La falta de sueño aumenta el riesgo de hipertensión
Una falta de sueño de ondas lentas (SVS, en sus siglas en inglés) es un excelente predictor de la hipertensión en varones de avanzada edad, según un estudio publicado en Hypertension: Journal of the American Heart Association.
El SWS es una etapa del sueño caracterizada por un movimiento no rápido de los ojos. Un grupo de investigadores encabezado por Susan Redline y Peter Farrel, del departamento of Medicine at Brigham and Women´s Hospital and Beth Israel Deaconess Medical Center, Harvard Medical School de Boston, han llevado a cabo un estudio sobre los trastornos del sueño en varones ancianos, en que descubrieron que la falta de sueño aumentaba en un 80 por ciento las posibilidades de padecer hipertensión.
“Nuestro estudio muestra por primera vez que la mala calidad del sueño aumenta el riesgo de hipertensión, un efecto que parece ser independiente de las pausas respiratorias producidas durante el sueño”, afirman Redline y Farrell.
784 hombres con un promedio de 75 años, un índice de masa corporal media de 26,4 kg/m2 y procedentes de 6 regiones representativas de Estados Unidos y no diagnosticados con hipertensión fueron estudiados en sus casas mediante la polismnografía que medía la actividad de las ondas cerebrales durante las dos etapas del sueño: fase REM y fase no REM, a la vez que se medían los trastornos respiratorios y el nivel de oxígeno durante el sueño. Los investigadores midieron una amplia gama de los indicadores del sueño tales como la frecuencia delas alteraciones en la respiración, la duración de cada fase del sueño, el número de despertares nocturnos y la duración del sueño.
Los resultados demuestran que aquellos hombres que pasan menos del cuatro por ciento del sueño en SWS presentan más posibilidades de padecer hipertensión arterial en los 3,4 años siguientes, lo que duró el estudio. Es decir, que la mala calidad del sueño está relacionada con mayores posibilidades de hipertensión, independientemente de otros aspectos.
El sueño de ondas lentas tiene implicaciones en el aprendizaje, de memoria, de funciones psicológicas y el sistema nervioso. El sueño, la dieta y la actividad física son determinantes para una buena salud, incluida la salud del corazón y el control de la presión sanguínea. A pesar de que las personas mayores presentan falta de sueño, nuestro estudio muestra que no es una condición benigna. La mala calidad del sueño puede ser útil para prevenir enfermedades”, concluyen los autores.
(Fuente: diariomedico.net)
Prioridades para la salud cardiovascular en las Américas. Mensaje clave para los decisores. Organización Panamericana de la Salud 2011.
Este documento realiza un resumen de las prioridades de la salud cardiovascular, es el resultado de un proceso de consulta de largo alcance centrado en la prevención a nivel poblacional, el riesgo integrado y el control de las enfermedades, así como en la organización de los servicios de salud. Las prioridades han sido agrupadas alrededor de las cuatro líneas de acción de la Estrategia Regional:
a) políticas públicas
b) vigilancia
c) promoción de salud y prevención de enfermedades y
d) control integrado de las enfermedades crónicas y de sus factores de riesgo.
Por: Piñol, C., Alegría, E. y Langham, S. Hipertensión y Riesgo Vascular. Volumen 28, Número 04, Julio 2011 – Agosto 2011.
Los pacientes con síndrome metabólico representan casi la cuarta parte de la población hipertensa, pero generan casi la mitad de los costes. La carga económica probablemente se incrementará en el futuro por el envejecimiento de la población y el aumento de la prevalencia de los componentes del síndrome metabólico.
Por: Monica L. Bertoia, Molly E. Waring, Priya S. Gupta, Mary B. Roberts y Charles B. Eaton. Hypertension. 2011;58:347-348.
The American Heart Association Task Force released a scientific statement in 2007 for the treatment of hypertension in the prevention of coronary artery disease (CAD). These guidelines recommend more aggressive control of blood pressure (BP) among those at high risk for CAD: individuals with diabetes mellitus, chronic kidney disease, cardiovascular disease, congestive heart failure, or a 10-year Framingham risk score ≥10%. These individuals are advised to maintain a BP <130/80 mm Hg.
¿El poder de la sugestión modifica las arterias cardíacas?
Sugerir que un tratamiento alivia el dolor torácico, no sólo disminuye el dolor, sino también modifica de manera directa las arterias del corazón.
Luego de evaluar a 30 pacientes con dolor torácico, un equipo observó que aquellos a los que les comunicó que se les administraría una infusión analgésica dijeron sentir alivio del dolor.
Pero también sufrieron una modificación mensurable de las arterias cardíacas: un estrechamiento leve, pero evidente, de los vasos sanguíneos.
Ningún participante tenía enfermedad cardíaca; se les mencionó “el fármaco” (en realidad, solución salina inocua) solo cuando el examen clínico no había revelado obstrucciones arteriales.
El punto clave es el poder de sugestión: en los participantes provocó un cambio objetivo en los vasos, sostuvieron los doctores Karin Meissner y Joram Ronel, de la Universidad Técnica de Múnich, en Alemania.
“El hallazgo principal fue que los vasos coronarios reaccionaron claramente ante una simple intervención psicológica”, señalaron los expertos a Reuters Health.
Y la reacción fue opuesta a la que esperaban los investigadores, que les habían dicho a los pacientes que recibirían un fármaco para dilatar las arterias y aliviar el dolor torácico.
En cambio, hubo una pequeña constricción vascular en todo el grupo que no tiene una explicación biológica, según aseguraron los autores.
En una persona sana bajo estrés, el sistema nervioso dilata las arterias para que aumente la circulación de la sangre a todo el organismo. Cuando baja el estrés, los vasos se estrechan nuevamente.
“Cuando el corazón trabaja menos, disminuye la necesidad de sangre y los vasos están menos dilatados que durante una situación estresante”, explicaron Meissner y Ronel.
Los autores agregaron que en una persona con enfermedad cardíaca, la situación podría ser distinta.
Los resultados, publicados en American Heart Journal, describen un fenómeno observado en los ensayos clínicos de enfermedad cardíaca: los participantes que reciben un placebo (tratamiento inactivo) refieren una reducción de los síntomas, como el dolor torácico. Se desconoce en qué porcentaje eso se debe a un efecto psicológico o uno biológico.
Para comprenderlo mejor, el equipo de Meissner y Ronel estudió a 30 pacientes evaluados mediante una angiografía coronaria.
Con ayuda de un catéter, que los médicos introducen por un vaso hasta el corazón, y una tintura especial, se pueden detectar con rayos X obstrucciones arteriales causantes del dolor torácico.
Luego del examen, y mientras los pacientes aún estaban recostados en la mesa de estudio, los autores los asignaron al azar al grupo tratado con “sugestión verbal” o a un grupo de control.
Ambos grupos recibieron una inyección de solución salina en el catéter. A un grupo se le dijo que era para dilatar las arterias y aliviar el dolor, y al otro grupo no se le dio explicación alguna.
El grupo tratado con sugestión verbal informó una reducción del dolor torácico después del procedimiento con un leve estrechamiento vascular. En el grupo de control, el dolor no disminuyó y el equipo detectó una leve dilatación de las paredes vasculares.
Los autores sospechan que la disminución del dolor fue un “efecto indirecto” de la sugestión verbal, aunque no pudieron asegurar si, o hasta qué punto, los cambios vasculares influyeron de alguna manera.
(Fuente: Reuters de un artículo de American Heart Journal)
Justificación y métodos del estudio sobre nutrición y riesgo cardiovascular en España (ENRICA)
Por: Fernando Rodríguez-Artalejo, Auxiliadora Graciani, Pilar Guallar-Castillón, Luz M. León-Muñoz, M. Clemencia Zuluaga, Esther López-García, Juan Luis Gutiérrez-Fisac, José M. Taboada, M. Teresa Aguilera, Enrique Regidord, Fernando Villar-Álvarez y José R. Banegasa. Rev Esp Cardiol. 2011;64:876-82.
El estudio ENRICA pretende medir la frecuencia y la distribución de los principales componentes de la historia natural de la enfermedad cardiovascular en España, incluyendo el consumo alimentario y otros factores de riesgo conductuales, factores de riesgo biológicos, daño precoz en órganos diana y morbilidad diagnosticada.
Comentarios recientes