hipertensión arterial.
De la Revista: American Journal of Hypertension (Sobre la sal)
Por: Theodore A. Kotchen. Am J Hypertens (2013) 26 (10), 1177.
Sodium Reduction Is a Public Health Priority: Reflections on the Institute of Medicine’s Report, Sodium Intake in Populations: Assessment of Evidence
http://ajh.oxfordjournals.org/content/26/10/1178.full
Por: Janelle P. Gunn, Jessica L. Barron, Barbara A. Bowman, Robert K. Merritt, Mary E. Cogswell, Sonia Y. Angell, Ursula E. Bauer y Thomas R. Frieden. Am J Hypertens (2013) 26 (10): 1178-1180.
Getting the Message Right: Reducing Sodium Intake Saves Lives
Por: Jenifer E. Clapp, Christine J. Curtis, Susan M. Kansagra y Thomas A. Farley. Am J Hypertens (2013) 26 (10): 1181-1182.
Extreme Sodium Reductions for the Entire Population: Zealotry or Evidence Based?
Por: Andrew Mente, Martin J. O’Donnell y Salim Yusuf. Am J Hypertens (2013) 26 (10): 1187-1190.
Por: Lawrence J. Appel y Paul K. Whelton. Am J Hypertens (2013) 26 (10): 1183-1186.
Sodium: How and How Not to Set a Nutrient Intake Recommendation
Por: Robert P. Heaney. Am J Hypertens (2013) 26 (10): 1194-1197.
Cost-Effectiveness of Renin-Guided Treatment of Hypertension
Por: Steven M. Smith y Jonathan D. Campbell. American Journal of Hypertension, volume 26, Issue 11, pp. 1303-1310.
A plasma renin activity (PRA)–guided strategy is more effective than standard care in treating hypertension (HTN). However, its clinical implementation has been slow, presumably due in part to economic concerns. We estimated the cost effectiveness of a PRA-guided treatment strategy compared with standard care in a treated but uncontrolled HTN population. Our results suggest that PRA-guided therapy compared with standard care increases QALYs and medical costs in most scenarios. PRA-guided therapy appears to be most cost effective in younger persons and those with more cardiovascular risk factors.
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