Por: Satoshi Hoshide, Gianfranco Parati, Yoshio Matsui, Seiichi Shibazaki, Kazuo Eguchi y Kazuomi Kario. Hypertension Research (2012) 35, 100–106.
To determine the role of home blood pressure (BP) monitoring for a reproducible assessment of orthostatic hypertension (OHT) and the effectiveness of hypertension control by doxazosin. In this study, 605 medicated hypertensive outpatients were enrolled. Home BP in the sitting and standing positions was monitored in all patients in the morning and evening for 6 months.
Eplerenona y espironolactona en pacientes hipertensos
En comparación entre el efecto antihipertensivo de la eplerenona y de la espironolactona en pacientes con hipertensión y evidencia de aldosteronismo primario, se afirma que la eplerenona es un bloqueante del receptor mineralocorticoide más selectivo y con menos efectos colaterales antiandrogénicos que la espironolactona.
El Dr. Parthasarathy y colegas del Department of Cardiology, Papworth Hospital, Cambridge, Reino Unido, y otras instituciones de Francia, de los Estados Unidos, Reino Unido y España, realizaron un estudio para comparar la eficacia, seguridad y tolerabilidad de la eplerenona y la espironolactona en pacientes con hipertensión asociada al aldosteronismo primario.
Se realizó un ensayo multicéntrico, aleatorizado, a doble ciego, con control activo y con grupo paralelo. Después de un período a simple ciego con placebo, los pacientes fueron divididos aleatoriamente en una relación 1:1 para recibir un período de tratamiento con espironolactona (una administración diaria de 75 mg-225 mg) o con eplerenona (una administración diaria de 100 mg-300 mg) con un diseño de valoración del efecto. Los criterios de inclusión de los participantes incluyeron indicación bioquímica de aldosteronismo primario, y presión arterial (PA) diastólica entre 90 mmHg y 120 mmHg y PA sistólica <200 mmHg, en posición sentado.
El criterio principal de valoración fue el efecto antihipertensivo de eplererona versus espironolactona, con el objetivo de establecer la no inferioridad de la eplerenona en el cambio promedio de la PAD con respecto a su valor basal.
La eplerenona produjo menores cambios a partir del valor basal de la PA diastólica (-5,6±1,3 mmHg) que la espironolactona (-12,5±1,3 mmHg) [diferencia -6,9 mmHg (-10,6, -3,3); p< 0,001]. No hubo diferencia significativa en la incidencia global de efectos adversos entre ambos fármacos, aunque con espironolactona fueron más los pacientes que desarrollaron ginecomastia (21,2 versus 4,5%; p = 0,033) y más las pacientes que desarrollaron mastodinia (21,1 versus 0,0%; p = 0,026).
El efecto antihipertensivo de la espironolactona fue significativamente mayor que el obtenido con eplerenona en pacientes con hipertensión secundaria al aldosteronismo primario.
(Fuente: Sociedad Agentina de Hipertensión tomado de J Hypertension)
En comparación entre el efecto antihipertensivo de la eplerenona y de la espironolactona en pacientes con hipertensión y evidencia de aldosteronismo primario, se afirma que la eplerenona es un bloqueante del receptor mineralocorticoide más selectivo y con menos efectos colaterales antiandrogénicos que la espironolactona.
El Dr. Parthasarathy y colegas del Department of Cardiology, Papworth Hospital, Cambridge, Reino Unido, y otras instituciones de Francia, de los Estados Unidos, Reino Unido y España, realizaron un estudio para comparar la eficacia, seguridad y tolerabilidad de la eplerenona y la espironolactona en pacientes con hipertensión asociada al aldosteronismo primario.
Se realizó un ensayo multicéntrico, aleatorizado, a doble ciego, con control activo y con grupo paralelo. Después de un período a simple ciego con placebo, los pacientes fueron divididos aleatoriamente en una relación 1:1 para recibir un período de tratamiento con espironolactona (una administración diaria de 75 mg-225 mg) o con eplerenona (una administración diaria de 100 mg-300 mg) con un diseño de valoración del efecto. Los criterios de inclusión de los participantes incluyeron indicación bioquímica de aldosteronismo primario, y presión arterial (PA) diastólica entre 90 mmHg y 120 mmHg y PA sistólica <200 mmHg, en posición sentado.
El criterio principal de valoración fue el efecto antihipertensivo de eplererona versus espironolactona, con el objetivo de establecer la no inferioridad de la eplerenona en el cambio promedio de la PAD con respecto a su valor basal.
La eplerenona produjo menores cambios a partir del valor basal de la PA diastólica (-5,6±1,3 mmHg) que la espironolactona (-12,5±1,3 mmHg) [diferencia -6,9 mmHg (-10,6, -3,3); p< 0,001]. No hubo diferencia significativa en la incidencia global de efectos adversos entre ambos fármacos, aunque con espironolactona fueron más los pacientes que desarrollaron ginecomastia (21,2 versus 4,5%; p = 0,033) y más las pacientes que desarrollaron mastodinia (21,1 versus 0,0%; p = 0,026).
El efecto antihipertensivo de la espironolactona fue significativamente mayor que el obtenido con eplerenona en pacientes con hipertensión secundaria al aldosteronismo primario.
(Fuente: Sociedad Agentina de Hipertensión tomado de J Hypertension)
Confirman eficacia del control de la hipertensión arterial en la noche
Una amplia investigación del equipo de la Universidad de Vigo que dirige Ramón Hermida sobre hipertensión arterial (HTA) confirma que el tratamiento de esta enfermedad por la noche reduce el riesgo cardiovascular y cerebrovascular entre un 50 y un 60%.
Las conclusiones de este estudio aparecen en Journal of the American College of Cardiology, Diabetes Care y Journal of American Society of Nefrology, tres revistas científicas muy influyentes. Todas han dedicado editoriales a los resultados con una línea argumental similar: resaltan la oportunidad de un nuevo planteamiento para el manejo de la hipertensión arterial y apuestan por convertir la presión nocturna en una diana terapéutica validada contra esta dolencia.
Los últimos resultados sobre enfermos renales se han publicado en diciembre en Journal of American Society of Nefrology, y ratifican en estos pacientes una reducción de los eventos vasculares con el tratamiento de la hipertensión arterial por la noche. “Se corrobora que la presión nocturna es el mejor indicador de riesgo cardiovascular y cerebrovascular y que reducirla aumenta la supervivencia”, comenta Ramón Hermida. Antes, la Sociedad Americana de Nefrología emitió un comunicado donde declaraba que el control de la presión nocturna es clave para disminuir la mortalidad en estos enfermos.
El estudio refrenda la MAPA como mejor herramienta para predecir el riesgo de infarto e ictus y justifica su utilización rutinaria en la clínica
La metodología de la investigación se basa en la monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA). “Otros trabajos lo han hecho, pero la nuestra es más amplia porque incluye todos los factores de riesgo y todas las entidades cardiovasculares”, explica Hermida. La novedad es que su equipo realiza MAPA periódicamente, cada año y cada tres meses, si se modifica el tratamiento, “lo que nos ha permitido observar si el riesgo cardiovascular se modifica, cambiando los parámetros de la presión ambulatoria”. Otro aspecto novedoso es que se ha analizado la influencia de la hora de administración de los fármacos antihipertensivos sobre el riesgo de sufrir un evento cardio y cerebrovascular, revelándose como un factor esencial en la evolución de los pacientes.
Los resultados son concluyentes: el peligro disminuye entre un 50 y un 60% -dos tercios en los pacientes que presentan diabetes mellitus-, cuando la medicación se administra por la noche. Del análisis de los datos se infiere que el riesgo es bajo si la presión nocturna es baja, aunque por el día sea alta y que, por el contrario, si es elevada por la noche, el peligro aumenta aunque sea baja por el día.
Objetivo validado
Los editoriales coinciden en destacar que cuantificar la presión arterial nocturna y reducirla con el tratamiento en ese horario disminuye el peligro de que el paciente sufra un infarto o un ictus y que, por tanto, se convierte en “objetivo terapéutico validado”. También subrayan el valor pronóstico de la MAPA para el diagnóstico de la hipertensión arterial, la valoración de un posible evento cardiovascular y, por tanto, para su tratamiento. En consecuencia, Hermida se ha mostrado firme en su defensa como prueba rutinaria en la práctica clínica: “Tiene que convertirse de forma inmediata en herramienta asistencial imprescindible”.
A su juicio, los primeros subsidiarios tendrían que ser los pacientes con diabetes, las personas con hipertensión resistente y aquéllas que sufren enfermedad renal crónica.
Recordó además en un trabajo anterior que apuntaba que el 40% de los españoles padecen hipertensión arterial y que, de ellos, dos tercios no tienen la presión arterial bien controlada. Ha significado que la MAPA permite detectar a las personas con hipertensión enmascarados y que es una prueba barata, 80 céntimos de euro sin contar el personal necesario para realizarla: “Cuesta menos que una prueba de hemoglobina glucosilada, que se hace rutinariamente a los pacientes con diabetes sin que nadie se plantee no realizarla”. El equipo de la Universidad de Vigo continúa con su investigación en casi 40 centros de primaria de Galicia.
(Fuente: Diario Médico)
Nota: Los lectores del dominio *sld.cu acceden al texto completo del artículo a través de Hinari.
Confirman eficacia del control de la hipertensión arterial en la noche
Una amplia investigación del equipo de la Universidad de Vigo que dirige Ramón Hermida sobre hipertensión arterial (HTA) confirma que el tratamiento de esta enfermedad por la noche reduce el riesgo cardiovascular y cerebrovascular entre un 50 y un 60%.
Las conclusiones de este estudio aparecen en Journal of the American College of Cardiology, Diabetes Care y Journal of American Society of Nefrology, tres revistas científicas muy influyentes. Todas han dedicado editoriales a los resultados con una línea argumental similar: resaltan la oportunidad de un nuevo planteamiento para el manejo de la hipertensión arterial y apuestan por convertir la presión nocturna en una diana terapéutica validada contra esta dolencia.
Los últimos resultados sobre enfermos renales se han publicado en diciembre en Journal of American Society of Nefrology, y ratifican en estos pacientes una reducción de los eventos vasculares con el tratamiento de la hipertensión arterial por la noche. “Se corrobora que la presión nocturna es el mejor indicador de riesgo cardiovascular y cerebrovascular y que reducirla aumenta la supervivencia”, comenta Ramón Hermida. Antes, la Sociedad Americana de Nefrología emitió un comunicado donde declaraba que el control de la presión nocturna es clave para disminuir la mortalidad en estos enfermos.
El estudio refrenda la MAPA como mejor herramienta para predecir el riesgo de infarto e ictus y justifica su utilización rutinaria en la clínica
La metodología de la investigación se basa en la monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA). “Otros trabajos lo han hecho, pero la nuestra es más amplia porque incluye todos los factores de riesgo y todas las entidades cardiovasculares”, explica Hermida. La novedad es que su equipo realiza MAPA periódicamente, cada año y cada tres meses, si se modifica el tratamiento, “lo que nos ha permitido observar si el riesgo cardiovascular se modifica, cambiando los parámetros de la presión ambulatoria”. Otro aspecto novedoso es que se ha analizado la influencia de la hora de administración de los fármacos antihipertensivos sobre el riesgo de sufrir un evento cardio y cerebrovascular, revelándose como un factor esencial en la evolución de los pacientes.
Los resultados son concluyentes: el peligro disminuye entre un 50 y un 60% -dos tercios en los pacientes que presentan diabetes mellitus-, cuando la medicación se administra por la noche. Del análisis de los datos se infiere que el riesgo es bajo si la presión nocturna es baja, aunque por el día sea alta y que, por el contrario, si es elevada por la noche, el peligro aumenta aunque sea baja por el día.
Objetivo validado
Los editoriales coinciden en destacar que cuantificar la presión arterial nocturna y reducirla con el tratamiento en ese horario disminuye el peligro de que el paciente sufra un infarto o un ictus y que, por tanto, se convierte en “objetivo terapéutico validado”. También subrayan el valor pronóstico de la MAPA para el diagnóstico de la hipertensión arterial, la valoración de un posible evento cardiovascular y, por tanto, para su tratamiento. En consecuencia, Hermida se ha mostrado firme en su defensa como prueba rutinaria en la práctica clínica: “Tiene que convertirse de forma inmediata en herramienta asistencial imprescindible”.
A su juicio, los primeros subsidiarios tendrían que ser los pacientes con diabetes, las personas con hipertensión resistente y aquéllas que sufren enfermedad renal crónica.
Recordó además en un trabajo anterior que apuntaba que el 40% de los españoles padecen hipertensión arterial y que, de ellos, dos tercios no tienen la presión arterial bien controlada. Ha significado que la MAPA permite detectar a las personas con hipertensión enmascarados y que es una prueba barata, 80 céntimos de euro sin contar el personal necesario para realizarla: “Cuesta menos que una prueba de hemoglobina glucosilada, que se hace rutinariamente a los pacientes con diabetes sin que nadie se plantee no realizarla”. El equipo de la Universidad de Vigo continúa con su investigación en casi 40 centros de primaria de Galicia.
enero (Diario Médico)
Nota: Los lectores del dominio *sld.cu acceden al texto completo del artículo a través de Hinari.
Ramón C. Hermida, Diana E. Ayala, Artemio Mojón, and José R. Fernández
Decreasing Sleep-Time Blood Pressure Determined by Ambulatory Monitoring Reduces Cardiovascular Risk. J. Am. Coll. Cardiol., September 6, 2011; 58: 1165 – 1173.
(Fuente: J. Am. Coll. Cardiol)
Gout and Diuretics in Hypertensive Patients
Diuretic use raised risk for gout by several percentage points.
Observational data have suggested that gout is associated independently with both hypertension and diuretic use. In a prospective study, researchers determined incidence of diuretic-associated gout in nearly 6000 hypertensive patients with no histories of gout at baseline.
During 9 years of follow-up, 37% of patients received diuretics. Incidence of gout was 5.5% among diuretic users (5.0% among thiazide users and 7.0% among loop-diuretic users) and 2.9% among patients who did not use diuretics. After adjustment for potentially confounding variables (except serum uric acid), use of thiazides and loop diuretics were both significantly associated with incident gout (hazard ratios, 1.4 and 2.3, respectively). Compared with serum uric acid levels in nonusers of diuretics, levels rose by a mean of 0.65 mg/dL among those who began taking thiazides and 0.96 mg/dL among those who began taking loop diuretics. The association between diuretics and gout was no longer significant after additional adjustment for serum uric acid; this finding is consistent with the assumption that diuretic-induced increases in serum uric acid mediate the association between diuretic use and gout.
Comment: According to these results, diuretic use raises risk for gout by several percentage points in hypertensive patients. Increased risk for gout is among the potential adverse effects of thiazides that clinicians should consider when choosing first-line antihypertensive drugs.
(Fuente: Journal Watch General Medicine)
Tomar té negro podría disminuir la tensión arterial
Un estudio realizado en Australia sugiere que beber té negro durante el día aportaría un beneficio extra: un descenso leve de la presión arterial.
Aunque la investigación no identifica los compuestos del té responsables de ese efecto, los autores recuerdan que estudios previos habían señalado los beneficios cardíacos de los flavonoides presentes en muchas plantas, incluido el té.
“El mensaje no es que todos empecemos a consumir mucho té”, dijo Jonathan Hodgson, autor principal del estudio e investigador de la Universidad de Australia Occidental, sino que la reducción de la presión es una ventaja.
En el estudio, publicado en Archives of Internal Medicine, los autores dividieron en dos grupos a 95 australianos con presión normal. Una de las cohortes bebió té negro y la otra, una bebida con el mismo sabor y contenido de cafeína.
Antes del inicio del estudio, la presión diurna de los participantes era de 121/72 mm Hg.
Los valores de hasta 120/80 mm Hg son normales, pero cuando superan 140/90 indican hipertensión. El rango entre ambos valores se considera “prehipertensión”.
Cada grupo ingirió la bebida asignada tres veces por día, durante seis meses.
Al finalizar el experimento, la presión sistólica (valor máximo) de los bebedores de té era 2 mm Hg más baja. La presión diastólica también se redujo unos 2 mm Hg.
Toda disminución de la presión es buena, pero 2 mm Hg no son lo suficientemente significativos como para sacar de la zona de riesgo a una persona con presión alta.
“Son cambios pequeños o insignificantes si se los compara con el efecto de un antihipertensivo”, dijo el doctor Joseph Vita, de la Facultad de Medicina de la Boston University, quien que no participó del estudio.
Con todo, la presión sistólica del grupo de control aumentó 1 mm Hg, mientras que la presión diastólica lo hizo unos 0,5 mm Hg.
Para descartar la influencia de otros alimentos, todos los participantes disminuyeron el consumo de alimentos ricos en flavonoides, como manzanas, uvas, chocolate amargo y vino, durante cuatro semanas, antes y durante el estudio.
Hodgson señaló que ese cambio alimentario podría haber causado el aumento de la presión en el grupo de control.
El estudio se realizó con subsidios públicos y del área de Investigación y Desarrollo de Unilever, que comercializa la marca de té Lipton.
(Fuente: Archives of Internal Medicine)
Comentarios recientes