Infomedtemas de salud
  • Universidad Virtual de Salud
  • Biblioteca Virtual de Salud
Hipertensión • Sitio web dedicado a la hipertensión en Cuba
Inicio Acerca de Recursos de información Docencia Herramientas Contacto
 
Inicio > Propuestas del editor

Propuestas del editor

24/09/2010

Estrategias demográficas para disminuir la ingesta de sodio y la morbilidad de enfermedades cardiovasculares: un análisis de rentabilidad

sep 24th, 2010. En: Propuestas del editor. #

0

Se ha prestado mucha atención a la ingesta de sodio y su relación con las mejoras de la salud pública en respuesta al éxito que en tiempos recientes ha tenido en el Reino Unido la reducción de la ingesta de sodio en la población.

Smith-Spangler y sus colaboradores utilizaron modelos simulados para comprender de qué manera una reducción de la ingesta de sodio por la población ahorraría costes asistenciales a la sociedad, lo cual refleja una reducción de la presión arterial y una disminución subsiguiente de la frecuencia de infarto de miocardio (IM) y accidente cerebrovascular.

Utilizando un modelo de simulación informática, los autores tomaron a una población hipotética definida y proyectaron la edad de sus integrantes para analizar los efectos de la ingesta de sodio en los desenlaces a largo plazo.

Durante este proceso electrónico de envejecimiento algunos miembros de la población simulada presentaron episodios cardiovasculares (en este caso, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular). Algunas de estas complicaciones fueron mortales y algunas no.

Los pacientes que presentaban complicaciones no mortales continuaron envejeciendo en la cohorte y mostraron más riesgo de complicaciones adicionales y fallecimiento que los que no experimentaban complicaciones cardiovasculares. Con cada año simulado que transcurría, se modificaba la edad, el grado de comorbilidad y la frecuencia de complicaciones de la población.

Este proceso iterativo se llevó a cabo utilizando múltiples series de probabilidades o suposiciones. Algunos de los factores clave inherentes a este análisis son la reducción esperada de la ingesta de sodio que las diversas estrategias propuestas lograrán, el efecto de tal reducción sobre la presión arterial y el efecto de la disminución de la presión arterial sobre las tasas de complicaciones cardiovasculares.

Además, la esperanza de vida después de una complicación cardiovascular y el coste de la complicación cardiovascular son decisivos en las conclusiones de estos análisis.

Para proyectar una serie de suposiciones y probabilidades y evaluarlas, Smith-Spangler y sus colaboradores utilizaron múltiples fuentes de datos válidos y apropiados, entre ellos, la Encuesta de Gastos de Grupos de Expertos Médicos, el Estudio Cardiaco Framingham y el Estudio de los Métodos Dietéticos para Detener la Hipertensión.

Puesto que una característica fundamental de la calidad de las poblaciones de pacientes simuladas es la validez de las probabilidades y suposiciones inherentes, es necesario subrayar la importancia de utilizar fuentes válidas y evaluar múltiples intervalos de esas evaluaciones.

Se utilizaron los datos del censo de Estados Unidos para identificar la cantidad de personas de 40 a 85 años de edad.

Basándose en estos métodos y fuentes de datos, en el estudio se calculó que una reducción del 9,5% de la ingesta de sodio por la población daría por resultado una disminución moderada de la media de la presión arterial sistólica de 1,25 mm Hg en personas de 40 y 85 años de edad.

Sin embargo, esta reducción evitaría 513.000 casos de accidentes cerebrovasculares y 480.000 casos de infarto de miocardio e incrementaría más de 1,3 millones de años de vida para los adultos estadounidenses que en la actualidad tienen de 40 a 85 años de edad.

Las reducciones de los casos de accidente cerebrovascular y de infarto de miocardio producirían ahorros de 32.100 millones de dólares en costes médicos directos. Estos cálculos se derivaron del supuesto de que una colaboración entre las autoridades sanitarias y la industria produciría una reducción voluntaria del contenido de sodio en los alimentos.

Como una alternativa a la disminución voluntaria del contenido de sodio los autores también evaluaron la reducción de la ingesta de sodio que se lograría si se cobrara un impuesto por el consumo de sodio y llegaron a la conclusión de que un impuesto al sodio brindaría reducciones similares aunque levemente inferiores en la frecuencia de complicaciones y en los ahorros monetarios.

Los efectos calculados sobre la salud que se lograban con un impuesto al sodio ascendieron a cerca de 327.000 casos de accidentes cerebrovasculares y 306.000 casos de infarto de miocardio evitados, así como un aumento de 840.000 años de vida y ahorros de 22.400 millones de dólares en costes médicos directos.

Los autores fueron muy meticulosos para evaluar el efecto de la reducción de la ingesta de sal de los alimentos sobre la calidad de vida. Aunque reconocieron que el efecto probablemente sería mínimo, llevaron a cabo análisis para estimar cuál reducción de la calidad de vida afectaría sustancialmente a los beneficios en los desenlaces clínicos demostrados en las simulaciones.

Un punto de vista

Dado que la potencia o las limitaciones de una simulación como esta en gran parte son calculadas a través de la validez de las suposiciones, es preciso destacar un aspecto importante. Los ahorros de costes que aquí se presentan son notables.

Si la vía causal de la disminución del sodio que lleva a un descenso de la presión arterial y de los episodios cardiovasculares es válida a nivel demográfico, entonces también se debiera considerar una limitación clave de este análisis.

La presión arterial influye en muchos trastornos concomitantes, tales como la insuficiencia cardiaca congestiva y la nefropatía crónica. Estos trastornos concomitantes, al igual que otros, afectan tanto a la longevidad como a los costes sanitarios.

El no incluir estos episodios en este análisis sin duda dio por resultado una subestimación de los ahorros de costes que se lograrían mediante una iniciativa de reducción del sodio, si se implantara.

Además del asombroso beneficio para la salud pública y los ahorros de costes que se lograrían mediante la reducción de la ingesta de sodio por la población, en este análisis se hacen conjeturas en torno a las eficacias relativas de dos estrategias diferentes para poner en práctica tal iniciativa.

Por diversos razonamientos, los autores llegan a la conclusión de que la reducción voluntaria del contenido de sodio de los alimentos preparados por parte de la industria alimentaria produciría un incremento del beneficio global y menos posibilidades de discriminación de personas pobres que lo que se lograría con cobrar un impuesto por la sal. El implantar esta estrategia exigiría la coordinación de la industria y las autoridades y es posible que fuera un proceso gradual.

En el ínterin, nuestro rol como médicos es seguir informando al público con respecto a las opciones de alimentación y la importancia de la disminución de la ingesta de sodio en su salud a largo plazo. Ante la falta de cooperación a gran escala por la industria alimentaria este proceso educativo se debe lograr por cada médico, de persona a persona y ciertamente de cristal en cristal.

Smith-Spangler CM, Juusola JL, Enns EA, Owens DK, Garber AM Ann Intern Med. 2010;152:481-487, W170-173

(Fuente: Medcenter de Medscape)

18/09/2010

Hipertensión arterial: factor de riesgo de las enfermedades del corazón

sep 18th, 2010. En: Propuestas del editor. #

0

Por significar la hipertensión arterial un factor de riesgo de las enfermedades del corazón y cerebrovasculares, su tratamiento constituye un objetivo de primer orden en el sistema de Salud cubano.

Así lo afirmó el Profesor Consultante Roberto Hernández Hernández, presidente de la Comisión Municipal de Hipertensión Arterial en la Isla de la Juventud.

El especialista informó que dado a la importancia del control de esa afección se efectuó de manera exitosa el Estudio Epidemiológico en la Comunidad de Enfermedad Renal Crónica, Enfermedad Cardiocerebrovascular, Hipertensión Arterial y Diabetes Mellitus (ISYS según las siglas en inglés) a toda la población y continúa en los policlínicos el seguimiento y tratamiento a los pacientes que lo requieren.

También se impartirá el Curso de Actualización acerca de la Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la Hipertensión Arterial como parte de la estrategia nacional diseñada por el Ministerio de Salud Pública.

El referido curso lo ofrecerán en el Municipio un grupo de destacados profesores pineros en las especialidades de Neurología, Nefrología, Epidemiología, Medicina Interna, Ginecología y Promoción de Salud.

Lo recibirán especialistas de la Atención Primaria de Salud, quienes después darán una capacitación a los médicos y enfermeras de la familia y estudiantes de Medicina y Enfermería, para así revitalizar las acciones del Programa Municipal de Hipertensión Arterial.

El también especialista de segundo grado en Medicina Interna reflexionó respecto a que cada año una cifra considerable de personas comienza a padecer de hipertensión arterial y en la mayoría de los casos sin tener percepción del riesgo que
implica.

En la actualidad en el mundo son miles de individuos los que fallecen en el esplendor de sus vidas como consecuencia de enfermedades favorecidas por la hipertensión arterial como aquellos que padecen Insuficiencia Renal Crónica en su fase terminal.

El Proyecto ISYS pinero ganó el Primer Gran Premio en el XI Congreso Centroamericano y del Caribe de Nefrología e Hipertensión Arterial celebrado en El Salvador.

(Fuente: Victoria.co.cu)

ALLHAT: siete años después, sigue ofreciendo respuestas correctas (extracto) [Traducción de Infomed].

sep 18th, 2010. En: Propuestas del editor. #

0

Paula T. Einhorn, Barry R. Davis, Jackson T. Wright Jr, Mahboob Rahman, Paul K. Whelton y Sara L. Pressel, para el Grupo Cooperativo de Investigación del ALLHAT.  Current Opinion in Cardiology:  July 2010 – Volume 25 – Issue 4 – p 355–365.

Se realizó una reevaluación del Estudio de Tratamiento Antihipertensivo e Hipolipemiante para Prevenir el Infarto Cardíaco (ALLHAT) teniendo en cuenta la información obtenida en recientes análisis exploratorios y de subgrupos, así como otros meta-análisis y ensayos clínicos de reciente realización. Los análisis de ALLHAT hacen especial hincapié en los hallazgos relacionados con la insuficiencia cardiaca, los resultados relacionados con participantes negros y personas con enfermedad renal crónica, la selección y dosificación de los diuréticos tiazídicos y otros similares, y la asociación del uso de medicamentos antihipertensivos con la diabetes de nueva aparición y sus consecuencias cardiovasculares.

La conclusión inicial del ALLHAT de que los diuréticos tiazídicos son superiores a los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), los antagonistas del calcio (BCC) y los bloqueadores alfa en la prevención de uno o más resultados clínicos mayores, incluidos la insuficiencia cardiaca y los accidentes cardiovasculares, y que son insuperables para prevenir significativamente los resultados cardiovasculares y renales, ha sido validada nuevamente para pacientes con diabetes, enfermedad renal, y/o síndrome metabólico. Las evidencias son incluso más claras en los pacientes negros. La diabetes de nueva aparición asociada con las tiazidas no incrementó los resultados cardiovasculares. El diurético fue superior a los demás agentes en la prevención de la insuficiencia cardiaca con fracción de eyección ventricular izquierda (FEVI) conservada, y similar al IECA en la prevención de la insuficiencia cardiaca con FEVI afectada. También fue superior en la prevención de la fibrilación auricular.

Basados en los resultados de ensayos comparativos publicados recientemente, prominentes investigadores del tema de la hipertensión se han preguntado si existe una relación fija entre la reducción de la PA y resultados beneficiosos al menos en todos los rangos de PA, a todos los niveles de riesgo cardiovascular y con todas las combinaciones de fármacos [67]. El tema también aparece planteado en los resultados del ALLHAT y en otros ensayos publicados poco después [16, 17]. Nosotros lo abordamos en la revisión de Wright et al [38**] y llegamos a la conclusión de que las pequeñas diferencias de PA observadas en el ALLHAT pueden estar relacionadas con algunas de las ventajas observadas con la tiazida, pero no todas.

En resumen, la evidencia más actualizada coincide en confirmar los hallazgos iniciales del ALLHAT de que ni los bloqueadores alfa ni los IECA ni los BCC superan a las tiazidas (a dosis apropiadas) como terapia antihipertensiva inicial para la reducción del riesgo cardiovascular o renal. La tiazidas son superiores para la prevención de una o más formas mayores de ECV, incluida la insuficiencia cardiaca, versus los tres fármacos comparadores, y los accidentes cerebrovasculares y resultados cardiovasculares combinados versus los IECA y los bloqueadores alfa. La dosis recomendada de la tiazida es equivalente a los 12.5 – 25mg de clortalidona (aproximadamente 25 – 50mg de hidroclorotiazida). La dosis puede ser especialmente importante para la prevención de los accidentes cerebrovasculares. Es posible que las tiazidas de más largo efecto ofrezcan beneficios adicionales, pero incluso sin esa evidencia se puede afirmar que son menos exigentes con respecto a las dosis omitidas. También presentamos la hipótesis – basada en muchos ensayos clínicos – de que la adición de un IECA a una tiazida puede optimizar la prevención de la insuficiencia cardiaca [34].

Dada la totalidad de la evidencia, reafirmamos la conclusión inicial del ALLHAT de que la tiazida y otros diuréticos similares (a dosis basadas en evidencias) constituyen la terapia inicial preferida para la mayoría de los pacientes hipertensos. Es posible que análisis futuros de biomarcadores y genes en la población del ALLHAT creen las bases para el desarrollo de recomendaciones de tratamiento más personalizadas.

02/09/2010

Listos para el cambio: EE UU considera políticas para reducir el consumo de sal en toda la población

sep 2nd, 2010. En: Propuestas del editor. #

0

En los países más desarrollados, más del 75% de la sal que se consume viene en las comidas procesadas por lo que cuando se trata de reducir el consumo de sodio, lograr que la gente deje de usar el salero es solamente la punta del iceberg.
Los Estados Unidos son un ejemplo; por más de 40 años, los defensores de la salud han tratado de educar a los ciudadanos para que reduzcan su consumo de sodio, pero el consumo per cápita parece que sigue creciendo o en el mejor de los casos, no ha cambiado. Esto es increíble, “dada la cantidad de dinero que se ha destinado a iniciativas de salud pública,” dice la Dra. Cheryl A. M. Anderson (Johns Hopkins University, Baltimore, MD, EE UU).

“La gente no sabe la cantidad de sal que consume aunque traten de seguir las recomendaciones”, dice. Mucho de esto se debe a “la naturaleza ubicua del sodio en los alimentos disponibles”, explica. “El sodio viene en cosas que la gente tradicionalmente no considera como saladas, así que aunque no agreguen sal a su comida en la mesa, comen sal en los alimentos que consumen en restaurantes y en la comida para llevar; también en la alta ingesta de panes, granos y productos a base de cereales, y nuevamente, estas no son comidas de las que tradicionalmente diríamos: ‘tiene sal’, lo que hace muy difícil que la gente haga lo que necesita hacer”.

Sin embargo, parece que las cosas van a cambiar; de acuerdo a lo que se ha previsto ampliamente, EE UU se unirá a otros países desarrollados para poner en práctica políticas que tratarán de disminuir la cantidad de sal en la dieta de la población en general.

Dado que los consumidores mismos tienen poco poder para bajar el consumo de sal en las naciones occidentales, la cooperación de las industrias de alimentos y de restaurantes es importantísima, explica la Dra. Feng J He (Queen Mary
University of London, Reino Unido), quien es autora de varios artículos de revisión sobre el tema de programas para reducir el consumo de sal realizados en varias partes del mundo. “Si se puede lograr que la industria de alimentos reduzca
gradualmente la cantidad de sal que agrega a sus productos, la ingesta de sal disminuirá y el público en general no tendrá que hacer nada; ni siquiera lo notarán; es fácil”, dice.

Como la abrumadora evidencia afirma, la sal en la dieta es la principal causa del aumento en la presión arterial; así que la mayoría de los expertos están de acuerdo que incluso la más mínima reducción en el consumo de sal a nivel de la población en general hará que haya menos infartos cerebrales y ataques cardiacos.

Varios países han implementado con éxito programas de reducción en el consumo de sal, incluyendo Japón, Finlandia, y recientemente el Reino Unido, que ha pedido ayuda a la industria alimentaria, sea esta voluntaria o a través de decreto legal. Otros países, incluyendo Australia, Canadá, Irlanda y Holanda están empezando a implementar actividades en esta área.
Anderson, una epidemióloga con un fuerte interés en factores de nutrición relacionados con la prevención de enfermedades cardiovasculares, es miembro del panel convocado por el Institute of Medicine (IoM) de EE UU, que tiene el encargo de hacer el reporte llamado: “Estrategias para reducir el consumo de sal en la población”, que saldrá a la luz en la próxima primavera. Aunque ella no puede
revelar el contenido de este reporte, dice que el momento para el cambio ha llegado.

(Fuente: The Heart.org )

25/08/2010

El enfoque único para todos los pacientes debe abandonarse

ago 25th, 2010. En: Propuestas del editor. #

0

- Pruebas sanguíneas de la hormona reguladora de la presión llamada renina ayudarían a los médicos a decidir qué fármacos deberían tomar sus pacientes para controlar la condición, informaron investigadores.

El equipo de expertos señaló que un desajuste entre los medicamentos y las características de los pacientes podría explicar por qué muchas personas no se benefician de los tratamientos antihipertensivos, y añadió que los test para medir los niveles de renina serían útiles.

“El enfoque único para todos los pacientes debe abandonarse”, dijo el doctor Curt Furberg, de la Escuela de Medicina de la Wake Forest University, en Carolina del Norte, quien escribió un comentario sobre los estudios publicados en American Journal of Hypertension.

Actualmente, menos de la mitad de los pacientes obtienen buenos resultados cuando consumen sólo un fármaco para la presión y muchos deben tomar más de uno para mantenerla bajo control.

Furberg manifestó que los investigadores saben desde hace mucho tiempo que los pacientes responden de manera distinta a los diferentes medicamentos contra la hipertensión, aunque esto no se traduce en pruebas y estrategias diferenciadas para ayudar a encontrar los mejores tratamientos para cada uno.

Stephen Turner y colegas de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, hallaron que los análisis de sangre que miden la renina, una hormona producida en el riñón, pueden ayudar a guiar a los médicos en la selección de los fármacos para tratar la presión alta.

Los pacientes que presentaban altos niveles de renina eran más propensos a responder al betabloqueante común atenolol y menos proclives a responder a la hidroclorotiazida, un diurético usado para que el cuerpo elimine el agua y la sal innecesarias.

Un equipo dirigido por Michael Alderman, del Colegio de Medicina Albert Einstein en Nueva York, halló que algunas personas que toman antihipertensivos presentaban en realidad un aumento en el nivel de lectura superior de la presión.

Ese incremento de la presión sistólica era más habitual en las personas con bajos niveles de renina que eran tratadas con un bloqueador del canal de calcio o un inhibidor de la ECA.

Un tercer trabajo, liderado por Ajay Gupta del Imperial College de Londres, reveló que los negros eran menos propensos que los blancos a responder a los fármacos contra la renina.

Furberg indicó que los resultados sugieren la necesidad de nuevas guías para el tratamiento de la presión sanguínea elevada, que incorporen pruebas para medir los niveles de renina en los pacientes.

Morris Brown, de la University of Cambridge en Gran Bretaña, expresó por su parte en un comentario que quizá sea momento de considerar la medición de la renina como parte de los controles de rutina sobre la presión arterial.

(Fuente: Reuters)

199 200 201 202 203 204 205

Información básica

  • ¿Qué es la hipertensión arterial?
  • Causas
  • Síntomas
  • Diagnóstico
  • Tratamiento
  • Medicamentos
  • Prevalencia en Cuba

Nuestra Red de Portales

  • Especialidades: Cirugía cardiovascular
  • Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular
  • Tema: Anestesiología cardiovascular

Sitios de la red relacionados

  • Especialidades: Medicina Interna
  • Especialidades: Nefrología

Personalidades

  • Profesor Dr. Alfredo Dueñas Herrera
  • Profesor DSc. David Orlando García Barreto
  • Profesor Dr. Ignacio R. Macías Castro
  • Ver más...

Campaña promocional

Día Mundial de la Hipertensión

Sin título

Libro de Visitas

Su opinión es importante

escribir

rss rojo mapa_de_sitio rojo contacto rojo lupa buscar

Seleccione por temáticas

A la mano

guia hipertension 2017

Noticias

noticias al dia hipertensión

science daily hypertension

Espacios de interacción

lista de discusión

Sitios recomendados

  • Organizaciones y sociedades
  • Congresos (histórico)
  • Infoenlaces

Comentarios recientes

  • Carlos Fuentes Cobas en Hipertensión Arterial. Guía de actuación para la atención primaria de salud
  • hipertension en Hipertensión Arterial. Guía de actuación para la atención primaria de salud

Historial del sitio

Fecha de actualizacion

Actualizado: 6/6/2025

Publicado oficialmente el
30 de noviembre de 2003

En WordPress desde el año 2016

MSc. Roberto Rafael Pérez Moreno: Editor principal | Esp. II Grado Medicina Interna. Farmacoepidemiologo. Profesor Auxiliar : Hospital Comandante Manuel Fajardo | Calle D y Zapata, Plaza, La Habana, 10400, Cuba  | Teléfs: 7838 2453, Horario de atención: De 8:00 a.m. a 5:00 p.m., de lunes a sábado
Políticas del Portal. Los contenidos que se encuentran en Infomed están dirigidos fundamentalmente a profesionales de la salud. La información que suministramos no debe ser utilizada, bajo ninguna circunstancia, como base para realizar diagnósticos médicos, procedimientos clínicos, quirúrgicos o análisis de laboratorio, ni para la prescripción de tratamientos o medicamentos, sin previa orientación médica.
© 1999-2025 Infomed - Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas
Made with the Semiologic theme • Boxed, Red skin by Denis de Bernardy