Para ver la noticia de su fuente original deben inscribirse en IntraMed
¿Hay que bajar más la presión arterial a los pacientes diabéticos?
Hemos llevado a cabo esta revisión para encontrar y evaluar todos los ensayos diseñados para evaluar si los objetivos de presión arterial inferiores son mejores que los objetivos de presión arterial habituales para las personas con diabetes. Hemos encontrado y analizado cinco estudios.
La enfermedad cardiovascular es una complicación frecuente en las personas con diabetes. La hipertensión arterial se encuentra con frecuencia en este grupo de pacientes. Las Guías Clínicas recientes han recomendado medidas más estrictas de control de la presión arterial en las personas con diabetes en comparación con los que no lo son.
Por lo general en la población de personas con hipertensión, el objetivo estándar ha sido conseguir una presión arterial de menos de 140 a 160/90 a 100 mmHg, mientras que para las personas con diabetes las directrices han recomendado reducir esta meta a menos de 130/80 mmHg. Esta tendencia se ha basado en el supuesto de que el logro de una presión arterial más baja producirá una mayor reducción de los eventos cardiovasculares.
Se analizó la evidencia al día hasta octubre de 2013. Hemos encontrado y analizado cinco ensayos aleatorizados con 7134 participantes adultos con diabetes tipo 2 y presión arterial alta, entre 40 a 80 años de edad, que recibieron tratamiento dirigido a disminuir la presión arterial a un nivel estándar en comparación con un objetivo de presión arterial más bajo y un seguimiento de 2 a 5 años para detectar diferencias en la mortalidad y los eventos adversos.
Cuatro de los cinco estudios fueron financiados por el fabricante del medicamento, que tenía el potencial de impactar sobre los resultados. Un estudio fue patrocinado por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI) de los Estados Unidos.
El único beneficio significativo en el grupo asignado a ‘reducir’ la presión arterial sistólica a niveles menores fue una pequeña reducción en la incidencia de accidente cerebrovascular, pero con un aumento significativo en el número de otros eventos adversos graves.
El efecto de los objetivos de presión arterial sistólica menor sobre la mortalidad fue compatible tanto con una reducción como con un aumento de riesgo. No hubo un beneficio asociado con un objetivo de presión “inferior” diastólica.
La evidencia de los ensayos disponibles en el momento actual es de baja calidad y no apoya los objetivos de presión arterial inferiores a la norma en las personas con presión arterial elevada y diabetes. La investigación futura es probable que cambie estos resultados y los nuevos estudios deberán informar de todos los resultados que son importantes para los pacientes, tales como la mortalidad y los eventos adversos.
(Fuente: www.intramed.net)
Para ver la noticia de su fuente original debe inscribirse en Medcenter Medical News
El objetivo de este estudio fue investigar la influencia del tratamiento combinado a base de amlodipino y valsartán en las concentraciones plasmáticas de adiponectina (ADP) y ácidos grasos libres (AGL) en pacientes con hipertensión idiopática.
Se tuvieron en cuenta para el análisis, cincuenta pacientes hipertensos se incorporaron en el estudio. Después del tratamiento con amlodipino durante cuatro semanas (5 mg/día), 34 pacientes con presión arterial diastólica (PAD) de > 90 mmHg fueron incorporados en el periodo de doble ciego y distribuidos de manera aleatoria para recibir amlodipino (amlodipino en dosis de 5 mg/día) y la combinación (amlodipino en dosis de 5 mg más valsartán en dosis de 80 mg/día) durante otras ocho semanas. Se midieron al inicio, a las cuatro y a las 12 semanas después tratamiento: presión arterial, lípidos sanguíneos, glucemia, adiponectina y ácidos grasos libres. Se seleccionaron como testigos a 18 adultos normotensos.
Al inicio del análisis, los valores de ácidos grasos libres, colesterol total y triglicéridos fueron significativamente más altos, pero la adiponectina fue más baja en el grupo con hipertensión que en el grupo de control.
El tratamiento con amlodipino durante cuatro semanas aumentó en grado significativo las concentraciones de adiponectina (4,75 ± 1,88 frente a 5,09 ± 1,97 mg/l).
En conclusión, la monoterapia con amlodipino durante cuatro semanas puede incrementar significativamente la concentración plasmática de adiponectina. Por consiguiente, el tratamiento combinado a base de amlodipino y valsartán puede mejorar las concentraciones plasmáticas de adiponectina y ácidos grasos libres más que la monoterapia con amlodipino
(Fuente: Medcenter Medical News)
Low correlation between visit-to-visit variability and 24-h variability of blood pressure
Por: Paul Muntner, Daichi Shimbo, Keith M Diaz, Jonathan Newman, Richard P Sloan y Joseph E Schwartz. Hypertension Research (2013) 36, 940–946.
Ambulatory blood pressure monitoring (ABPM) is considered to provide a more accurate estimate of a patient’s mean systolic and diastolic blood pressure (SBP and DBP) compared with clinic measurements. Also, mean blood pressure (BP) from ABPM is a stronger risk factor for cardiovascular disease (CVD) compared with mean clinic BP. The value of ABPM for the measurement of BP is highlighted in the 2011 NICE guidelines, which recommend using it to confirm the diagnosis of hypertension for patients with an SBP or DBP greater than or equal to140 or 90 mm Hg, respectively. Several recent studies have reported strong associations between visit-to-visit variability (VVV) of clinic SBP and the occurrence of stroke, coronary heart disease and all-cause mortality.
Estudios importantes sobre hipertension arterial de Cuba y el mundo
Por: Hiromi Rakugi, Toshio Ogihara, Seiji Umemoto, Masunori Matsuzaki, Hiroaki Matsuoka, Kazuyuki Shimada, Jitsuo Higaki, Sadayoshi Ito, Akira Kamiya, Hiromichi Suzuki, Yasuo Ohashi, Kazuaki Shimamoto y Takao Saruta for the Combination Therapy of Hypertension to Prevent Cardiovascular Events Trial Group. Hypertension Research (2013) 36, 947–958.
Chronic kidney disease (CKD) and hypertension are closely related in a vicious cycle; thus, blood pressure (BP) control is extremely important for patients with CKD. Both CKD and hypertension are risk factors for cardiovascular events; therefore, the aim of BP control in CKD is to inhibit the progression of CKD, delay worsening of the disease to end-stage kidney disease and inhibit the occurrence of cardiovascular events.
It is well recognized that antihypertensive therapy inhibits cardiovascular events regardless of the presence or absence of CKD. Reducing BP is the most important intervention to delay worsening of CKD as well; it has been shown that renin-angiotensin system blockers have an added effect in patients with advanced nephropathy and albuminuria of >33.9 mg mmol.
Con hipertensión, 22.4 millones de mexicanos
Gerardo Gamba, del Instituto de Investigaciones Biomédicas y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), informó que 22.4 millones de mexicanos mayores de 30 años padecen hipertensión, sin embargo, sólo a 7.5 millones se la han diagnosticado y controlado.
En un comunicado de la AMC, planteó que a pesar de que existe una batería de fármacos antihipertensivos, éstos no son suficientes para controlar el problema, porque la mayoría de los pacientes no están diagnosticados o no llevan a cabo el tratamiento.
Planteó que como es una enfermedad crónico degenerativa asintomática, el paciente no se da cuenta de que es hipertenso hasta que se lo dice su médico.
La presión elevada en las arterias, explicó, acelera los procesos de aterogénesis que lleva a infartos de miocardio, problemas de ceguera, enfermedades neurovasculares e insuficiencia renal.
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2012, la hipertensión arterial varía por regiones.
“Se registró una prevalencia más alta en el norte del país (36.4%) que en el sur (28.5%); en las localidades urbanas (31.9%) que en las rurales (29.9%), y en niveles socioeconómicos altos (31.1%), y en bajos (29.7%)”.
De los adultos con hipertensión arterial diagnosticada, sólo 73.6 por ciento recibe tratamiento farmacológico y menos de la mitad tiene la enfermedad bajo control, detalló.
Advirtió que el ambiente que propicia que se manifieste la hipertensión arterial, además de que es hereditaria, es el consumo de sal y la obesidad.
“Hoy en día se ha identificado una serie de proteínas transportadoras y reguladoras de la sal en las células; por ejemplo, se sabe que el consumo de potasio, que se puede obtener comiendo frutas y verduras, reduce y previene la hipertensión arterial”, destacó el especialista.
Expuso que existe una curva de función renal, donde el riñón mantiene una presión arterial en nivel normal, 100 milímetros (mm) de mercurio, en el cual se mantiene en un balance entre cuánto comemos y cuánto orinamos de sal; los problemas empiezan cuando una persona tiene presión sistólica (durante la contracción del corazón) sostenida por encima de 139 mm.
En este sentido, indicó que el laboratorio en el que trabaja se realizan estudios con transportadores de sal en el riñón, que son fundamentales para determinar la excreción urinaria de sal y, por lo tanto, son críticos para definir la presión arterial.
Las alteraciones en estos transportadores producen hiper o hipotensión arterial y bloquearlos con diuréticos es útil para el manejo de esta enfermedad, subrayó.
Expuso que su interés y el de su grupo se centra en los mecanismos de regulación de estos procesos, para lo cual se utilizan técnicas que van de la investigación clínica hasta la ingeniería genética.
“Aunque es necesario investigar más los procesos a nivel molecular, se ha encontrado que la obesidad es otra enfermedad que provoca resistencia a la hormona insulina, lo que ocasiona hiperinsulinemia y, posteriormente, hipertensión arterial”, señaló el investigador.
El ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011 en el área Físico-Matemáticas y Naturales dijo que se puede hacer algo por disminuir la obesidad y por aumentar la actividad física, pero es muy difícil que la sociedad disminuya la ingesta de sal.
“Aunque se retire un salero de la mesa, los alimentos ya se encuentran salados para evitar que se echen a perder, de lo contrario no se podrían proporcionar alimentos en urbes tan pobladas como la Ciudad de México”, sostuvo.
La perspectiva a futuro es explorar cómo hacer para que la gente deseche más sal a través de sus riñones”, puntualizó.
___________________________________________
Nota del editor: 116 901 761 habitantes méxicanos en enero del 2013.
(Fuente: http://www.elsiglodedurango.com.mx)
Por: MsC. Eulises Guerra Cepena, MsC. José Manuel Vázquez Trigo, MsC. Yelina Dominica Esteris, MsC. Yamilé Hinojosa Rivero y MsC. Andrés Chang Fong. MEDISAN vol.17 no.4 Santiago de Cuba abr. 2013.
Se realizó un estudio descriptivo, longitudinal y prospectivo de 2 401 pacientes con hipertensión arterial, pertenecientes al área de salud del Policlínico Universitario “Ramón López Peña” de Santiago de Cuba, desde enero de 2010 hasta igual mes de 2012, a fin de caracterizarles según variables clínicas y epidemiológicas de interés. En la serie se encontró una elevada incidencia de esta afección en los adolescentes y una alta prevalencia en la cuarta y quinta décadas de la vida, sobre todo en quienes tenían antecedentes patológicos familiares de ese proceso morboso y factores de riesgo asociados.
Comentarios recientes