Hipertensión arterial: Hipertensión arterial: ¿toda la “tensión” y la atención es poca?
Hipertensión arterial: Hipertensión arterial: ¿toda la “tensión” y la atención es poca?
Una investigación fechada dentro del período 2010-2011 revela que, en Cienfuegos, cerca del 31 por ciento de la población con edad oscilante entre los 15 y 74 padece Hipertensión Arterial (HTA). O lo que es lo mismo: 31 de cada cien de tales residentes al centro-sur de Cuba, país donde el rango se extiende incluso a 33. La pesquisa documentada deja ver asimismo cómo las mediciones de la presión sanguínea alcanzan valores más elevados mientras aumenta el tiempo de vida. Y dado, cual precedente, el envejecimiento…
Terceros argumentos se suman. La Organización Mundial de la Salud recién divulgó las Estadísticas sanitarias mundiales (2012). Según el informe, la citada enfermedad -causante de la mitad de los decesos por accidente cerebro-vascular y cardiopatía isquémica- aqueja a uno de cada tres adultos en el orbe. No en vano, a juicio de Alain Morejón, especialista en Medicina Interna, cuyo desempeño advierten no pocos al interior del Hospital Provincial “Dr. Gustavo Aldereguía Lima”, urge encender el bombillo de “alerta”.
En función del lema asumido el actual año, ¿cuánto debemos incluir en la promoción de la idea: “estilo de vida saludable”?
“Si usted lleva un estilo de vida saludable, está buscando una presión arterial saludable. La expresión no la podemos dividir. Ocurre así en un ciento por ciento (…) Constituye la base de cómo debe enfrentarse la existencia para alejarnos de la HTA.
“Y va desde las condiciones mínimas de higiene corporal y mental hasta los comportamientos en relación con la actividad física, alimentación, estrés o ansiedad… ¡No solo con vistas a evitar enfermedades crónicas no transmisibles!”.
Diversas medidas tienen por centro la necesidad de mantener un correcto control de la presión. Pero, ¿por qué deviene preciso hacerlo? ¿Cuánto define o caracteriza el referido mal?
En opinión del doctor Morejón, toca bajar tanto la “máxima” (presión sistólica) como la “mínima” (diastólica), pues los riesgos para la vida sobrevienen con el incremento de ambas / Foto: Cortesía de Perlavisión “En primer lugar, cobra importancia saber si usted es hipertenso. Ocurre cuando en tres ocasiones o más, después de tomarse la presión en compañía de un personal de la Salud, su tasa supera el 140 (sistólica o máxima) sobre 90 (diastólica o mínima). Las diferencias están asociadas a una clasificación. Hay quienes experimentan presión sisto-diastólica, al incluir ambas; otros, solo sistólica. ¿Ejemplo clásico de lo último? Los ancianos, sobre todo mayores de 60 o 65 años. O podemos encontrar algunos con la segunda por encima de 90 y, no obstante, la primera tenida en cuenta alrededor de los 120, considerado normal. Entonces sigue siendo un hipertenso.
“Existe además la hipertensión emotiva o la ‘de bata blanca’, presente en cuantos por una mera visita a nuestras instituciones, registran el ascenso; y en contextos diferentes no. Justo ahí aparecen los falsos ‘positivos’. Aparte, creo pertinente acotar que la presión varía, por momentos del día, en milímetros de mercurio. Condiciones siguientes igual lo propician: el inicio de la práctica de ejercicios físicos, cambios de altura…”.
Imposible hablar de un umbral estricto en función del cual delimitar con exactitud “riesgo” y “seguridad”. Resta atender a consensos internacionales. Luego, ¿cuánta significación adquiere el diagnóstico preciso de la HTA?
“A partir de ahí se focalizan las cifras que, manejadas entre muchos, requirieren acciones institucionales inmediatas; y las correspondientes a cada uno. Porque identificar a un individuo como hipertenso implica garantizar el comienzo de un tratamiento medicamentoso o no.
“No suelen existir dificultades para conocer esa información. Basta asistir a los servicios primarios: el Consultorio del Médico de la Familia. ¿Qué pasa? No todos los ciudadanos deben tomarse la presión con la misma frecuencia (…) Al tratarse de un joven, de espaldas al hábito de fumar, no obeso, sin trastorno de los lípidos o enfermedades metabólicas y cardiovasculares, puede concurrir una vez al año (…) De presentar ciertos síntomas… ¡pues repetirlo!
“Ahora, por el contrario, están los ubicados en grupos de riesgo: aquellos con más de 55 años -resalta el factor ‘edad’, no modificable-; los hombres en épocas tempranas, y las mujeres en su período de climaterio o menopausia; unido a los que experimentan un padecimiento previo. La situación del diabético, por mencionar, difiere comparado con alguien sano”.
Pese al volumen de información difundida, se distingue aún una baja percepción de riesgo. Tal vez ayudaría profundizar en las complicaciones…
“Una primera cuestión por resolver remite a que hoy el 50 por ciento de los hipertensos desconoce que lo es. Transitan por ahí con altos números de tensión (…) Y poseen un mecanismo de compensación; el organismo se adapta (…) Pues la HTA cursa por lo general de manera asintómática -con razón le denominan: ‘plaga silenciosa del siglo XXI’. ¡Si bien puede presentarse la cefalea, y determinados pacientes hablan de mareo, molestias en la región anterior del tórax, trastornos digestivos!
“A la par, sin embargo, se incrementa el peligro de sufrir insuficiencia e infarto cardíacos, enfermedades cerebrovasculares -isquémicas y hemorrágicas-, la arterial periférica, renal crónica -en crecimiento- con la consecuente retinopatía hipertensiva… En consecuencia, la repercusión negativa -al punto de gravedad o letalidad- sobre los órganos/diana: cerebro, corazón, riñón, retina.
“La gente lo sabe. Más allá, sostienen: ‘si mi padre fue hipertenso y no murió de eso…'; ‘si mi vecino ingiere bebidas alcohólicas, fuma, y hasta el momento… ¡cuando a mí sí me sucede!’. Brechas… Y el personal médico debe incidir; recolectar en detalle la historia clínica”, pues en un 90 por ciento de los casos, la causa de la HTA se desconoce y consta una fuerte influencia hereditaria.
Respecto al tratamiento, ¿destacan novedades?
“En la Isla contamos con medicamentos dispensariados, es decir, establecidos por Tarjeta de Control. Los hipertensores, en este caso, se han mantenido en las farmacias de manera estable en los últimos tiempos, amén de ciertas irregularidades. ¿Qué sucede? Difiere su duración media en el organismo. En coherencia, deben ingerirse cada 8, 12, 24… horas (…) Alrededor del mundo y, específicamente aquí en virtud de nuestro Programa Nacional de Hipertensión Arterial, se hace hincapié en que se utilicen bajas dosis y de forma combinada. Las monoterapias han pasado a segundo plano.
“Unido, un elemento ilustrativo: solo el 40 por ciento de los hipertensos bajo tratamiento conservan su presión controlada. Demuestra lo imperioso de continuar acudiendo al facultativo. Nadie se puede despreocupar”.
(Fuente: Revista Finlay)
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